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Alejandro Páez Varela

29/08/2016 - 12:05 am

Lo bueno cuenta mucho

No son “malas noticias”, estúpidos: es la realidad. Hagan su trabajo. Chequen sus propios números. No le cuenten mentiras al Presidente: no son los medios los que inflan malas noticias; hay malas noticias porque la gestión de este gobierno ha sido un fiasco.

Lo bueno cuenta mucho pero, ¿dónde está? Foto: Cuartoscuro
Lo bueno cuenta mucho pero, ¿dónde está? ¿En dónde encuentra eso “bueno” un ciudadano que no se beneficia de los presupuestos del gobierno? ¿Está, lo bueno, en las flores y las sonrisas de los niños? ¿En dónde está? Foto: Cuartoscuro

–En memoria de Alberto, con un adolorido adiós.

La filósofa Rosario Robles tenía razón, la semana pasada, cuando expresó a una pareja de nuevos banqueros (César Duarte y su esposa) la siguiente frase:

“Me da mucho gusto verlos a los dos bien porque, miren, yo lo he vivido: las tormentas van y vienen. Los periódicos se hicieron para matar moscas y limpiar vidrios. Pero la vida, y que Dios les dio una segunda oportunidad, esa sí, no la compra uno con nada y ustedes están aquí vivos, fuertes y sanos y eso es importante”.

El banquero es, además, Gobernador de Chihuahua. Su esposa y él fundaron, mientras usted y yo dormitábamos, un banco: el Unión Progreso, cuyo logo es un sol naciente o menguante y para el caso es lo mismo: es un sol rojo, como los colores que usa su partido, el PRI.

Y la filósofa de SEDATU tenía razón en el más amplio sentido porque su lógica (del griego antiguo λογική, derivado de logos, λόγος) se basa en otra línea de pensamiento, ésta de otro estudioso contemporáneo: Enrique Peña Nieto.

–No te preocupes, Rosario.

Y, en efecto, Rosario no tuvo que preocuparse. Nunca. Dos millones de pobres se sumaron en su gestión como Secretaria de Desarrollo Social y se le acusó de movilizar recursos para beneficiar al partido que antes detestaba (el PRI) y véanla, plena, dando cátedra.

No te preocupes, Rosario. No te preocupes, César Duarte. No te preocupes, Alfredo Castillo. No te preocupes, Miguel Ángel Osorio Chong y no te preocupes, Luis Videgaray.

Los periódicos se hicieron para matar moscas y ya. No se precupen.

El señor Gobernador y su esposa están acusados de enriquecimiento ilícito pero eso no importa: “Dios les dio una segunda oportunidad” y, si entendemos entrelíneas (como debemos entender a los filósofos), el Presidente los ha perdonado. O les ha dado manga ancha. O simplemente les ha dado el ejemplo.

No importa qué diga el SAT. No importa qué diga el PRI. No te preocupes, César Duarte. No pasa nada.

Rosario llevó ese mensaje de esperanza a la pareja de banqueros, y otro:

–Los periódicos se hicieron para matar moscas y limpiar vidrios –dijo la filósofa de los pobres, o la filósofa generadora de pobres.

Quizás sabe de eso, de periódicos limpia-vidrios. Se refería, quizás, a esos a los que puede manipular con una sola llamada. Hablaba de sus experiencias, tal vez.

“Las tormentas van y vienen”, dijo. Sabias palabras. Se refería, quizás, a que hay que aguantar porque, de todas maneras, en este sexenio los inútiles y los tramposos pueden heredar el reino de los cielos.

***

Alguien le vendió al Presidente Enrique Peña Nieto que sólo las cosas malas se difunden en México y que esos son, por definición, los culpables de los males de México.

Y entonces, ahora, se ha lanzado una contraofensiva: “las cosas buenas no se cuentan”, dice el eslogan publicitario previo al Cuarto Informe Presidencial. Ahora se aplica el “no te preocupes, mexicano, son puras insidias”. Un “no se preocupe, Presidente, usted no va mal: son los medios gachos, que cómo joden con malas noticias”.

Así lo leo.

Me gusta que le vendieran esa idea porque, sin quererlo, en ella está un reconocimiento tácito de varios temas:

1. Que los autores del slogan se declaran incapaces para comunicar, a pesar de los miles de millones que operan para Comunicación Social. Sólo las malas noticias se difunden en este país, dicen. No pudimos colocar las buenas noticias y ahora, eso, su derrota, la vuelven slogan. Bien.

2. Que su círculo de medios afines (las televisoras, pero además muchos de los más importantes diarios impresos) no es tan importante como se veía desde Toluca hace cuatro años. Ese círculo no ha sido suficiente para encubrir. Cierto.

3. Que, en efecto, hay cosas malas (“y esas son las que se comunican”). Al menos ya reconocieron que las cosas en este país no van bien.

“Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”, dice la campaña. Que los mexicanos somos luchones, y “no podemos ser derrotistas”, dice el Presidente.

