XUL: NEGOCIO DEL FIN DEL MUNDO

26/08/2011 - 12:00 am

MÉRIDA, YUCATÁN. La mexicana Carolina Zalce de la Peña es la propietaria de la llamada “Ciudad del Fin del Mundo” que se construye en Xul, una alejada comunidad de la comisaría de Oxkutzcab, Yucatán. Dicho municipio se localiza a 110 kilómetros de Mérida y su nombre en maya significa “lugar del ramón, tabaco y la miel”.

Además, Zalce de la Peña también es la impulsora de un centro de charlatanería que, en 1999 cuando ella radicaba en Italia, mereció un señalamiento de alerta social por parte del Ministerio del Interior de ese gobierno europeo.

Carolina, quien nació en la Ciudad de México el 25 de enero de 1942, llegó de Italia a Yucatán a finales de los 60, junto con su esposo Óscar Brauer Herrera, quien había sido Secretario de Agricultura de Luis Echeverría Álvarez y después fue enviado como representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).

Brauer Herrera se le recuerda por ser el político mexicano autor de la frase: “Los campesinos mexicanos no sirven para sembrar, sino para votar” que, por cierto, expresó en Yucatán y que tiempo después le costó el puesto.

 

“El Centro” o “Evocris”

Al inicio de los setenta, Zalce de la Peña comenzó a reclutar a seguidores entre quienes creen que la humanidad ignora sus propios recursos internos y las leyes naturales que la rigen y, en 1980, ante el éxito de los cursos que impartía sobre el descubrimiento de los recursos del inconsciente, adquirió un complejo de edificios residenciales y agrícolas en Bracciano, Roma, donde fundó “El Centro”, más conocido popularmente como “Evocris”. Luego hizo lo mismo en Ostia.

Sin embargo, en 1999, el Ministerio del Interior de Italia emitió un documento de alerta social ante la proliferación de grupos o comunidades con potencial de riesgo no solamente para los ciudadanos sino incluso para el Estado, entre los que figuró “El Centro”.

Este hecho y una ola de críticas que se desataron en su contra obligaron a Zalce de la Peña a retornar al país y reducir al mínimo sus actividades en uno de sus principales proyectos llamado “Ciudad Eterna”.

En 1999 fundó una especie de oasis en un paraje de 18 hectáreas ubicado a 10 kilómetros de Martínez de la Torre, Veracruz, propiedad que por cierto ahora está en venta en 30 millones de pesos o bien en renta por tan sólo 100 mil pesos mensuales.

Desde su fundación, este sitio que ofrece hermosas vistas naturales ha sido utilizado para hospedar grupos de yoga o asociaciones de meditación procedentes de Italia, según afirma la compañía corredora de bienes raíces que lo promueve.

Sobre sus actividades en Roma, la antropóloga italiana Cecilia Gatto Trocchi cita en su libro Viaje a la magia, que “Evocris” fue fundada hace años “por una visionaria mexicana Carolina Zalce, quien luego regresó a su país llevando consigo a varios jóvenes romanos interesados en aprender técnicas de relación de “limpieza astral” hasta el control total de la mente”.

En 2009, Zalce de la Peña compró cerca de mil hectáreas en Xul por un total de 5 millones de pesos, o sea, poco más de 50 centavos por metro cuadrado, con el fin de trasladar “El Centro” a Yucatán, aprovechando el supuesto misticismo que rodea a la cultura maya y sus profecías del fin del mundo.

 

“Quinta Esencia”

Según información Por Esto!, la inversión en “Las Águilas” (que es como se llama el conjunto inmobiliario, fue construido para dar albergue a aproximadamente 150 familias, en un terreno que, por cierto, está en litigio) supera actualmente los 50 millones de pesos.

Aquí “El Centro” se presenta como una asociación civil sin fines de lucro denominada “Quinta Esencia”, cuyo objetivo, al menos en el papel, es “la conservación del equilibrio ecológico y preservación de los recursos naturales”.

En Braccciano y Ostia, los que vivían en “El Centro” llevaban a cabo ciertos ejercicios centrados en la mente y el cuerpo, y otros dirigidos a desarrollar el autoconocimiento a través de una relación más estrecha con la naturaleza, especialmente con las plantas. Para ello aplicaban un sistema biológico de cultivos, además de pruebas de los sistemas reproductivos de las plantas a través de técnicas piramidológicas (las plantas se colocan debajo de pirámides especiales), pues parten de la idea de que las plantas reaccionan a la música y los colores.

En Mérida, Carolina Oliveras Zalce (al parecer, hija de Zalce de la Peña) opera la casa de retiro denominada “Casa Áurea Club”, donde radican varios italianos y gente de Yucatán y otras partes del país.

Por su parte, el empresario restaurantero Gean Luca Fiorensa, que reside en Cancún, al igual que Zalce de la Peña, aparece como miembro del Colegio de Biomagnetismo de México y quien funge como operador de Carolina ante grupos de italianos.

