¿Quién dejó entrar a Martin Amis?

02/11/2014 - 12:00 am

Un escalofrío. El vértigo que sacude como si un terremoto hubiera. Las últimas páginas leídas a una velocidad imposible. Que no. Que no pase. Que “eso” no pase. Grita el lector demudado y mudo. Un alarido sordo que nadie escucha.

Asistimos a una culminación: la lectura total en esos tres días fatídicos en que le robas tiempo al sueño y al trabajo para terminar una novela de casi 400 páginas, en un ejercicio de regreso a un algo indefinible pero al mismo tiempo tan familiar como esperpéntico.

Lionel Asbo. El Estado de Inglaterra, la novela 13 en la esplendorosa carrera del escritor británico Martin Amis (Londres, 1949) expresa la mejor forma de un autor que ha estado muy ocupado en los últimos tiempos en diversas tareas: cuidar a sus suegros ancianos, llorar la muerte de su mejor amigo –el escritor Christopher Hitchens- y escribir columnas políticamente incorrectas para dar cuenta del declive de su país natal y clamar por una vuelta a los mejores valores de Occidente y con ello morigerar los efectos del fanatismo religioso que tanto dolor ha causado en nuestros días.

Desde que a los 22 años ganó el premio Somerset Maughan con El libro de Rachel y barrió de un plumazo –nunca más literal el lugar común- cualquier sospecha de conflicto con su padre, el famoso escritor Kingsley Amis (con el que realidad mantuvo un vínculo paternal afectuoso y nada competitivo), Amis ha construido una prodigiosa carrera literaria.

Ha sido también una figura central en los medios periodísticos de Inglaterra, donde su divorcio, el cambio de representante, la pérdida de sus dientes y sus diversos exilios (en la uruguaya Montevideo primero, ahora en Brooklyn, Estados Unidos) han sido objeto de titulares y encendidas notas en la prensa sensacionalista.

Sin embargo, el sonido y la furia de su pensamiento, atruenan poco frente al rugido de sus mejores novelas, por caso la extraordinaria Campos de Londres, la provocadora Dinero o la rotunda Éxito, historias todas donde la ética y el fracaso frente al derecho legítimo de querer y ser mejores personas, constituyen la gran debacle de la especie humana contemporánea.

Se trata de una obra literaria que dialoga en forma directa con el lector. Como debe ser. Desatando un universo donde las acusaciones de misoginia o de fascismo con que suele etiquetarlo la crítica británica, se desvanecen frente a la experiencia transformadora y profunda que plantean sus novelas.

De todas las cosas que se han dicho de Martin Amis –y se han dicho muchas, unas cuantas malas-, lo mejor es quedarse con su vocación de clasicismo y con las críticas que lo comparan con Charles Dickens, por su empeño en hablar de Inglaterra y lavar los trapos sucios de una nación que vive de glorias pasadas y que ha caído indefectiblemente en el relajo moral.

Lionel Asbo es un David Copperfield más retorcido. El autor dice adorar a este “patán de la Loto”, aunque sólo leyendo (al estilo cortazariano) la novela de atrás para adelante uno podría redimir el odio que concentra el antihéroe de su nueva obra magistral.

Lionel Asbo. El estado de Inglaterra, con sus referencias al West Ham United (el club de Thomas Pynchon), con un protagonista parecido a Wayne Rooney (el incombustible jugador del Manchester United, acusado en el pasado de violación y estupro) y unos perros pitbulls alimentados con salsa Tabasco, trae al Martin Amis de Campos de Londres, lo que equivale a decir, para sus fieles lectores, al mejor Martin Amis.

Provocador e incendiario, con su pluma brillante también dibuja a Des, el contrapunto a la demencia de Lionel Asbo, el hijo huérfano y el nieto atribulado que no, no dejó entrar a los perros.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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