No sólo es el agandalle de los coordinadores legislativos del PRD, el PAN y el PRI-PVEM contra la fracción de Morena para arrebatarle toda posibilidad de ejercer la hegemonía que le otorgó la ciudadanía en las urnas, a pesar de ser la primera minoría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y con  una bancada de 20 diputados, la mayor de todas. Lo más grave es la configuración de una pandilla dispuesta al más descarado saqueo de recursos, posiciones y canonjías, como ya lo han demostrado. Hay que decirlo como es: actúan como miembros de una mafia. Estamos frente a un caso evidente de delincuencia organizada, un cártel, integrado para apropiarse de las comisiones económica y políticamente más redituables y repartirse el botín. Por lo pronto, los capos integrantes de la comisión de Gobierno ya se auto asignaron –y se embolsaron–un bono especial de 300 mil pesos mensuales cada uno, adicional a su dieta de 68 mil pesos y a todas las prestaciones y prebendas de que disfrutan, cuyo gasto ni siquiera tienen que comprobar. Y ojo: a ellos no es ajena por supuesto la mano del jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, que en el acuerdo entre esas tres fuerzas políticas ve fortalecidas sus aspiraciones hacia el 2018. Sus operadores participaron en la rebatiña para armar una “negocia” a la medida de las ambiciones de su patrón.

En el reparto de 38 Comisiones Ordinarias, 14 Especiales y 10 Comités de la ALDF, el PRD, el PRI-PVEM y el PAN sencillamente le robaron a Morena evidentes derechos. Al partido de Andrés Manuel López Obrador (cuyo coordinador, César Cravioto, debía presidir la comisión de Gobierno en este primer año de la actual Legislatura), le entregaron sólo tres comisiones: la de Asuntos Indígenas, la de Pueblos y Barrios, y la de Atención a Migrantes. Mientras tanto, entre los 17 diputados perredistas se repartieron 13 presidencias; los priistas y verdes, con sólo once diputados, ocho comisiones, y los 10 panistas  –que representan la cuarta fuerza en la Asamblea– recibieron ocho.

Lo más escandaloso es que esa mafia esté en los hechos encabezada por tres personajes absolutamente siniestros, con negros antecedentes públicamente divulgados: el priista Adrián Rubalcava Suárez, ex delegado en Cuajimalpa; el panista Jorge Romero Herrera, ex delegado en Benito Juárez, y  el perredista Mauricio Toledo Gutiérrez, ex delegado en Coyoacán. Los tres son hoy flamantes  diputados locales, además de ocupar puestos claves en la estructura de la ALDF.

Investigaciones llevadas a cabo por la Unidad Científica de la Policía Federal y difundidas por medios de todo el país exhibieron recientemente la red de agresores de periodistas y medios (entre ellos SinEmbargo y Aristegui Noticias) pagada por el priista Rubalcava Suárez. Las investigaciones desenmascararon su complicidad  con  Juan Carlos Zaragoza Ríos, quien operaba desde Televisa para golpear a periodistas y medios y exhibir a políticos rivales. La Unidad Científica de la PF, con apoyo de un juez federal, recabó suficientes elementos de prueba, incluyendo más de 30 intervenciones telefónicas que relacionan directamente a Rubalcava con Zaragoza. También se ha demostrado que el empleado de Televisa, despedido a raíz de la divulgación  de las conversaciones telefónicas, recibía instrucciones y dinero del funcionario priista desde hace años para coordinar campañas de difamación, desprestigio y extorsiones en contra de medios, periodistas y miembros de otros partidos políticos. Las intervenciones telefónicas, entregadas por la PF a SinEmbargo, muestran además el posible uso de recursos públicos para financiar los ataques contra medios y periodistas. Lejos de ser consignado y procesado, el exdelegado en Cuajimalpa –ligado además según diversas denuncias con la banda de “Los Claudios”, acusados de extorsiones y secuestros-, consiguió ahora el control de los jefes delegacionales de la capital a través de la presidencia de la comisión de Administración Pública Local

Por su parte, el panista Jorge Romero Herrera ha sido acusado de encabezar una secta, “Los Ocean”, dedicada a la falsificación del padrón de su partido para apoderarse de candidaturas y cargos directivos en el Distrito Federal. Dos miembros de su clan, y funcionarios de su administración, fueron encarcelados en Brasil por manosear a una mujer y golpear salvajemente a su pareja. También ha sido señalado como corrupto en la tolerancia a construcciones irregulares en Benito Juárez, particularmente de empresas como Grupo Rouz, que a cambio de plena impunidad le otorgó un “descuentazo” de casi dos millones de pesos en la adquisición de un pent house de lujo en la colonia Del Valle. Sus manejos irregulares fueron denunciados por un proveedor de su gobierno, en un video difundido en el programa de Carmen Aristegui. Fue asimismo cómplice del líder de vendedores ambulantes en la demarcación, de filiación panista, Esteban Oliva, en la fabricación y venta de puestos metálicos para ambulantes, que él personalmente promovió. Y tiene un expediente abierto en la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF) por agresiones a periodistas de Libre en el Sur. Hoy es, además de coordinador de la bancada del PAN (por lo que recibe, además de su dieta, 200 mil pesos extras al mes), secretario de la comisión de Gobierno de la ALDF (que le vale su bono mensual por otros 300 mil pesos).

Y el perredista Mauricio Toledo que durante su gestión como delegado en Coyoacán fue señalado por extorsionar a empresarios en proyectos de obras y por cobrar “diezmos” a empleados de la propia dependencia por él encabezada, según denuncias de varios de ellos, hoy preside ¡la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública! Ellos forman el cártel de la ALDF. Válgame.

Twitter: @fopinchetti 

Francisco Ortiz Pinchetti

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Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

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