 

Fortaleza contra el Armagedón

De acuerdo con la Profecía Maya del Fin de los Tiempos, que por cierto ha sido desmentida científicamente, el fin del mundo se dará el 21 de diciembre de 2012-

En previsión, Zalce de la Peña impulso la fortaleza en Xul. Por Esto! también publicó que esa mini ciudad está casi en la selva, en una zona con vegetación subcaducifolia y cercana al antiguo asentamiento maya de Kiuic, ubicado dentro de la Reserva Biocultural Helen Moyers, administrada por la asociación civil Kaxil Kiuic, una organización mexicana que recibe apoyo económico, en parte, del Millsaps College de los Estados Unidos de América.

La zona arqueológica de Kiuic fue un centro Maya que existió desde el 600 a.C. hasta el 1000 d.C. y se extendía varios kilómetros a la redonda. Sus construcciones, situadas en las cimas de las colinas, se caracterizan por edificios abovedados de mampostería, algunos de los cuales aún están en pie.

Los antiguos Mayas de esta región llevaban a cabo su agricultura en las tierras planas localizadas entre las cerros, desde cuyos palacios y casas en las cimas se observaban magníficas vistas del paisaje circundante.

En similitud a los antiguos Mayas, los nuevos habitantes de la zona de Xul construyen en los cerros sus viviendas y los espacios circundantes serán destinados para la agricultura orgánica en esta que bien podemos llamar también ecoaldea, una comunidad cuya intención debiera ser social, ecológica y económicamente sostenible, basando su desarrollo en un respeto por la naturaleza, el uso de energías renovables, la sustentabilidad tanto alimenticia como económica, el reciclaje, así como el uso de materiales ecológicos para la construcción.

Las casas construidas por los italianos son peculiares, pues poseen gruesas paredes, poco usadas aquí por el calor que impera en el Mayab; todas están dotadas de energía eléctrica proporcionada mediante contrato con la Comisión Federal de Electricidad, además de que cuentan con paneles para la obtención de energía de los rayos del sol.

Algunos habitantes de Xul han trabajado en el levantamiento de las edificaciones, las cuales se ubican sobre cerros, pues sus propietarios aseguran que tienen que ver con el supuesto fin del mundo para 2012, según unas profecías mayas que los científicos no toman en serio.

Según los habitantes de Xul, los italianos que ya se han asentado en la comarca lo hacen porque se preparan para ese acontecimiento y sus casas se construyen de tal forma que serían capaces de soportar radiaciones, pues al levantarlas se hacen dos paredes: una externa y otra interna, entre las cuales se pone un recubrimiento interior de un material cuyo tipo desconocen.

El núcleo central de ese conjunto alberga una construcción de mayor tamaño. Las edificaciones, por su diseño, parecen encaminadas a resistir tormentas solares o ataques químicos y bacteriológicos.

Aunque los “italianos” no están tal vez obligados a manifestar qué construyen o por qué lo construyen, lo cierto es que la escasa información sobre el sitio da lugar a toda clase de conjeturas.

Su ciudad ha traído a colación otros casos que se conocen en el mundo. Por ejemplo, una compañía llamada “Vivos” planea construir cerca de las principales ciudades de Estados Unidos una red de 20 refugios capaces de soportar todo tipo de catástrofes, como guerras biológicas o nucleares, el impacto de un gran asteroide, una tormenta solar o un potente terremoto.

Cada centro, de 20 mil metros cuadrados distribuidos en cinco pisos subterráneos con paredes de casi un metro de espesor, tendrá capacidad para unas 200 personas. Según promete la empresa, los refugios estarán abastecidos con alimentos “gourmet” para un año, y asistencia médica y dental. Por supuesto que salvar la vida en uno de estos lugares será un privilegio para unos pocos, ya que una plaza cuesta la módica suma de 50 mil dólares.

La construcción de cada refugio cuesta unos 10 millones de dólares y la empresa anunció que comenzará a construirlos cuando reciba un cierto porcentaje de solicitudes de ocupación que resulten redituables. Cuando esté terminado, el refugio será entregado a una asociación de propietarios para que los dueños se encarguen de la seguridad y el mantenimiento, para garantizar la supervivencia a largo plazo de la vivienda.

“Vivos” espera completar esa red de refugios justo antes del 21 de diciembre de 2012, la fecha fatídica en la que algunos sitúan el Armagedón.

Asimismo, según reporta El Mundo en su edición digital, miembros del Grupo de Supervivencia de España 2012 (G.S.E. 2012) están construyendo un refugio atómico colectivo en un lugar de la Sierra de Madrid para protegerse de los augurios apocalípticos, que determinan que el fin del mundo acontecerá el 21 de diciembre de 2012, y en caso de que no se produzca en esa fecha, poder contar con un búnker para protegerse de un posible ataque de guerra, biológico o nuclear o desastres naturales como tsunamis, terremotos, tormentas solares y erupciones volcánicas.

Los “italianos”, conformados mayormente por gente ya adulta y niños, aunque con poca frecuencia, ya están en contacto con los habitantes de Xul, de donde se proveen de mano de obra para servicios como limpieza y jardinería.

Su poder económico es tal, que se asegura que donaron 100 mil pesos para la escuela primaria que funciona en esa comisaría, sitio al que mandarían a sus hijos a estudiar.

 

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