Usain Bolt queda con la pista libre para el campeonato mundial de Moscú. Se confirma el doping positivo del estadounidense Tyson Gay

28/07/2013 - 12:00 am

 

Foto: Twitter
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Ciudad de México, 28 de julio (SinEmbargo).- Tres semanas atrás, la noticia deportiva que acaparó portadas de diarios especializados era sobre un cambio de estafeta en una disciplina tan explosiva como seguida por fervientes aficionados que ven a los competidores como mutantes. Los corredores logran hazañas que la mayoría de los mortales ven con la boca abierta sin dar crédito a las habilidades genéticas de una persona con una misma nariz, un par de ojos y una sonrisa como la de cualquier otro; la diferencia está en los genes bien entrenados. Esa era la respuesta máxima, la universal, la que todos creemos.

En la pista, el asombro no dura más de 10 segundos. Cada año baja la duración para sorpresa de los puristas que siguen esperando un límite en las cifras. Nueve y centésimas, es el común resultado. Números van y vienen ante la expectativa de un nuevo récord mientras figuras desfilan por el orbe con esa virtud que los hace extraordinarios. Un terremoto, 10 segundos. Cien metros. La distancia reina de las competencias de atletismo, tan contrarias a las de larga aliento donde la fortaleza mental y física resisten a las inclemencias extraordinarias. “El hombre más veloz del mundo”, mote que vale más que cualquier otra cosa. La reputación del atleta.

Usain Bolt es un jamaiquino, que ha puesto el mundo a sus pies tras verlo correr en una pista mientras algún aficionado en la grada, con los ojos abiertos cree ciegamente que de pronto empezará a volar. Con su cuerpo delgado y espigado, la presencia del “Hombre más veloz del mundo”, significaba estatus. De gran carisma, arrogante, disminuye su velocidad en la parte final del recorrido para no agotarse mientras sus competidores estiran las piernas con el rictus del esfuerzo en pos de un mejor lugar. Bolt siempre queda primero. Una estampa repetida cada vez que competía.

Foto: Facebook
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Desde Jamaica, Usain defendió a los suyos luego de las acusaciones de Carl Lewis que especuló con que la delegación caribeña podría haber estado favoreciéndose con alguna sustancia prohibida. Bolt fue durísimo frente a la leyenda viviente: “No le tengo ningún respeto”, declaró con desgano juvenil y los ojos llenos de furia. El velocista, que hacía cosas extraordinarias con suma facilidad, tenía que tener algo prohibido. Las acusaciones llegaban de todos lados, pero nadie le encontró nada al que sueña con jugar un partido oficial con el Manchester United.

De pronto, a principios de mes, Bolt había quedado en segundo. El mundo deportivo colapso con la noticia. Un nuevo cambio de estafeta, había llegado. En Estocolmo, sede de la entrega de los premios nobel anuales, tras dos años de “volar” Usain bajó a terreno mortal tras llegar por detrás del estadounidense Tyson Gay. Un velocista que está  a punto de cumplir 31 años el 9 de agosto. Gay vivió de pronto ser reconocido como el hombre más rápido del planeta. El 9.84 recorrió la palestra deportiva con una foto de Tyson a un costado.

“No tenía potencia, y él estaba mejor preparado”, declaró Bolt tras la derrota. “Fue un placer derrotarlo”, dijo sonriente Gay. Semanas después, la ferviente pasión por la nueva figura se apagaría. Un doping positivo del estadounidense en una muestra del 16 de mayo pasado, salió a la luz. Tyson renunció inmediatamente a competir en el próximo mundial de Moscú en agosto, declarando que nunca había consumido una droga conscientemente para mejorar el rendimiento. Lo que ha sucedido es que puse mi confianza en alguien y me ha fallado”.

Ayer, Bolt ganó los 100 metros de la Diamond League de Londres con miras a su participación en la competencia rusa del mes entrante. Mientras tanto, la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA, por sus siglas en inglés), confirmó que la muestra “B” de Tyson Gay había sido también positiva. El duelo de los 100 metros entre el norteamericano y el jamaiquino, se ha disipado con el ambiente manchado por un nuevo caso de dopaje. Con lo deportivo de costado, Gay asumirá las consecuencias, mientras los aficionados se quedan huérfanos de una batalla pero con la esperanza de que a mitad de la carrera, abrirán los ojos para volver a creer que Usain Bolt, sin competencia, pueda empezar a volar.

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