Se trata de un trastorno que afecta a la capacidad de identificación y quien lo padece puede ver la cara de su pareja o de un miembro cercano de su familia, y estar convencido de que no son ellos, sino unos impostores. Parece, además, que tiene lugar por una desconexión entre el mecanismo físico del reconocimiento visual y la memoria afectiva.
MADRID, 30 mayo (EuropaPress).- En 1923 un psiquiatra francés, Jean Marie Joseph Capgras, fue capaz de describir un trastorno por el que una persona no es capaz de identificar o a asociar a sus personas más queridas, como sus parejas o hijos, por ejemplo, y se cree que los que tiene delante son dobles de estos.
Se trata de un trastorno que afecta a la capacidad de identificación y quien lo padece puede ver la cara de su pareja o de un miembro cercano de su familia, y estar convencido de que no son ellos, sino unos impostores. Parece, además, que tiene lugar por una desconexión entre el mecanismo físico del reconocimiento visual y la memoria afectiva.
En una entrevista con EuropaPress, el expresidente y socio de la Sociedad Española para el Avance de la Psicología Clínica y de la Salud (SEPCyS) José Manuel García Montes explica que el Síndrome de Capgras consiste en la experiencia de que un familiar o una persona conocida haya sido sustituida por un impostor idéntico.
“Aunque la persona con este trastorno reconoce físicamente al familiar en cuestión, considera que no es la misma persona desde el punto de vista psicológico. El caso que dio nombre al síndrome fue estudiado por el psiquiatra francés Joseph Capgras en 1932. Se trataba de una paciente de 53 años, de profesión costurera, con muy diversos síntomas y que, entre otras afirmaciones, señalaba que su marido había sido asesinado y que había dobles que lo sustituían. Igualmente, al ser internada en un psiquiátrico, consideraba que todo el personal tenía dobles”, señala el experto.
El también profesor en la Universidad de Almería resalta igualmente que hay estudios que han mostrado que este síndrome es más frecuente en mujeres que en hombres. A su vez, puntualiza que la prevalencia del síndrome se ha estimado sobre el 0.12 por ciento, es decir, algo más de una persona por cada mil habitantes.
“Se podría decir que es un síndrome poco habitual en la población general. A medida que la edad aumenta es más fácil que aparezca, sobre todo si la persona cuenta con un diagnóstico previo de esquizofrenia o con algún tipo de demencia”, matiza el miembro de SEPCyS.
Las causas son desconocidas en la actualidad, según reconoce el experto, si bien manifiesta que se han propuesto diversas hipótesis, relacionadas con factores orgánicos o cognitivos.
Entre otras, menciona la hipótesis por la que habría una desconexión entre las distintas áreas cerebrales encargadas del reconocimiento visual, y el reconocimiento emocional de las personas cercanas. “En realidad, esta explicación no deja de ser algo circular y a día de hoy no se sabe a ciencia cierta cuáles son las causas del síndrome de Capgras”, aprecia José Manuel García Montes.
Además, menciona que, sin lugar a dudas, este trastorno está asociado con la esquizofrenia hasta el punto de que el 50 % de pacientes que presentan el síndrome también han recibido un diagnóstico de esquizofrenia. “Padecer algún tipo de demencia o haber sufrido alguna lesión cerebral son también condiciones relacionadas con la aparición del síndrome de Capgras”, resalta.
Así dice que se ha estimado que el 15 por ciento de pacientes con Alzheimer presentan también el síndrome de Capgras; aparte de que algunas drogas, como la ketamina, pueden llegar a producir también experiencias momentáneas similares al síndrome de Capgras.
¿TIENE CURACIÓN?
Sobre los tratamientos, el socio de la SEPCyS mantiene que suelen ser farmacológicos, y no van dirigidos al síndrome de Capgras en sí mismo, sino a la condición que se supone que lo provoca. “Así, se utilizan fármacos antipsicóticos si el paciente ha recibido un paciente de esquizofrenia o medicaciones como los inhibidores de la colinesterasa, eficaces en ciertos tipos de enfermedad de Alzehimer”, agrega.
En cuanto al pronóstico del síndrome de Capgras, García Montes subraya que éste va muy unido al desorden que le suele acompañar, y se podría decir que el síndrome remite en siete de cada 20 casos en pacientes con esquizofrenia, estando relacionada esta remisión con un descenso en general de toda la sintomatología.
