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Tomás Calvillo Unna

30/11/2022 - 12:05 am

La impronta del existir: su rompecabezas

“No te rindas, su consejo, su mantra”.

“El bosque es el biombo del sol”. Pintura: Tomás Calvillo Unna

Rendija: el mismo día de la marcha para afianzar el liderazgo de la llamada 4T, en San Luis Potosí, Conchita Calvillo Alonso viuda de Nava, cumplió 105 años, acompañada por familiares, amigos y quienes reconocen en ella la dignidad de la lucha democrática. La carta que se publicó aquí mismo hace semanas, para postularla a la medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado, reunió más de 200 firmas que son el signo de una nación plural y diversa que sabe reconocer lo sustancial: el respeto al derecho a disentir para edificar la Democracia y la Paz como ingredientes esenciales de la convivencia política. Difícil encontrar otra personalidad que convoque a los opuestos, a los que aparentemente tienen posiciones irreconciliables; ahí están esas firmas que la apoyaron, a la mujer lúcida y valiente.

Su ejemplo de vitalidad a su edad es una enseñanza para la nación misma, en estos tiempos de desencuentros e incertidumbre y de lucha despiadada por un poder que tiene marcadas sus horas, como todo quehacer.

 

No te rindas, su consejo, su mantra.

I

La sustancia del alma es la eternidad;

el pasaje del cuerpo

adquiere su sentido

en la experiencia de esa conciencia.

II

Domar el tiempo es saber respirar,

es la disciplina para la libertad;

sin ataduras,

se descubre la presencia:

el mismo caos encuentra reposo ahí,

en el don del espacio,

y su continuo desplegar.

III

La convocatoria del asombro

no se anuncia.

Cada instante

es una oportunidad de tocar lo inefable;

la vida así,

es el collar

para enzarzar perlas y noches

obsidianas y días,

en medio incluso de las tragedias.

IV

La oración emerge

en la fricción de la palabra con la inmensidad,

una sabiduría vibratoria;

la concreción necesaria

para percibir

y evitar la dispersión

entre lo fugaz de nuestro quehacer;

la inmolación esculpida del destino,

indagar la riqueza del abandono.

La oración no busca, encuentra.

V

Lo excelso le pertenece al corazón,

a sus vocablos

donde confluyen los ríos de la existencia.

El corazón no es ajeno al mar,

sostiene su ritmo original de vida,

el vaivén de las olas,

su palpitar, su hondura.

VI

La Inspiración se pierde

cuando la ambición crece,

lo monstruoso suele sustituirla.,

y ello sucede en todos los ámbitos

desde el arte hasta la política.

VII

Pequeños dioses en disputa;

a nadie pertenece

el agua, el fuego, la tierra, el viento

el éter, menos el sino

de quienes caminan o reposan.

VIII

La trascendencia

no necesita prevención,

solo atención

para entender

los contornos de lo inalcanzable

y comprender nuestra condición

de permanente desafío.

IX

No dejamos de estar escribiendo en las arenas:

el complejo andamiaje de conocimientos,

los múltiples relatos están ahí,

a orillas de los océanos,

hasta que la marea suba.

X

Las aves agitan sus alas

en las colinas del viento,

con el pico de sus sonidos,

escarban el misterio,

su arte, su tarea,

su lenguaje.

Las aves tan cercanas

en su distancia.

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