Economía

Todo se encamina a no permitir el sueño de un salario justo: dólar caro, inflación, gasolinazos…

30/12/2016 - 12:05 am

2016 inició con una molestia generalizada provocada por un aumento salarial de 2.94 pesos. Justo después de que en 2015 las cifras de pobreza en el país anunciaron que en los dos últimos años, la principal causa generadora de pobres era el ingreso de los mexicanos. Y es que el salario aumentó entre 2006 y 2016 sólo sólo 3.91 pesos, pese a que en ese periodo los mexicanos tuvieron que enfrentar una severa crisis económica (2008) y más recientemente, en la era Peña Nieto, una devaluación del tipo de cambio de 63 por ciento, de acuerdo con los precios del dólar al día de hoy.

En todo este tiempo también se rompieron varias promesas con las que el PRI regresó a Los Pinos: “vas a ganar más”, “habrá impuestos justos y progresivos”, “erradicaré la pobreza alimentaria”, “bajará el precio de los combustibles”…

Ciudad de México, 30 de diciembre (SinEmbargo).- A unos cuantos días de terminar el año, el Gobierno federal hizo un anuncio que desató reacciones de enojo y molestia, ya que en sentido contrario de lo que prometió en los spots que promovieron la Reforma Energética desde 2013, avisó que el precio de las gasolinas a partir del 1 de enero de 2017 subirá 20 por ciento.

Aunque este aumento obedece al proceso de liberalización del precio de las gasolinas, decretado por la reforma en cuestión, parece no caer en el mejor momento para la economía mexicana, que viene arrastrando otra molestia generada por la calidad de los salarios.

El Banco de México (Banxico) por años argumentó que una de las principales razones por las que no podía aumentar el salario mínimo es porque se desataría la inflación. Pero para enero, el aumento del precio de la gasolina podrá ser el factor que reviente el límite de 4 por ciento previsto por esta entidad, ya que los nuevos precios podrían provocar una oleada de aumentos en toda la cadena productiva, en la que el principal afectado sería el consumidor final, tomando en cuenta que a este incremento le anteceden tres más registrados en septiembre, octubre y noviembre de este año.

A partir del 1 de enero de 2017 el precio de las gasolinas subirá 20 por ciento, según informó en días recientes el Gobierno federal. Foto: Cuartoscuro
A partir del 1 de enero de 2017 el precio de las gasolinas subirá 20 por ciento, según informó en días recientes el Gobierno federal. Foto: Cuartoscuro

Pero a lo largo de todo este año, Enrique Peña Nieto rompió muchas de las promesas que hizo como candidato y luego como Presidente electo de México. Muchas de ellas han profundizado la crisis salarial que académicos y organizaciones civiles han denunciado a lo largo de este año.

De 2006 a 2016, el salario mínimo ha aumentado tan sólo 3.91 pesos. En ese periodo, el aumento más alto fue justamente el de 2016, cuando la Comisión Nacional de Salarios Mínimos decretó un incremento de 2.94 pesos para situarlo en 73.04 pesos. Antes, los aumentos otorgados figuraban entre los 1.38 pesos e incluso se redujeron 1.65 pesos, como fue el caso de 2008.

Por el contrario, a partir del 1 de enero, los mexicanos tendrán que pagar 2.01, 2.98 y 2.42 pesos más por las gasolinas magna, premium y el diésel. Para llenar un tanque de 50 litros, se desembolsarán 100, 149 y 121 pesos más, respectivamente.

Este año, uno de los grandes debates giró en torno a obtener un salario mínimo justo, que sería de 89 pesos –cantidad con la que se puede acceder a la canasta básica alimentaria, según el Consejo de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)–. Sin embargo, la Conasami y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) anunciaron, la primera semana de diciembre, que el aumento al salario mínimo para 2017 sería de 80.04 pesos diarios. El ajuste se realizó a través de una fórmula que incluye un incremento nominal de 4 pesos y otro de 3.9 por ciento. Es decir, 7 pesos más respecto a la cantidad decretada para este año, el aumento más alto desde 1999.

2016 cierra con precios de luz más altos; con un crecimiento sostenido de la pobreza; con el riesgo de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) finalice; con el tipo de cambio devaluado 63 por ciento, y con una estimación de inflación bastante discreta, poco acorde con la perspectiva económica del nuevo año.

De acuerdo con la última medición del Coneval, de 2014, una de cada cinco personas recibió un salario tan bajo que aunque lo hubiera destinado íntegro para comprar la canasta básica, ésta seguiría inalcanzable, por su valor de mil 243 pesos mensuales por persona; más de la mitad de la población tiene un ingreso inferior a los 2 mil 542 pesos mensuales.

La proporción de mexicanos que viven con ingresos inferiores a la línea de bienestar y línea de bienestar mínimo, aumentó 0.5 y 1.6 puntos respectivamente. A pocos días del anuncio del aumento de precios, varios sectores productivos ya abordan las consecuencias. El Barzón aseguró que el precio del maíz podría aumentar 80 por ciento; transportistas también alistan una petición para incrementar las tarifas.

