El Presidente López Obrador lanzó el reto, y la oposición aceptó: acudirá al Zócalo el domingo 26 de febrero para mostrar músculo en una plancha de 46 mil 800 metros cuadrados, muy fotografiada y durante las últimas décadas relacionada con las movilizaciones de la izquierda.
Ciudad de México, 29 de enero (SinEmbargo).– El 23 de marzo de 1938 el Zócalo de la Ciudad de México fue el escenario frente al cual el Presidente Lázaro Cárdenas del Río leyó el Decreto de Expropiación Petrolera desde el balcón central del Palacio Nacional, durante la magna manifestación de apoyo que abarrotó la Plaza de la Constitución, un sitio que ha sido territorio de la izquierda y que ahora la oposición busca llenar de cara a la marcha a la que ha convocado para el próximo 26 de febrero con el discurso de “defender la democracia”.
El Zócalo mide 46 mil 800 metros cuadrados. La apropiación del espacio público, para muchos sociólogos e historiadores, está relacionada con el poder. En plazas, parques, jardines y calles se socializan ideas y se refuerzan identidades. La izquierda mexicana convirtió el centro de la Nación en un lugar para reivindicar causas y reclamos, pero también para la celebración de logros y como demostración de su alcance.
Medio siglo después del discurso histórico del General Cárdenas, la Plaza principal del país sería el escenario desde el cual su hijo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, desconocería el triunfo de Carlos Salinas de Gortari luego de la elección fraudulenta de 1988. “No reconoceremos autoridades que surjan del fraude electoral”, dijo Cárdenas Solórzano, quien meses después, el 5 mayo de 1989, abarrotaría ese mismo escenario para la convención nacional constitutiva del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fuerza política que lo respaldaría en las elecciones presidenciales de 1994 y 2000.
“Llenar el Zócalo tiene sentido cuando hay competencia política, antes no la había, en un sistema autoritario con un partido de Estado, cuando lo deseaba podía llenar Fidel Velázquez el Zócalo a voluntad, esa fórmula es como la Plaza Roja de Moscú, el estalinismo la podía llenar a voluntad, es en los últimos años cuando tiene sentido, cuando es una forma de saber si una fuerza política puede movilizar a sus bases y mostrar su fuerza”, planteó en entrevista el historiador y profesor emérito del Colmex, el doctor Lorenzo Meyer.
“No es casual que esta concentración la haya convocado el Partido de la Revolución Democrática hoy 5 de mayo. Hace 127 años las armas y la razón de la República se impusieron victoriosas al ejército y los intereses de la intervención y el colonialismo, que uso pretexto de cobrar una deuda invadieron nuestro territorio. Recordamos en esta fecha a Ignacio Zaragoza y los valientes defensores de Puebla, al patriotismo y al temple de Benito Juárez y a los innumerables combatientes contra el imperio. Honrémoslos reafirmando en esta plaza nuestro compromiso de lucha contra la intervención y el entreguistas, contra la dependencia y por nuestras libertades”, pronunció hace casi 34 años el Ingeniero Cárdenas en un Zócalo al que asistieron miles de personas.
La misma plaza sería empleada para su cierre de campaña de 2000 y para que el entonces Jefe de Gobierno electo del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, celebrara su triunfo en la capital. Desde ese mismo lugar, seis años después, más de un millón de personas —la que en ese momento sería la mayor protesta registrada en el país— respaldarían al mismo López Obrador cuando denunció el fraude en el proceso electoral de ese año en el que luego de una campaña sucia emprendida por la derecha y empresarios se dio el triunfo al panista Felipe Calderón Hinojosa.
“Propongo que nos quedemos aquí en asamblea permanente, hasta que resuelva el Tribunal, que permanezcamos día y noche hasta que se cuenten los votos y tengamos un presidente electo, con la legalidad mínima que nos merecemos los mexicanos”, dijo en esa ocasión López Obrador. “Les informo que yo también viviré en este sitio mientras estemos en asamblea permanente”, añadió al anunciar uno de los principales movimientos de resistencia en la historia del siglo XXI del país.
Precisamente, el doctor Lorenzo Meyer explicó cómo López Obrador es quien más ha utilizado el Zócalo cuando estaba en la oposición como parte de una herencia iniciada por el Ingeniero Cárdenas. “Poco a poco fueron llenándolo (el Zócalo), Cárdenas y luego Andrés Manuel, dentro de la oposición, que ese es el chiste, llenarlo dentro de la oposición, vamos a ver si esta oposición, de clase media, urbana, se muestra muy crítica de la 4T puede llenarlo”.
“Es parte de la democracia los dos bandos en disputa por el proyecto de la nación mexicana para el Siglo XXI”, ahondó el profesor emérito del Colmex.
En el Zócalo López Obrador tomaría protesta como Presidente legítimo y seis años después regresaría a llenarlo en el cierre de su segunda campaña presidencial, al que de acuerdo con cifras oficiales acudieron 150 mil personas. Luego de esa contienda, en la que resultaría electo el priista Enrique Peña Nieto, López Obrador montaría en la Plaza de la Constitución la Expo Fraude en la que presentaría las pruebas de las irregularidades en esa contienda. Ya durante el Gobierno en 2014, en la antesala de la fundación de Morena como partido, volvería a reunir a decenas de miles de personas para convocarlas a cambiar de rumbo al país, algo que sucedería en 2018 con la llegada del primer gobierno emanado de la izquierda que él encabeza, un suceso que sería festejado en un Zócalo colmado de personas.
“¿Cuántas veces la oposición a Andrés Manuel ha llenado el Zócalo? Así a bote pronto, ninguna, la última vez no se animaron a llegar al Zócalo. Sí, sí tiene importancia y está bien, me parece una fórmula interesante porque quien va al Zócalo, una de dos, o va forzado, porque la torta o el descuento al sueldo o lo que sea, o porque realmente está comprometido, y en dado caso sí es un indicador”, señaló el doctor Meyer.
Precisamente en la administración de López Obrador la oposición ya intentó mostrar su músculo en esta plaza sin tener éxito hasta el momento. El Frente Nacional Anti-AMLO (FRENA) instaló en septiembre de 2020 un plantón que se alargó hasta noviembre, el cual fue criticado al descubrirse el uso de casas de campaña vacías. El Presidente aprovechó la ocasión para exhibir al líder de este movimiento, Gilberto Lozano, por no quedarse a dormir en el lugar.
“Ya tomaron la decisión de bajarse de los carros y protestar y acampar que se queden ahí, además que se queden todos, también los dirigentes a dormir ahí en las casas de campaña, que no se vayan a ir a los hoteles en la noche y que dejen nada más a la gente ahí durmiendo”, pediría el Presidente al inicio de la movilización.
Ahora, convocados por membretes del empresario Claudio X. González, los miembros de la oposición buscan hacer frente al Presidente entrando a su territorio meses después de que el 13 de noviembre pasado congregaran a decenas de miles de personas sobre Paseo de la Reforma y de que el Presidente les respondiera con un acto masivo en la Plaza de la Constitución.
Se trata de las organizaciones Sociedad Civil México, que dirige la exdiputada panista Ana Lucía Medina; Va por México, fundada por Claudio X. González e integrada por PRI, PAN y PRD, así como otras vinculadas sobre todo a Acción Nacional, las que se han propuesto este reto de llenar el Zócalo.
“Si se puede llenar en verdad así abarrotarlo, como ya lo hizo en el pasado la oposición de izquierda, si la derecha puede abarrotarlo, en la Ciudad de México la derecha es fuerte, sobre todo después de las últimas elecciones locales, donde tomó las alcaldías que antes no tenían. Entonces está interesante, a lo mejor lo puede abarrotar, luego vendrá la respuesta, en este caso la pelota la tiene primero la oposición y luego viene la respuesta de Andrés Manuel, vamos a ver, pero para nosotros como ciudadanos es interesante, es realmente el juego democrático, uno de los aspectos del juego democrático”, comentó Lorenzo Meyer.
Esos grupos que participarán en la movilización fueron los que caminaron por el Paseo de la Reforma y tomaron el Monumento a la Revolución en la marcha conocida como “El INE no se toca”. Ahora han decidido repetir la fórmula el domingo 26 de febrero con el argumento del llamado Plan B de Reforma Electoral que, según el Instituto Nacional Electoral, dejará a miles sin empleo.
Andrés Manuel López Obrador ya había retado a la oposición a llenar el Zócalo, pero no le habían tomado la palabra hasta ahora. Casi inmediatamente después de que se anunciara esta segunda movilización, el mismo Presidente convocó a una concentración en el Zócalo el 18 de marzo para la celebración de la Expropiación Petrolera.
Para el doctor emérito del Colmex es clave que el Presidente haya elegido para responder el acto de la Expropiación Petrolera. “La fuerza política que está detrás de la privatización del petróleo es la que ahora está en oposición a Andrés Manuel y ellos van a ir primero y luego va a air Andrés Manuel con el respaldo histórico, digamos, del nacionalismo petrolero, que es una de las cumbres del nacionalismo moderno mexicano. Conmemorar la Expropiación con una concentración en el Zócalo es como una respuesta a lo que van a hacer antes la oposición a la 4T”.