…Y dice bien. Porque si no fuéramos luchones, con la cantidad de errores fatales (mucha corrupción, mucha torpeza, mucho empecinamiento) cometidos por este gobierno (donde los errores de comunicación son los menores) estaríamos todos en la lona.

Porque si fuéramos sólo derrotistas, entonces nos habríamos paralizado ya. Y no. No estamos paralizados.

Efectivamente, por luchones y porque no somos derrotistas, millones de personas luchamos contra la corrupción y la mentira, valores promovidos en los hechos por este gobierno.

Porque somos luchones y derrotistas, el círculo de medios de comunicación amigos no ha impuesto una mentira como verdad, sueño que a veces es posible realizar en Toluca o en Ecatepec.

“Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho” es un juego de palabras bobo, la verdad. No sirve un carajo para vender NADA, pero en la frase, los de Comunicación Social reconocen públicamente que no han logrado hacer el trabajo que el Presidente sí tuvo cuando Gobernador. Una justificación y la aceptación tácita de su derrota.

El slogan es un “son ellos, jefe, los otros”. Un “su Gobierno va bien, jefe, pero esos otros ojetes no hacen sino contar lo malo, inundar a diario de malas noticias”.

Vendida y comprada la idea, esos funcionarios han ganado más dinero para colocar más buenas noticias; han conservado su empleo y han evadido su responsabilidad en la derrota.

No se preocupen, defensores de la imagen del Presidente. Vender esa idea y ese slogan les permitirá seguir cobrando salario. Algo no muy difícil en este sexenio, por cierto: ya ven Castillo: un usted disculpe… y listo, a seguir cobrando en la Conade.

***

No son “malas noticias”, estúpidos: es la realidad.

En el Gobierno federal deberían revisar sus propios números y no contarle sólo lo bueno al Presidente; eso no le ayuda a él, no le ayuda a nadie. No son los medios los que inflan malas noticias; las hay, porque la gestión es mala. Lo bueno cuenta mucho, sí, ¿pero dónde está? ¿En la oficina de Osorio Chong? ¿En la de Luis Videgaray? ¿Está en el Parque México –uno de los lugares más fresas del país–, desde donde Peña Nieto hace sus spots para el Cuarto Informe de Gobierno?

Que el Presidente no corra a nadie, no despida a nadie, no haga cambios, eso, eso no significa que el país y, sobre todo, que el gabinete vaya bien.

Significa, en todo caso, que en el reino de los ciegos no hay siquiera un tuerto para ver lo que se tiene que ver, antes de inventar un slogan bobo que los exhibe:

  • Homicidios con EPN:

62 mil 926 (1).

  • PIB para 2016:

2 a 2.6% (2).

  • La deuda:

44.5% del PIB (3).

  • Confianza del consumidor:

6 meses consecutivos de caída (4).

  • Mexicanos en la informalidad:

2.1 millones (5).

  • Mexicanos sin empleo:

29.4 millones (5).

  • Dólar:

19 pesos (6)

  • Último aumento de combustibles:

56 centavos, Magna; 44 centavos, Premium; 21 centavos, Diésel (7)

  • Aumento en la luz:

8.9%, uso doméstico de alto consumo; 7.5% en el industrial y 9% en el comercial (7)

  • Aumento en el gas:

5.86% (8)

***

…Todo lo anterior, sin contar la crisis de gobernabilidad y la inestabilidad social generadas por la Reforma Educativa; la crisis de desaparecidos y secuestros; la crisis económica causada por las reformas fallidas; la crisis de derechos humanos de una estrategia errónea contra la violencia; la crisis de credibilidad derivada de los escándalos de corrupción; la crisis de…

Pues sí, lo bueno cuenta mucho pero, ¿dónde está? Qué quieren que contemos, pues: ¿contamos los pajaritos?

Para el gabinete –como dijo la filósofa Rosario Robles–, “las tormentas van y vienen”. Pero para millones de mexicanos, esas políticas erradas significan comer, o no comer. Así de simple.

Qué le contamos, los medios, a esa gente cuyo salario se hace más pequeño ante sus propios ojos: ¿le hablamos de florecitas?

¿Esa es su estrategia para salvar al Presidente de vientos que cosecha por un gabinete que sólo siembra tempestades?

Lo bueno cuenta mucho, dicen. Puede ser. Pero, por lo pronto, eso “bueno” –que debe estar en el pajar– nos cuesta mucho: miles de millones se destinan y se destinarán a venderlo, día y noche, en la –otra vez– prensa aliada.

  1. Datos de INEGI al cierre de junio de 2016.
  2. Datos de SCHP actualizados en agosto de 2016.
  3. Datos de S&P en agosto de 2016.
  4. Datos de INEGI a julio de 2016.
  5. Segundo Trimestre de 2016, INEGI.
  6. Ventanilla, 27 de agosto de 2016.
  7. Datos de SHCP. Aumentos sólo en agosto.
  8. Datos de INEGI, primera quincena de agosto 2016.

Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx

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