Redacción/SinEmbargo
28/10/2014 - 8:30 am
Ciro Gómez Leyva defiende a AMLO / Sobrino de Aguirre recibía dinero de los Abarca
El PRD requiere una "limpia"; Ayotzinapa es una derrota moral para la izquierda En el Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: "si en estos días ven a Jesús Ortega, a Jesús Zambrano y a Carlos Navarrete como zombies, no es porque estén disfrazados para Halloween sino porque un asunto los tiene sin […]
El PRD requiere una "limpia"; Ayotzinapa es una derrota moral para la izquierda
En el Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: "si en estos días ven a Jesús Ortega, a Jesús Zambrano y a Carlos Navarrete como zombies, no es porque estén disfrazados para Halloween sino porque un asunto los tiene sin dormir. Dicen que es cosa de días para que más de un fundador del PRD decida llevar al extremo su inconformidad con la manera y los modos con los que "Los Chuchos" están manejando el partido. Que nadie se espante si en estos días de muertos, como flores de cempasúchil, comienzan a multiplicarse las cartas de renuncia a la militancia del sol azteca. Por lo que se sabe, son varios los cuadros de peso que han tomado la decisión de abandonar el partido que ellos mismos fundaron hace ya 25 años, como una manera de decirle a los corrientes, perdón, a la corriente Nueva Izquierda un claro y contundente: ¡Ya basta!"
En El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, escribe que: "Ayotzinapa marca la derrota cultural y moral de la izquierda partidista mexicana y la culminación de su tránsito de vigorosa denunciante de la represión del Estado a practicante de la brutalidad para preservar prebendas y proteger intereses hasta criminales. Es desde hace 25 años parte de una élite de poder que goza, protege y promueve un régimen de privilegios desde el Congreso, gubernaturas, presidencias municipales, legislaturas locales, dirigencias partidistas. Sus discursos contra “los poderosos” son vacíos y hasta desvergonzados porque ellos son parte integral de la clase mandante y hoy les salpica la responsabilidad de uno de los peores actos represivos que se recuerde en México."
En Milenio, el periodista Joaquín López Dóriga, escribe que: "el caso más reciente y que ha ocasionado la peor crisis de este gobierno, pero también de la izquierda constituida en partidos y liderazgos, aunque lo nieguen, es la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, en Guerrero, ordenada por el alcalde prófugo de Iguala José Luis Abarca, del PRD, al que ahora todos desconocen a pesar de innumerables testimonios de sus relaciones con el crimen organizado. Dice esa misma izquierda, PRD y Andrés Manuel López Obrador, que Iguala es la más grave crisis del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, distrayendo el tamaño de la crisis que ellos enfrentan. ¡Y claro que hay crisis! Para el gobierno federal, por la desaparición de 43 estudiantes normalistas desde la noche del 26 de septiembre; para PRD, PT, Movimiento Ciudadano y AMLO, porque esas desapariciones fueron por órdenes de uno de los suyos, el entonces alcalde de Iguala, por su relación con el crimen organizado."
En Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: "desde la indescifrable “izquierda”, sin embargo, “los buenos” de siempre quieren desquitarse de sus fracasos: uno en su doble intento por alcanzar la Presidencia, otros en superar su avasallamiento por la corriente de Los Chuchos. Envilecido por la política, el drama es usado por “progresistas” como Andrés Manuel López Obrador, quien el domingo pidió la “renuncia” de Enrique Peña; o por los bejaranistas, que demandan la salida de la dirigencia nacional del PRD de Carlos Navarrete."
AMLO sí conocía a Abarca
En el Excélsior, la periodista Yuriria Sierra, escribe que: "Andrés Manuel López Obrador no mató a los estudiantes de Ayotzinapa que, desgraciada e indignantemente, fueron asesinados el 26 de septiembre pasado. Y tampoco secuestró o desapareció a los 43, de los cuales seguimos sin tener noticia. Es más, tampoco es culpable de lo que ordenaron José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda esa misma noche. No es culpable, siquiera, de que su protegido político, Lázaro Mazón, tuviera como protegido político al hoy prófugo edil Abarca. No hay delito que perseguir. De lo único que, en todo caso sí podemos acusar a AMLO, es de una omisión imperdonable. Una omisión, un silencio que borda en lo criminal no sólo en su caso, sino en el de todos aquellos y aquellas que sabían de los vínculos del matrimonio Abarca-Pineda con el crimen organizado. Porque hay que subrayarlo: no sólo él, sino los tantos y tantas que se hicieron como que la Virgen les hablaba cuando se enteraron de los nexos de aquéllos con Guerreros Unidos. Imperdonable silencio en el caso de todos, pero más en el silencio del político que lleva por lo menos 15 años vendiéndose a sí mismo como la única pieza inmaculada del sistema político mexicano."
