Author image

Tomás Calvillo Unna

27/04/2022 - 12:05 am

La virtud del fuego

“No se danza con la muerte todos los días/ termina por momificar la cultura,/ y para allá pareciera que andamos/ cada minuto más cerca”.

Incandescencia. Pintura: Tomás Calvillo Unna

 

Desde adentro viene todo

y nos extraviamos afuera

al creer que nos pertenece

el nombrado mundo.

 

I

La orfandad más profunda y devastadora

es la ignorancia del Ser y de sí mismo:

deambula entre las sombras,

de un espejo horadado,

donde la vanidad es la máscara

que nos representa y condiciona.

El Pastor que somos

enterrando los crímenes que llevamos;

el magisterio de una inflexión sabida

que ya es derrota

Este mal es una descomposición interna,

la ruptura de la Luz,

el corto circuito que incendia y quema.

La victoria del ruido: el insulto,

la negación que secuestra y se encadena;

la imposición de la suma,

el sofisma de la venganza,

el enojo que se propaga

desde la impotencia y la soberbia;

el rencor, ese callejón sin salida.

 

II

No hay que temer a ese poder

que no es nuestro, del que somos

su hábitat, representa la vida,

su magnífica puesta en escena,

en la que queriéndolo o no

participamos de alguna manera:

hay quienes le hacen de reyes y reinas,

otros de presidentes o dictadores

como quieran verse y que los vean;

unos más:

médicos, soldados, bailarinas,

agentes de venta, empleados por doquier,

ingenieros, doctoras, choferes, curanderos,

mendigos, ciudadanos, ciudadanas,

en la lista son millones;

algoritmos ya para cargar los circuitos

y alimentar la neurosis

de la afamada opinión pública;

sus diez mil repeticiones,

el croar del sapo

entre los charcos,

bajo los balcones

junto a los tobillos

de madrugada,

su lúgubre desfile

en las laderas de la incertidumbre.

 

III

No se danza con la muerte todos los días

termina por momificar la cultura,

y para allá pareciera que andamos

cada minuto más cerca.

 

IV

¿Cómo escuchar y conocer de esa reserva

que no se ha perdido y alcanza

al Ser que se despliega

en la dimensión atemporal,

en su presencia y fundamento?

¿Cómo saber de su contingencia y experiencia

de vida en cada uno:

de sus leyes que no están adheridas

al tiempo encarnado y tangible

que nombramos cuerpo y mente?

Su piel es el mapa de la inmensidad

los poros de la historia lo exhiben;

es el acomodo del transcurrir

en los andamiajes del pensamiento,

antes que la experiencia escriture

sus argumentos.

 

V

¿Cómo convertir al instante

en un alumbramiento y no;

en el fogonazo que deslumbra

y es muerte

una y otra vez en la fallida

captura de lo inexistente

convertidos en presidiarios

de los deseos

y su insaciable hambre?

Tal vez la palabra viento,

tal vez la palabra agua,

(la palabra tierra se renta

o ya se vendió);

tal vez las palabras fuego y éter,

con ellas: una oración y mantra

sílabas aún del corazón y el alma,

eslabones, bucles del misterio

que sellan la conciencia

al sabernos sujetos del infinito.

Tal vez así, algo íntimo emerja,

y nos aclare;

la reconciliación con uno mismo

es el primer paso,

sin ella, caminamos a ciegas.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas