Ciudad de México, 30 de noviembre (SinEmbargo).- El director ejecutivo de Comisión de Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, Raúl Ramírez Baena, escribió una misiva dirigida al Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, para que permita la marcha pacífica de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) el domingo, en el marco del primer año de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.
Por orden del Gobierno del Distrito Federal, el 1 de diciembre no se permitirá el avance de la marcha que pretende realizar la CNTE sobre Paseo de la Reforma a la altura de la Glorieta de Colón, así como del contingente que pretenda desplazarse a la Plaza de la Constitución.
Hace tres días, Mancera Espinosa comenzó a endurecer su discurso con los maestros de la CNTE que desde hace dos meses acampan en esta ciudad, en protesta por la Reforma Educativa y sus leyes secundarias y advirtió que no “podemos acompañar ni bloqueos, ni acciones violentas”.
Ante lo cual, Ramírez Baena señala en su carta que esta acción se suma a una serie de restricciones al derecho a la protesta social que “legal y legítimamente realizan mentores de varios estados de la República en la Cd. de México, he de recordarle que este derecho es amparado por el artículo 9º constitucional”.
Le recuerda al Jefe de Gobierno que llegó a este cargo “abanderado por un partido político que –teóricamente- reivindica la lucha y la justicia social, la emancipación de las y los trabajadores. En la lucha de contrarios no puede usted ponerse del lado de los contrarios, a menos que ya forme parte de ellos”.
Señala que si existe alguien a quien se debe reclamar por la “resistencia pacífica” que la disidencia magisterial mantiene en la capital de país es al “Presidente Enrique Peña Nieto por su cerrazón a la solución negociada del conflicto, por la imposición de la llamada Reforma Educativa; no reclame usted a las y los maestros, que lo único que hacen es defender sus derechos”.
Por último señala que aunque no esté de acuerdo con los bloqueos y manifestaciones protagonizadas por los docentes, tampoco puede “por ello negar su derecho legítimo a la resistencia civil pacífica, menos siendo gobernante. De lo contrario y quizá sin proponérselo, estaría avalando la represión y su corolario: el autoritarismo”.
