Expulsión de empleado se suma a los signos del fracaso de la ONU en Darfur

26/12/2014 - 4:00 pm
Por Maurizio Guerrero. CorresponsalNaciones Unidas, 26 Dic (Notimex).- La expulsión esta semana del coordinador de la ONU en Sudán se acumula a los signos que apuntan al fracaso mayúsculo de este organismo multilateral en detener la violencia en la región sudanesa de Darfur y en hacer respetar el derecho internacional.Anunciada el 24 de diciembre, la expulsión de Ali Al Zatari se suma a la racha de derrotas sufridas por la operación más costosa que Naciones Unidas (ONU) mantiene en el mundo, con un presupuesto anual de mil 400 millones de dólares y más de 20 mil cascos azules en el terreno.

En un mensaje distribuido por su oficina, Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, condenó la decisión del gobierno de Sudán, y expresó que prohibir que el personal de la institución a su cargo lleve a cabo sus labores en ese país resulta “inaceptable”.

“El secretario general llama al gobierno de Sudán a revertir tal decisión de manera inmediata y lo urge a que coopere plenamente con todas las entidades de la ONU presentes en Sudán”, afirmó el titular de la ONU en un mensaje emitido la noche del jueves.

La expulsión de Zatari ocurre días después de que la fiscal general de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, informara su decisión de suspender el caso de genocidio en contra del presidente sudanés, Omar al-Bashir, por los crímenes cometidos desde 2003 por su gobierno en Darfur.

Bensouda explicó que tomó la decisión dada la inacción del Consejo de Seguridad de la ONU en el caso de Bashir y por la complacencia de la comunidad internacional con el probable genocida, cuyas fuerzas, apoyada por milicias de simpatizantes, han renovado sus ataques contra los pobladores de Darfur.

Luego de causar la muerte de decenas de miles de personas en una década, tan sólo en este año las fuerzas progubernamentales han causado el desplazamiento de casi medio millón de personas adicionales en Darfur, de acuerdo con estimaciones de la ONU.

Asimismo, la misión de la ONU en Darfur ha sido víctima de constantes ataques de parte de las fuerzas aliadas con el gobierno, que no ha presionado para investigar los casos y hacer justicia.

En ese contexto y dado que la ONU sólo puede operar con la aquiescencia de los gobiernos locales, el Consejo de Seguridad planea reducir su presencia en Sudán a lo indispensable, y proteger sólo los campos de refugiados, de acuerdo con una nota publicada este viernes por el diario The New York Times.

La reducción apunta al fracaso persistente del Consejo de Seguridad por hacer cumplir sus propias resoluciones, tal como denunció un colectivo de 123 grupos civiles en una misiva enviada a este organismo de la ONU con fecha del 22 de diciembre, y difundida por el sitio Inner City Press.

Los grupos denunciaron que pese a que el Consejo de Seguridad “ha tenido muchas oportunidad para hacer cumplir numerosas resoluciones” para detener los bombardeos y ataques contra civiles en Darfur, este organismo “consistentemente ha evitado” implementarlas.

En consecuencia, tanto Bashir como otros acusados de genocidio en el gobierno de Sudán han podido realizar viajes internacionales sin ser detenidos y gozar de sus activos, que debían de haber sido congelados de acuerdo con el derecho internacional.

Asimismo, el Consejo de Seguridad se ha negado a presionar al gobierno de Sudán a que investigue las muertes del personal de la ONU a manos de fuerzas asociadas a Bashir. Así, la misión de la ONU en ese país ha quedado en estado de impotencia, de acuerdo con la carta.

Mientras tanto, el subsecretario para operaciones de mantenimiento de paz de la ONU, Hervé Ladsous, ha “consistente y deliberadamente minimizado la escala del conflicto en Darfur, lo que ha permitido que florezcan los crímenes de Jartum”, la capital sudanesa.

Los grupos, por ello, piden la renuncia de Ladsous y que el Consejo de Seguridad dé cumplimiento a sus propias resoluciones en torno a los crímenes cometidos en Sudán y a la probable responsabilidad de los líderes de ese país.

Hasta el momento, sin embargo, “el líder sudanés ha percibido debilidad, indiferencia y falta de sinceridad (de la comunidad internacional), y ha mantenido su política de limpieza étnica de las minorías de Sudán”, lamentaron los organismos civiles.

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