Aún atónitos por los niveles de saña con la que le cortaron de tajo la vida a un grupo de jóvenes humildes, seguimos siendo indiferentes. A los mexicanos nos corre atole por la venas.

Y a los políticos también. Está claro que les importa una chingada si vivimos o morimos. Solo les interesa que estemos vivos en las votaciones. Después volvemos a ser estadística. Solo basta con ver las declaraciones del presidente para darnos cuenta del nivel de descomposición en el que vivimos.

Medio cantinflear y utilizar algunos eufemismos que sabemos no se traducirán en acciones. El finado novelista Daniel Sada lo resumiría en el título genial de una novela. Quizá un título que representa la realidad mexicana: Porque parece mentira la verdad nunca se sabe.

Lo triste de todo esto es que somos estadística. Como lo son los niños de la guardería ABC. Somos simples y llanos números. Ya lo dijo Osorio Chong, el bienamado presidente no gobierna en base a encuestas. Y yo le amplío. No gobierna ni en base a encuestas ni en base a informes ni en base a análisis, ni en base a lecturas.

Que no se necesita ser un sabio para saberlo. No se tiene ninguna estrategia. El estado, es un estado fallido. Este portal ya ha recibido un ataque por parte de los bots del más desvergonzado de los desvergonzados, el señor Angel Aguirre.

Imagino a  Borge y a los Duarte, agradeciéndole de corazón el que los haya quitado de la vista. Y luego viene el cálculo político. La negociación de los partidos políticos para que se le dé una oportunidad.

Pero es que debemos entender que para los políticos las oportunidades son eternas. Los políticos son los únicos que caen para arriba. Se largan ricos.

Las disculpas tardías, mire usted ese alcalde es un hijo de puta, usted disculpe. Mire usted (aun y con toda la evidencia en la mano) ese alcalde es un asesino.

Señores perredistas y priístas, no se hagan pendejos. Muchos de ustedes lo supieron de tiempo atrás y no hicieron nada. Y luego como ciudadanos volteamos a ver la manera de castigarlos por la vía electoral y nos queda el Pan de Calderón y Fox. Y decimos ¿Y ahora para donde?

Estamos jodidos por todos lados. Lo cierto es que esos jóvenes deberían de estar estudiando. No muertos e incinerados. Víctimas de la impunidad con la que se manejan la inmensa mayoría de los políticos.

Los criminales hacen lo que hacen porque ustedes los políticos lo permiten. Y también por nuestra indiferencia. Vida solo hay una y es preciosa. No debería ser tan barato morir en México. No deberíamos ser ejemplo en otros países de lo que no se debe de hacer. Porque ustedes señores del sistema político no nos representan.

Ustedes señores políticos, merecen entrar al basurero de la historia, y van a entrar por la puerta grande.

Vayan mis condolencias a las familias de los estudiantes.

Ramiro Padilla Atondo

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Ramiro Padilla Atondo. Ensenadense. Autor de los libros de cuentos A tres pasos de la línea, traducido al inglés; Esperando la muerte y la novela Días de Agosto. En ensayo ha publicado La verdad fraccionada y Poder, sociedad e imagen. Colabora para para los suplementos culturales Palabra del Vigía, Identidad del Mexicano y las revistas Espiral y Volante, también para los portales Grado cero de Guerrero, Camaleón político, Sdp noticias, El cuervo de orange y el portal 4vientos.

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