“Blindaje” en San Lázaro cumple un mes; la “casa del pueblo” y el Zócalo se volvieron inaccesibles

30/09/2013 - 12:05 am
San Lázaro y las zonas cercanas están resguardadas desde el 1 de septiembre. Foto: Cuartoscuro/ Enrique Ordóñez
San Lázaro y las zonas cercanas están resguardados desde el 1 de septiembre. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 30 de septiembre (SinEmbargo).- El acero metálico de más de tres metros de altura que desde hace un mes se yergue frío, imponente e impenetrable alrededor de la Cámara de Diputados podría mantenerse hasta el fin del periodo ordinario (el 15 de diciembre), o por lo menos, hasta que termine la discusión de la Reforma Energética, coincidieron Diputados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y Verde Ecologista de México (PVEM).

Por lo pronto, el blindaje de acero alrededor del Palacio Legislativo cumple un mes de haberse instalado y continúa inamovible, a pesar de las quejas de los vecinos de la colonia El Parque, donde se sitúa la Cámara de Diputados y pese a que este tipo de operativos que cortan la circulación de ciudadanos y vehículos violenta el derecho al libre tránsito consagrado en la Constitución.

“Es algo que termina siendo absurdo, que está dañando mucho a la población circunvecina a la Cámara y que por lo mismo, yo creo que necesitamos ponerle un alto, finalmente los trabajos de la Cámara se han llevado con normalidad, no hay ningún exabrupto, hay medidas de seguridad para el ingreso, yo creo que está completamente bien cubierta la seguridad en la Cámara”, consideró la Diputada perredista, Aleida Alavez Ruiz, vicepresidenta de la Mesa Directiva.

Pero los diputados priistas, panistas y pevemistas no lo ven así. Por el contrario, consideran que las vallas metálicas deben mantenerse intactas, a fin de garantizar la seguridad de legisladores, empleados y hasta de los propios vecinos, que podrían correr riesgos en caso de que se desate alguna manifestación violenta en las inmediaciones.

“Y tenemos que defender y cuidar al ciudadano de a pie, al que vive por aquí que también podría correr riesgos. Y bueno, nosotros entendemos que somos libres y debemos de vivir en libertad, sin estar amarrados o atados, como puede mucha gente decir, pero yo veo que lo hacen más por el tema de seguridad”, aseveró el Diputado Enrique Aubry de Castro, vicecoordinador de la bancada del PVEM.

El blindaje se reforzó el miércoles 25 de septiembre, día en que acudió a San Lázaro el Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, a comparecer ante comisiones del ramo. Ese día se volvieron a cerrar accesos porque corrió el rumor de que maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), inconformes con la Reforma Educativa, acudirían a manifestarse al recinto legislativo.

“Las vallas estuvieron cuando fueron requeridas, después se quitaron y las volvieron a poner, es un tema de seguridad, no se puede exponer ya ni la ciudad ni al ciudadano ni al Congreso, a que vuelva a pasar algo como lo que ocurrió el mes pasado cuando se metieron ‘gentes’ de  los maestros que incendiaron un coche, rompieron vidrios”, aseveró el Diputado Enrique Aubry.

EL ZÓCALO TOMADO

Un campamento de la CNTE se estableció en el Zócalo del 18 de agosto al 13 de septiembre: Foto: Archivo/SinEmbargo.
Un campamento de la CNTE se estableció en el Zócalo del 18 de agosto al 13 de septiembre: Foto: Archivo/SinEmbargo.

Comerciantes de la zona centro del Distrito Federal se quejan, lo mismo de la incomodidad de la manifestación de maestros en la plancha del Zócalo, que del cierre de calles implementado por la autoridad que resguarda el centro de acopio para los damnificados por los ciclones “Ingrid” y “Manuel”.

“Nos afecta porque una de nuestras principales fuentes de ingreso en la zona es el metro Zócalo, tiene prácticamente un mes cerrado. Las ventas han disminuido, que te diré en un 40 o 50%, sí ha estado bastante pesado”, admitió Miguel, comerciante del primer cuadro de la capital.

Los habitantes de la colonia Centro también han sido afectados en su vida cotidiana.

“Las personas que vivimos aquí tenemos que dejar los coches lejos de aquí. Yo tengo a un familiar, tiene 78 años mi mamá y tiene que ir al médico, no puede caminar y no pueden entrar los taxis, entonces hay que dar mucha vuelta”, aseguró Alejandra, que vive en la calle de Moneda.

Ambos sectores, perjudicados directos de la mala negociación política y peor manejo de la inconformidad magisterial, consideran que no hay mucha diferencia entre las afectaciones provocadas por el plantón de maestros y ahora por la policía.

“Sustancialmente es lo mismo, la movilidad está ahorcada. Pero cuando sólo estaban los maestros sí estaba abierto el metro Zócalo y tenías más acceso a algunas calles. Hoy están completamente cerradas varias calles. En cuanto a la seguridad que se percibe, creo que los vecinos nos sentimos más tranquilos ahorita, no hay comentarios sobre inseguridad”, aseguró Irma, vecina de la zona.

También han sido perjudicados comerciantes cuyos negocios no están en el primer cuadro, sino unas cuadras más allá, en la zona de Mixcalco. El comercio en esta zona es más del tipo de mayoreo, y sus principales clientes no necesariamente son residentes del Distrito Federal.

