Cómo mejorar la mala circulación y evitar varices por sedentarismo durante el confinamiento

30/06/2020 - 12:05 am

El agravamiento en síntomas de pesadez , dolor y piernas cansadas puede ser causado porque se produce un aumento de la sangre estancada en las venas de las piernas, que puede conducir a un aumento de la presión y a la aparición de varices nuevas, o bien a un aumento del tamaño de las que ya existen. “Por lo tanto, cualquier situación de falta de actividad puede aumentar los síntomas, pero también las varices”, afirma especialista.

MADRID, 30 de junio (EuropaPress).- Ya no nos movemos como antes. El confinamiento que responsablemente hemos tenido que cumplir para evitar la propagación de contagios de COVID-19 está haciendo que nos estemos volviendo sedentarios y comiendo peor de lo que toca. ¡Hay que ponerse las pilas!

En el caso concreto de las varices y de la mala circulación, que nos atañe en este artículo, el doctor Manuel Frías Vargas, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud Comillas en Madrid advierte en una entrevista con Europa Press de que durante estos días de encierro en casa puede empeorar la sintomatología de la enfermedad venosa crónica o “mala circulación”.

Así, detalla que puede producirse un aumento del dolor en las mismas, con presencia de hormigueo, quemazón, sensación de calambres, hinchazón (edema), o picor y sensación de pesadez de las piernas, todo ello consecuencia principalmente del sedentarismo, del estreñimiento, y del aumento de peso que están surgiendo estos días por el confinamiento.

El también coordinador de Grupo de trabajo de Vasculopatías de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) explica para poder entenderlo que la mala circulación forma parte de un proceso inflamatorio que, junto al incremento de la presión en la venas, hacen que pierdan elasticidad, se dilaten y provoquen que las válvulas estén muy separadas unas de otras, y no cierren bien, aumentando por tanto la sintomatología descrita.

Mientras, el doctor Rodrigo Rial, especialista en Angiología y Cirugía Vascular y presidente del Capítulo Español de Flebología y Linfología de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV) recuerda a Infosalus que la actividad física, como el caminar, representa el motor esencial para el retorno venoso.

“Estamos recibiendo muchas consultas on line sobre una agravamiento o aparición de los síntomas de pesadez, de dolor, y de piernas cansadas en muchos pacientes que tenían varices previas, pero también en personas que, sin varices, y que desde que comenzó el confinamiento, tienen menos actividad física. La causa es el sedentarismo “obligado” que disminuye la bomba muscular y aumenta la congestión venosa”, remarca el especialista en varices.

Para explicar este posible cuadro de agravamiento, el doctor Rial mantiene que éste puede ser causado porque se produce un aumento de la sangre estancada en las venas de las piernas, que puede conducir a un aumento de la presión y a la aparición de varices nuevas, o bien a un aumento del tamaño de las que ya existen. “Por lo tanto, cualquier situación de falta de actividad puede aumentar los síntomas, pero también las varices”, alerta el presidente del Capítulo Español de Flebología y Linfología de la SEACV.

Aparte del efecto directo de la falta de ejercicio en el retorno venoso, este experto mantiene que se suman la ganancia de peso y la sensación de que ya no es necesario el tratamiento que se llevaba a cabo. “Estamos observando que muchos pacientes prescinden de las medias elásticas, o de la medicación flebotónica que tomaban, por el mero hecho de estar en casa y de que no trabajan de pie, cuando en realidad están de pie o sentados las mismas horas del día, y además con menor actividad. Dejar de utilizar las medias elásticas o dejar de tomar la medicación es un error”, avisa el experto.

PAUTAS PARA MEJORAR

Así con todo, el coordinador de Grupo de trabajo de Vasculopatías de SEMERGEN, el doctor Frías Vargas, resalta que las principales pautas que podemos seguir estos días en nuestras áreas de confinamiento para mejorar o disminuir la sintomatología que hemos descrito son las siguientes:

SENTADA: Separar y juntar las puntas de los pies; balancear suavemente los pies, de los dedos a los talones; elevar los talones apoyándose en la punta de los pies, 20 veces aproximadamente; realizar masajes con agua fría desde el pie hasta la rodilla; procurar mantener las piernas elevadas apoyando las pantorrillas en un taburete.

TUMBADA: Con las piernas elevadas y extendidas, flexionar y extender alternativamente los dedos de los pies 20 veces; con las piernas elevadas y extendidas, girarlas en movimiento rotatorio alternativo en ambos sentidos, 10 veces; con las piernas extendidas separarlas y juntarlas 15 veces; levantar alternativamente las piernas flexionadas.

DE PIE: Ponerse de puntillas varias veces, caminar sobre los talones unos minutos, y caminar de puntillas unos minutos.

Adopción de hábitos de vida saludables: Práctica de ejercicio físico regular, evitar el sedentarismo, la obesidad, eliminar el alcohol y el tabaco; “son vitales, sobre todo por su papel potencial para el desarrollo de complicaciones”.

Uso de la terapia compresiva (medias elásticas) con la presión adecuada.

El tratamiento farmacológico, pautado por un médico, el cual no debe suspenderse durante el confinamiento, salvo situaciones especiales.

Por su parte, el doctor Rial, presidente del Capítulo Español de Flebología y Linfología de la SEACV, plantea también:

Aún en el caso de pequeños domicilios se puede realizar ejercicios con las piernas, andar sobre el terreno, movilización de tobillos, por ejemplo, un par de veces al día, y durante 5 minutos. “No supone un gran esfuerzo y sí mucho beneficio”, defiende.

Mantener, siempre que sea posible, las piernas elevadas.

No dejar de utilizar las medias y no dejar de tomar la medicación prescrita.

Mantener una dieta adecuada para no ganar peso.

En este contexto, el doctor Rial mantiene que aunque en el estado de alarma siempre se han podido realizar las consultas médicas, por responsabilidad ante una patología en que se puede demorar los tratamientos, la mayoría de los cirujanos vasculares han suspendido las consultas, salvo en casos urgentes. “Afortunadamente la cantidad de contagios diarios va disminuyendo y ya se está retomando las consultas presenciales, pero queda un tiempo indefinido en el que vamos a tener menos actividad física. A esto se va a sumar el calor que va a venir en breve que dilata más las venas y que agravará el estado de las varices”, alerta el experto.

Finalmente, el miembro de SEMERGEN subraya que la patología venosa, principalmente, la enfermedad venosa crónica (mala circulación), es un problema de salud de primera magnitud, puesto que merma la calidad de vida de quienes la padecen, y puede conllevar complicaciones de gravedad durante su evolución. “Asimismo, la vertiente estética de la insuficiencia venosa crónica puede llegar, incluso, a afectar emocionalmente al paciente”, concluye el doctor Frías Vargas.

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