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: "¿responsable? Andrés Manuel López Obrador sabía quién era José Luis Abarca y en sus manos tuvo su historial delictivo. Emilio Gamboa Patrón, coordinador del PRI en el Senado, exigió que el líder de Morena aclare su relación con Abarca, buscado por sus nexos con la delincuencia organizada y haber ordenado el secuestro y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Gamboa Patrón no dijo que el tabasqueño tenga responsabilidad, sino que debe explicar esa relación. Jesús Zambrano, expresidente perredista, se le fue a la yugular: “A AMLO no le alcanza su ‘honestidad valiente’ para reconocer que sí fue advertido sobre Abarca en Iguala”. Por cierto, Zambrano ya admitió haberse reunido con el exalcalde tres días después de la noche triste de Iguala."
En El Universal, el periodista Ricardo Alemán, escribe que: "Andrés Manuel López Obrador quiere que la sociedad siga creyendo sus mentiras. Por eso, en la plaza pública se deslinda del gobierno de Ángel Aguirre y negó su culpa en la imposición de José Luis Abarca, el criminal alcalde de Iguala. Sin embargo, los hechos y los dichos del propio AMLO lo retratan de cuerpo completo: mentiroso compulsivo."
Hoy podrían anunciar que encontraron a normalistas
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: un día clave se vivirá hoy en el tema de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero. Hay dos hipótesis, ninguna mejor que la otra. La primera es que se dé a conocer que han sido encontrados restos de algunos o todos los desaparecidos que habrían sido hallados en un paraje del municipio guerrerense de Cocula gracias a las pesquisas realizadas por la Procuraduría General de la República, que encabeza Jesús Murillo Karam. En ese caso aún se tendrían que validar plenamente las identidades mediante estudios forenses y genéticos. El segundo escenario es que nuevamente se trata de otro cementerio clandestino como los que han sido encontrados con anterioridad en la búsqueda de los 43, lo que elevaría a varias decenas de muertos encontrados, cuyas identidades y causas de muerte tendrán que ser investigadas."
En el Excélsior, el periodista especializado en temas parlamentarios, Francisco Garfías, escribe que: "el hallazgo de una nueva fosa con restos humanos en un basurero del municipio de Cocula, Guerrero, refuerza el pesimismo sobre la suerte de los 43 normalistas desaparecidos. No hay que olvidar que el procurador Jesús Murillo Karam reveló, hace apenas unos días, que policías de Iguala entregaron a los desaparecidos a sus colegas de Cocula, y que estos, a su vez, los pusieron en manos de los delincuentes de Guerreros Unidos. No nos han dicho cuántos cuerpos encontraron en las fosas de Cocula ni en qué estado están. Pero otra vez, la angustiante espera del resultado de los peritajes para saber si son ellos."
Peña Nieto, nuevo gobernador de Guerrero
En La Jornada, el periodista Julio Hernández López, escribe que: "las maniobras netamente policiacas y forenses no fueron precisadas oficialmente sino después de que se consumó una especie de vera y grata toma de posesión política del nuevo gobernador de Guerrero, Enrique Peña Nieto, perdón, Rogelio Ortega Martínez, académico de amplia trayectoria en luchas sociales de izquierda, aceptado como segunda opción por Los Chuchos, que buscaban hacer a Beatriz Mojica Morga la sucesora de Ángel Aguirre, con quien era secretaria de Desarrollo Social. Ortega había rendido protesta un día antes en Chilpancingo, ante el Congreso local, pero la verdadera ceremonia de asunción consistió en ir a Los Pinos a reunirse con Enrique Peña Nieto, ‘‘acordar’’ medidas de control policiaco federal y militar en la entidad y mayores cuotas de asistencialismo social con Rosario Robles al frente, y luego aparecer ante los medios de comunicación para celebrar un intercambio untuoso de buenos deseos, sonrisas y consideraciones (el nuevo gobernador, ajeno por completo a ceremoniales del gran poder, parecía reflejar en su rostro asombro y agradecimiento sencillo ante los calificativos amables de Peña Nieto, quien le agradecía cumplidamente el haber aceptado encargarse de la papa caliente suriana). El desarrollo de esa sesión mediática podría haber tenido como tema cualquier otro que no fuera el trágico de Ayotzinapa e Iguala. Hubo augurios de éxito, como los daría alguien a un deportista rumbo a una competencia importante o a un actor o cantante encaminado a una presentación en público. El izquierdista que no acepta tener partido, pero es gobernador sustituto gracias al chuchismo perredista tripulante, hizo peticiones y dio agradecimientos al gran Tlatoani, convencido ese doctor en ciencias políticas y sociología de que a fin de cuentas el ejercicio del poder en México corresponde a las cúpulas, al grado de personalizarlo entre dos: ‘‘Si usted me apoya, yo le entregaré buenas cuentas’’. Usted. Yo. ¿Para qué más?. Los abrazos entre Peña Nieto y Ortega Martínez (Rogelio, no Jesús) sellaron el final de un largo proceso de derrocamiento del rejego Aguirre Rivero y la instauración de una nueva fase en que Los Pinos podrá contar con un ‘‘aliado’’ de poca experiencia en la política palaciega. Pareciera que ahora sí se pudiera dar curso a los pendientes. Una especie de ‘‘día soleado’’ para efectos políticos pinoleros."