“Los clientes no pueden entrar, hay muchísimas personas que vienen a comprar de fuera del Distrito Federal. Llegan por la TAPO y la terminal de aquel lado, en lo que es Congreso y todas esas avenidas están cerradas. Y si llegan por la terminal del sur o la del norte se satura horrible al llegar al centro. Entonces hay muchas personas que prefieren no venir”, lamentó Marcos.

Víctimas indirectas de la situación son los empleados de los comercios de la zona, quienes no cuentan con credencial de elector con dirección de la zona, por lo que se les niega el paso por las principales calles y deben recorrer varias cuadras, antes de llegar a su destino.

“Hay muchos trabajadores del centro, por ejemplo los empleados de las ferreterías de corregidora o los de las telas, que no tienen credencial de elector de esta zona, pues si tienen que caminar muchísimo, sí tienes que dar toda tu ‘vueltezota’, a fuerza”, agregó Marcos.

SEMANAS DE “ENCIERRO”

El viernes 13 de septiembre será recordado como el día en que fueron desalojados los maestros de la CNTE del plantón que mantenían en el Zócalo capitalino desde el 18 de agosto, para manifestar su rechazo a la aprobación e implementación de las leyes secundarias de la Reforma Educativa, que les impone una evaluación y cambios en el esquema de contratación.

Durante varios días, maestros de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Chiapas y Veracruz, principalmente, hicieron de la plancha del Zócalo su hogar, pasaron hambre y sufrieron las inclemencias de las fuertes lluvias provocadas por la entrada de las tormentas tropicales “Ingrid” y Manuel”.

Hacia finales del mes de agosto, la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) en la Ciudad de México estimó pérdidas por hasta 335 millones de pesos a causa de las manifestaciones y el plantón realizados por miembros de la CNTE.

En un comunicado, el organismo detalló que del 25 de junio al 23 de agosto, la CANACO había contabilizado 21 manifestaciones protagonizadas por los maestros disidentes, las cuales habían impactado negativamente en los mil 14 negocios del primer cuadro de la capital.

El viernes 13 de septiembre, día del desalojo, políticos de derecha, medios de comunicación y un amplio sector de la población celebraron que se hubiera cumplido el Estado de Derecho y se recuperara la plancha del Zócalo, para realizar las festividades patrias

Sin embargo, en cuanto pasó el último contingente del desfile militar para celebrar el 203 aniversario de la Independencia de México, la plancha del corazón del país permaneció bajo resguardo de la autoridad.

El 19 de septiembre, se retiraron las vallas metálicas tras la ceremonia para recordar a las víctimas del sismo de 1985, y el Gobierno del Distrito Federal resolvió instalar un centro de acopio para los damnificados de “Ingrid” y “Manuel”, en un claro movimiento político para impedir el regreso de los maestros.

Ha pasado una quincena desde entonces y hasta hoy continúa restringido el acceso al Zócalo capitalino, a menos de que quien pretenda ingresar lo haga exclusivamente para llevar víveres al centro de acopio.

Los maestros fueron desalojados del Zócalo por policías federales. Foto: Cuartoscuro.
Los maestros fueron desalojados del Zócalo por policías federales. Foto: Cuartoscuro.

EL BLINDAJE EN LA CÁMARA

Durante todo el mes de septiembre, fue imposible el libre tránsito sobre las calles Zapata, Sidar y Rovirosa, así como en los tramos aledaños de las avenidas Congreso de la Unión y Eduardo Molina, para los ciudadanos que no tienen un gafete y que requerían cruzar las calles de siempre para llegar al metro San Lázaro.

Asimismo, fue muy complicado el acceso a “la casa del pueblo” sobre todo para visitantes y medios de comunicación no acreditados, ya que para ingresar, algún representante de Comunicación Social o del área que se quisiera visitar, debería acudir personalmente a la puerta de acceso para asegurar la entrada del visitante.

“Se está volviendo inaccesible lo que es la casa del pueblo y eso es algo que no podemos dejar pasar, ahorita hay muchas exposiciones en el Museo Legislativo, por el aniversario de Sentimientos de la Nación, toda esta muestra itinerante y que la gente no puede acceder porque hay cercos que impiden ese libre tránsito”, confirmó la Diputada Aleida Alavez.

El blindaje de acero se instaló el pasado 29 de agosto por la Policía Federal, con el propósito de garantizar el acceso de diputados y senadores a la ceremonia del primero de septiembre, porque maestros de la CNTE y el movimiento #YoSoy132 amenazaron con manifestarse afuera de San Lázaro.

El temor del entonces Presidente de la Mesa Directiva, el priista Francisco Arroyo Vieyra, de que se obstaculizara la entrada de legisladores se sustentaba en que los maestros disidentes habían doblegado a ambas cámaras del Congreso y en dos ocasiones impidieron el acceso a legisladores a sus sedes.

Los maestros impidieron la entrada de parlamentarios, asesores, empleados y medios de comunicación para evitar que aprobaran las leyes secundarias que darían vida a la Reforma Educativa, entre ellas la Ley del Servicio Profesional Docente.

La situación obligó a diputados y senadores a realizar su periodo extraordinario de sesiones en una sede alterna.

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