Falta menos de un mes para que los partidos políticos registren ante el Instituto Federal Electoral sus postulaciones a la Cámara de Diputados y el Senado, pero ninguno de ellos promete cumplir con la meta de, al menos, 40% de candidaturas femeninas para esos cargos de elección popular.

La cuota de género, impuesta desde noviembre pasado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, es como mínimo de 60% de candidatos varones por 40% de mujeres. Sin embargo, organizaciones civiles por los derechos políticos de las mexicanas y mujeres militantes de partidos ya están vigilantes de que esta exigencia se cumpla, pues de lo contrario denunciarán esa exclusión.

Por ejemplo, la agencia Cimac publicó que Patricia Mercado Castro, directora de Suma, advirtió que se vigilará con lupa que los partidos no evadan la cuota de género, ante la advertencia de algunos dirigentes que han argumentado que les “faltan mujeres” para cubrir el 40% de candidaturas.

De acuerdo con el calendario electoral, del 15 al 22 de marzo próximos los partidos deben registrar a sus candidatas y candidatos que contenderán en las elecciones del próximo 1 de julio.

El pasado miércoles 22 de febrero, el Consejo General del IFE emitió un acuerdo para ratificar la sentencia del TEPJF de noviembre pasado, con la que se obliga a los institutos políticos a cumplir sin excusas con la cuota de género.

La autoridad electoral estableció que, independientemente del método de elección, los partidos deben presentar, como mínimo, 120 fórmulas de candidatas a diputadas federales y 26 de abanderadas al Senado, ambas por el principio de mayoría relativa.

Y no habrá excusa. El propio Leonardo Valdés Zurita, consejero presidente del IFE, ya se las “cantó” a los partidos: “La revisión que llevó a cabo la Unidad de Fiscalización de recursos de los partidos políticos del IFE de septiembre de 2010 a marzo de 2011 demostró que ningún partido cumplió puntualmente con la activación de recursos a actividades especificas de capacitación, promoción y desarrollo de liderazgo políticos de la mujeres”.

Así que no es pretexto decir que no tienen suficientes cuadros femeninos para la elección, si el recurso se les entregó y se les ha entregado año con año y no han pugnado por detonar esos liderazgos ni mucho menos la equidad.

Como con el buen juez, la cultura democrática empieza desde casa… Pero el refrán, según se ve, aún no aplica en esos institutos políticos.

 

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Rafael Moreno Valle Rosas gobierna Puebla desde el 1 de febrero de 2011. Con apenas 12 meses al frente de esa administración se sabe ahora que, durante el año pasado, gastó 5.1 millones de pesos en tres obras para el sistema penitenciario de Puebla que alberga a más de 8 mil personas, cosa que es plausible. Pero no lo es tanto si se considera que para remodelar la residencia oficial “Casa Puebla” destinó 66.6 millones de pesos.

Esto es: gastó 13 veces más en una obra de relumbrón que en la otra, que tiene prioridad para los poblanos.

De acuerdo con datos del portal E-Consulta, en los 22 Centros de Reinserción Social (Ceresos) de Puebla existe una población 8 mil 236 reos, aún cuando su capacidad es para 6 mil internos; hay una sobrepoblación de 37 por ciento.

El gobierno de Moreno Valle Rosas invirtió 3.4 millones de pesos para el mejoramiento del salón de usos múltiples del Cereso de Puebla (San Miguel), pagó el estudio y proyecto ejecutivo, que costó 82 mil pesos, mientras que por la supervisión externa pagó 82 mil pesos. Otra obra fue realizada para el mejoramiento de la red hidráulica de dormitorios o celdas del Cereso de Tepexi de Rodríguez, con un costo de 962 mil pesos. Luego, destinó 513 mil pesos al Cereso de Ciudad Serdán, donde se colocó una malla perimetral del colchón de seguridad, andadores intramuros y se mejoró el acceso principal.

Pero en Casa Puebla, la residencia oficial del Virrey poblano, se remodeló el salón de usos múltiples, la palapa, la alberca, los jardines, oficinas, casa de visitas, el helipuerto y la cancha de tenis, para el uso del gobernador.

Sólo en la remodelación del salón de usos múltiples de Casa Puebla, dice E-Consulta, se destinaron 21.9 millones de pesos, cuatro veces más que lo destinado a los Ceresos.

La rehabilitación de la palapa, la alberca y el exterior de la casa, necesitaron 13.8 millones de pesos, mientras que las oficinas ocuparon 13.3 millones; en ambos casos, dos veces más que lo ocupado en los centros de reclusión poblanos, expuso ese medio de comunicación.

Esto es un reflejo de lo que podría venírseles encima a las cuentas públicas de los poblanos al final del sexenio de Rafael Moreno Valle, quien con esto da una “probadita” de sus gustos y muy particular estilo de gobernar.

 

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Su nombre no era tan conocido para la opinión pública, hasta que la periodista Lydia Cacho lo identificó ayer como el supuesto autor de el libro de Enrique Peña Nieto: México, la gran esperanza.

Hablamos de Aurelio Nuño Mayer, actual coordinador de Difusión en la campaña del priísta y quien es considerado la “mano derecha” de Luis Videgaray Caso, coordinador general de la campaña de Peña Nieto.

Nuño Mayer tiene 34 años de edad. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Iberoamericana y tiene una maestría en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Oxford.

En la Ibero fue presidente de la Sociedad de Alumnos de Ciencias Políticas y Administración Pública y coordinó el proyecto “Modelo Legislativo”, que tuvo como objetivo, dicho por él mismo, que los participantes se integraran a tres grupos legislativos de acuerdo con sus intereses ideológicos, asistieran a conferencias ofrecidas por los senadores y luego a reuniones donde se les explicaría el proceso legislativo y las particularidades técnicas.

Estuvo también en el CIDE e integró la “Agrupación Social Democrática” como secretario estatal de Capacitación Política. El año pasado trabajó con Eruviel Ávila Villegas durante su campaña por la gubernatura del Estado de México.

En una entrevista publicada ayer por La Jornada, Nuño habló de la “guerra sucia” y del hartazgo de la gente por la polarización generada en 2006 por Antonio Solá Reche, quien ahora trabaja con la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota.

El joven politólogo, quien se dice coordinó el libro México, la gran esperanza, dijo estar listo para responder a Solá Reche si aplica a Peña Nieto una campaña al estilo “López Obrador, un peligro para México”.

Si recurren a eso, comentó, reflejarán falta de ideas o de cómo defender 12 años de gobierno: “Con el hartazgo provocado por más de una década de un país que parece estar paralizado, y después del desgaste de la elección de 2006, lo que la gente menos quiere es escuchar guerra sucia”, añadió.

Más aún dijo: “Allá ellos si contratan esos expertos en guerra sucia; es una visión muy limitada de la democracia y, por otro lado, creo que es una estrategia muy equivocada”.

El que Nuño Mayer fuera el supuestos autor del libro al que su jefe sólo le puso el nombre no sería raro. En el cuarto de guerra de Peña Nieto se sabe que es él quien, junto con Videgaray, escribe y revisa la mayoría de los discursos del priísta, al menos los más importantes. Por eso es conocido ya como el Jon Favreau mexicano. Favreau es el joven que, con 30 años ahora, redacta los discursos de Barack Obama; hace tres años creó una de las frases más famosas del político estadounidense: “Yes, we can”.

A ver si en México, el próximo 1 de julio, Nuño y Peña Nieto confirman que ellos también pueden.

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