RESEÑA | “EXIT: Ideologías de la Crisis”, de Tomasz Konicz

28/10/2017 - 12:03 am

Tomasz Konicz es uno de los periodistas y ensayistas que denuncian desde dentro de Alemania la imposición por Berlín de políticas económicas a los demás países de la eurozona. En EXIT, el autor analiza la desmaterialización financiera y la producción en cadena de burbujas especulativas alimentadas por el crédito; la lucha neo-imperialista de Eurasia y Occidente por las esferas de influencia y las materias primas; las nuevas políticas de inmigración; el fenómeno de las maras en Centroamérica y muchos otros temas de los que da cuenta esta reseña.

Ciudad de México, 28 de octubre (SinEmbargo).- Una crisis económica y social se ciñe sobre la faz de la tierra, indica Exit: Ideologías de la Crisis. Extiende sus largos brazos hasta la víctima última del sistema capitalista y pliega sobre sobre hombres y mentes: resplandece en los vórtices del lenguaje, manipulando lo que ocurre a nuestro alrededor y cómo nos referimos a ello. Pero, ¿crisis? ¿qué quiere decirse con crisis? La crisis son una serie de elementos aparentemente dispersos que tienen un origen común, una raíz que los emparenta.

Tomasz Konicz nació en Polonia en 1973. Foto: Especial

En México transluce en la guerra al narcotráfico, la corrupción, los secuestros, el fraude electoral, entre otros. Pero, ¿de dónde viene ésta crisis? Una idea recorre el libro de Tomasz Konicz como un satélite donde revolucionan múltiples esferas –esferas que reflejan el rostro a medialuz de Vladimir Putin, China, el Estado Islámico, la crisis de los refugiados, Ángela Merkel, la mara salva trucha, etc.-. Konicz se pregunta: “¿Queréis saber qué es lo que alimenta desde adentro la dinámica de la crisis global en acto?” Respuesta: Lo que alimenta la dinámica de la crisis global son las contradicciones inherentes al capitalismo como proceso en movimiento, antes especificadas en Marx, y la aparición de un fantasma que recorre el mundo: la deuda.

El último libro de Yanis Varoufakis Adults in the Room: my battle with europe’s deep establishment, está recorrido por ése fantasma. No es casualidad. Las coincidencias con el libro de Konicz son sorprendentes. No hay línea en el libro donde la deuda no le atormente como un monstruo maldito. Es omnipresente, la bestia que encarna las crisis y las ideologías que las acompañan. Más que cualquier desastre, más que cualquier Estado: por todos lados la horrenda deuda que muta en un monstruo invisible.

¿Por qué la deuda? Aquí el asunto es complejo. Como todos sabemos, el capitalismo “se basa en la explotación de la fuerza de trabajo en el proceso productivo con el fin de lograr el máximo beneficio”. ¿A alguien le queda duda? Desde el advenimiento de la fábrica se ha dogmatizado al obrero, y su cuerpo ha devenido plástico, moldeable a los intereses productivos del burgués. El trabajo asalariado pone en actividad al demonio capitalista. Es decir, nuestro trabajo y recibir un salario por él es lo que nos permite comprar las mercancías en las que otros trabajan y reciben un salario por ello. Es entonces cuando el mercado, a través de la competencia –una forma inherente al capital-, forja formas de racionalización en las empresas para maximizar sus ingresos y reducir sus egresos. Resumen: la introducción de mejoras tecnológicas para hacer más productivas a las empresas habrían de reducir la contratación de trabajadores y hacer necesario su despido. Evolucionan las maquinas productivas, se obnubila el trabajo obrero. El desempleado entonces, para poder consumir, se endeuda. Al grado en que no únicamente son los individuos quienes padecen deudas, si no los estados-nación, quedando en manos del prestamista: el banco –en el caso de las naciones, los bancos centrales y los fondos internacionales-.

Qué libro el de Konicz, cuánta tensión su lectura. Compuesto por una serie de artículos y publicado por Enclave de Libros, ayuda a encontrar una sola respuesta a todos los dispersos e incomprensibles síntomas de la crisis global en curso, convirtiéndose no solo una herramienta para el lego de los asuntos internacionales, sino en una denuncia justa, contundente y actual.

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