La sociedad no denunció en su momento que estaba siendo infiltrada por el narco
En el Reforma, la escritora Guadalupe Loaeza, escribe que: "al terminar de leer la interesante investigación de Juan Carlos y Farrah, comprendí que lo que estamos viviendo (fosas clandestinas, secuestros, levantamientos y los 43 normalistas desaparecidos) es una consecuencia perversa entre la sociedad civil que no denunció en su momento cómo se infiltraba el narcotráfico en su vida cotidiana, sin restarle la responsabilidad al Estado. Lo que sucedió en Iguala es el resultado de lo que los autores describen en el libro. Sin duda los Arellano Félix no son los únicos culpables, como dice el autor: "Los apellidos dieron nombre al imaginario violento de una sociedad, de una época y una política". Pero todos somos responsables."
Jóvenes manifestantes acusan que fue el Estado el que mató a los normalistas
En el Reforma, el internacionalista y analista Genaro Lozano, escribe que: "en otro costado del Zócalo, a unos pasos de la Asamblea Legislativa, un grupo de jóvenes empieza una intervención en la plaza. Sacan pintura blanca, rodillos y empiezan a pintar el piso. Algunos curiosos se acercan. Otro grupo empieza a armar unos globos de cantoya. Son 43, es una acción organizada en redes sociales por @Rexiste, para la cual hizo una colecta de dinero en redes para comprar el material, prometiendo que el dinero restante se le daría a los familiares de los normalistas. Me subo a una terraza contigua y desde ahí voy viendo cómo se va armando un "tag monumental". Mientras vuelan los 43 globos con el fuego, en letras gigantescas blancas se lee un "FUE EL ESTADO". La imagen le da la vuelta al mundo en segundos, los mismos que le costó al personal de limpieza borrar esa denuncia, pero la denuncia queda. Son las 10:30 de la noche y el último contingente va entrando a un Zócalo, lleno de velas."
Pide gobierno de unidad: gran coalición en elecciones
En el Reforma, el jurista Diego Valadés, escribe que: "sería erróneo dejar al tiempo el aplacamiento de la protesta. Se equivocarían quienes consideraran que la normalización espontánea sea indicativa de que el problema quedó resuelto. La calle está diciendo -gritando- algo que sabemos desde hace largo tiempo: la sociedad desconfía de las instituciones políticas, los partidos incluidos. Estamos entrando en la fase precursora de lo que se conoce como anomia, esto es, la situación en que las instituciones se vuelven inoperantes, no porque lo digan los especialistas sino porque la población las ve distantes y ajenas a sus intereses. Sobran las pruebas empíricas de que cuando se llega a ese extremo, que fue descrito en la antigüedad por Tucídides y por Polibio y analizado en términos científicos por Emilio Durkheim, las sociedades están al borde de aceptar, incluso de pedir, soluciones autoritarias. El providencialismo personalista acecha tras procesos de deterioro como el que ahora vive México. Desde hace tiempo se sabe que están rebasados los límites de lo tolerable; ahora nos acercamos al riesgo de la ruptura. La hoguera se puede apagar pero los rescoldos también queman. La inquietud no amainará con una solución policial de Ayotzinapa, así sea certera. La lesión está en la credibilidad del aparato político y el remedio debe ser la reforma del poder en una magnitud tal que salde la deuda acumulada a lo largo de lustros. Es el momento de un gobierno de unidad nacional que restaure la confianza en las instituciones. La violencia no se corregirá con medidas policiacas sino políticas. La prudencia aconseja anticipar el sistema de coalición que la Constitución prevé para 2018."
Estudiante del Poli desaparecida, denuncia columnista
En el Reforma, el analista y periodista Sergio Sarmiento, escribe que: "Mariana Yáñez Reyes, estudiante de 18 años de la Escuela Superior de Ingeniería del Politécnico, desapareció en Tecámac, Estado de México, el 17 de septiembre de este 2014. La joven salió de su casa poco antes de las ocho de la noche para sacar unas copias. Nunca más se volvió a saber de ella. Su padre, Bernardo González Yáñez, cuenta con angustia la desaparición de su hija, una historia de indiferencia e ineficacia de las autoridades. No hay presión para resolver el caso. Mariana no es estudiante de Ayotzinapa ni tiene a un grupo político que abogue por ella."