Además, la Reforma Energética contempla que la gasolina sí podría bajar su precio, pero también puede incrementar aún más.

Mientras tanto, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), negó a Ciro Gómez Leyva que el incremento tuviera un efecto inflacionario.

LAS PROMESAS ROTAS

Enrique Peña Nieto hizo 23 propuestas como candidato. De entrada se comprometió a aplicar impuestos justos y progresivos para que quien más gane, pague más; así como revisar las atribuciones fiscales de los tres niveles de gobierno. Pero justo este año, la Unidad de Datos de SinEmbargo publicó que ahora que las finanzas públicas padecen un endeudamiento histórico; cuando los ingresos petroleros se fueron al suelo y cuando los bolsillos de los ciudadanos son la única alternativa para que el Gobierno siga funcionando, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) le perdonó 56 mil millones de pesos a corporaciones, empresarios, políticos y ciudadanos “influyentes”.

En esas listas figuraron Casas Geo, Televisa, Tv Azteca, Elba Esther Gordillo, Omnilife, Industrias CH y otros miles de empresas y personajes más. Mientras, 53 millones de contribuyentes cumplen de manera puntual con sus impuestos.

Otro compromiso fue el de erradicar la pobreza alimentaria. Sin embargo, a pesar de tener dos programas insignes –Prospera y la Cruzada Nacional Contra el Hambre–, la carencia alimentaria sólo se ha reducido 0.1 por ciento, según el Coneval, al pasar de 23.3 a 23.4 por ciento del total de la población de México.

El Estado de México es la entidad que tiene al mayor número de población viviendo en esas condiciones: 3.5 millones. Le siguen Veracruz con 2.4 millones; Michoacán con 1.6 millones; y Oaxaca y Chiapas con 1.4 millones de personas cada uno.

De acuerdo con el Coneval, el acceso a la alimentación se redujo en una mitad del territorio nacional, mientras que en la otra aumentó, principalmente en Hidalgo, Campeche, Quintana Roo, Oaxaca y Tabasco.

Pero la promesa rota más significativa en el contexto actual es el de “bajar el precio a combustibles”. El Presidente presumió en su mensaje de año nuevo en enero de 2015, una efímera disminución de los combustibles “por la Reforma Energética”; funcionarios de su Gobierno y él mismo prometieron que bajarían los precios en los siguientes meses y años.

“Se acabaron los gasolinazos que tanto lastimaron mes a mes la economía de las familias mexicanas”, presumía el Presidente en un video donde aseguró que a partir de su anuncio y gracias a la Reforma Energética, se habría de evitar el aumento en los precios del combustible.

Fue en octubre del año pasado, cuando el entonces Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, informó que a partir de enero de 2016, como parte de las medidas fiscales propuestas en el paquete económico, los mexicanos se encontrarían con una disminución en los costos de las gasolinas. No ocurrió así. A partir de julio de este año los precios se incrementaron mes con mes.

Las autoridades también negaron el aumento al precio dela electricidad, pero en julio de este año, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), anunció un incremento en las tarifas eléctricas para el sector industrial, comercial y doméstico de entre 5 y 7 por ciento. Esta era otra de las promesas de Peña: “la Reforma Energética verás que bajará tu recibo de luz”, decía uno de los tantos spots.

Y agregaba: “también el de gas” y aunque éste no aumentó en 2016, para 2017 el precio aumentará, ya que el Gobierno dejará de cubrir el descuento del 10 por ciento, según lo anunciado por la Comisión Reguladora de Energía.

Finalmente, están los “10 compromisos con tu economía familiar”, promulgados por Peña en los primeros días de su gobierno.

  1. Vas a ganar más por tu trabajo, ya sea en tu negocio o en tu empleo. Darle valor a tu trabajo es darle valor a México.
  2. Vamos a detener el alza de los precios de los alimentos básicos.
  3. Vamos a bajar el precio de la luz, para apoyar a todas las familias.
  4. Habrá útiles escolares gratuitos para los niños de primarias y secundarias públicas.
  5. Becas de transporte para quienes estudian la prepa o la universidad lejos de su casa.
  6. Vales de medicinas en el IMSS, ISSSTE y Seguro Popular para asegurar el abasto de medicamentos. Si el gobierno no te da las medicinas, que te las pague.
  7. Las jefas de familia tendrán un seguro de vida, para que sus hijos estén protegidos si ellas llegaran a faltar.
  8. Todos los adultos mayores de 65 años recibirán una pensión.
  9. Los programas Oportunidades y Seguro Popular van a continuar y crecer.
  10. Habrá apoyos para que mejores o amplíes tu vivienda

Cumplir las promesas que mejorarían la economía familiar, es en el cuarto año de gobierno de Enrique Peña Nieto, una misión casi imposible. A decir de los académicos consultados por SinEmbargo, en septiembre de este año, las promesas firmadas ante notario, son a estas alturas sólo futuro material de una nueva campaña: la de 2018.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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