Ex gobernador de Guerrero, recibía maletas de dinero de los Abarca
En El Universal, el periodista Salvador García Soto, escribe que: "la relación de Ángel Aguirre Rivero con la pareja de poder de Iguala no sólo era íntima y personal; también había ente ellos un vínculo de interés económico. En contra de sus antecesores en la gubernatura, que históricamente utilizaron a Acapulco como su “caja chica” —por ser el municipio más rico del estado y el de mayor recaudación de impuestos— Aguirre convirtió a Iguala en su centro de financiamiento económico y desde ahí obtenía recursos que le proporcionaba el matrimonio Abarca-Pineda para financiar su proyecto político.
Ante la dificultad de operar un financiamiento desde Acapulco, como otros gobernadores guerrerenses, debido a que el puerto es gobernado por su archienemigo político, Luis Walton, el hoy gobernador con licencia estableció un nexo económico con Iguala, a partir de su relación con la pareja que gobernaba en ese municipio del norte del estado. El encargado de recoger esos recursos era Jesús Ernesto Aguirre, sobrino del gobernador, y quien en su carácter de “asesor externo” era el enlace financiero entre el alcalde, su esposa y su tío. En Iguala hay testimonios que hablan de las frecuentes visitas de Ernesto, a quien incluso le llamaban El señor de las maletas, porque salía del municipio cargado con el dinero proveniente de las actividades de María de los Ángeles Pineda, a quien la PGR ubica como “operadora” del cártel Guerreros Unidos, recursos que eran llevados por el sobrino hasta Chilpancingo. Esa relación con la operadora de Guerreros Unidos comenzó desde la campaña de Ángel Aguirre Rivero, cuando según el dicho de la señora Leonor Villa Ortuño, madre de María de los Ángeles Pineda, se financió el proselitismo de Aguirre Rivero “por instrucciones de Arturo Beltrán Leyva”, y prevaleció en los casi cuatro años que duró su gubernatura, hasta que el escándalo y las protestas por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, llevaron al gobernador de Guerrero a solicitar licencia a su cargo el 23 de octubre, con lo que concluyó abruptamente su gobierno."
La mafia rapaz que saque las finanzas públicas
En El Universal, la periodista, Denise Maerker, escribe que: "la perfecta identidad entre criminales y autoridades es una confusión nefasta en la que se diluye cualquier separación entre ambición y avidez insaciable. Estamos frente a mafias rapaces que igual saquean las finanzas publicas que se ceban en contra de cualquiera que haya acumulado un mínimo, y a los que no tienen nada les arrancan por la fuerza a sus hijos para engrosar con ellos sus ejércitos de sicarios. Y no sólo ocurrió en Iguala, en otras partes de esa misma región el esquema se repite. Lo hacen porque pueden. Porque nadie, ni el Estado, ni los partidos, ni la sociedad les hemos puesto un límite."
Gobernador guerrillero
En El Universal, el periodista José Carreño, escribe que: "los antecedentes estudiantiles y activistas de Rogelio Ortega Martínez le permiten hablar el lenguaje de quienes reclaman justicia y oportunidades. Algunos hablan de Ortega como el “gobernador guerrillero”. Efectivamente, el nuevo mandatario fue dirigente de la Redacción Estudiantil Universitaria Guerrerense, de la Unión Estudiantil Guerrerense y participó en movimientos sociales de izquierda en defensa de la autonomía de la Universidad de Guerrero; lo vinculan con las ideas guerrilleras del legendario Genaro Vázquez Rojas; él no lo niega. Hasta lo acusan de vínculos con las FARC colombianas, lo cual sí desmiente."
Los priistas le temen a AMLO
En Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: "político sin suerte no es político. Sin merecerlo mucho, es más, sin haber hecho demasiado desde 2012, ahora gracias a la grave herida que Iguala ha infringido en el perredismo oficial el pasmo gubernamental y la confusión del panismo, López Obrador ha mejorado inesperadamente su posición rumbo a 2015. Y por supuesto, a 2018."
Ciro Gómez Leyva defiende a AMLO
En Milenio, el periodista Ciro Gómez Leyva, escribe que: "coincido esta vez con los partidarios de Andrés Manuel López Obrador. Me parece obscena la forma en que se le quiere ligar con el matrimonio de los Abarca de Iguala. Deshonrarlo con la sospecha de que, por omisa complicidad, “algo, algo”, tendrá que ver con la desgracia de los normalistas de Ayotzinapa. En buen romance: me parece una chingadera."
Mientras tanto, la economía sigue lenta
En el Excélsior, el analista y catedrático, Leo Zuckermann, escribe que: "es posible afirmar que no se cumplirá, de nuevo, el pronóstico del gobierno de Peña de crecimiento económico de 2.7% para 2014."
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