Efecto monarca

31/01/2014 - 12:00 am

Se puso de moda hablar del efecto cucaracha tras lo operativos en Michoacán. Los estados vecinos, Guanajuato, Estado de México, Jalisco, hasta Hidalgo, hablaron de blindar fronteras, como si efectivamente existieran.  Si hay un grupo delincuencial con lógica de control territorial más que de control de rutas es La Familia, hoy reconvertida en Caballeros Templarios. Por supuesto que, como una parte importante de su operación es la venta mariguana y  metanfetamina, requieren control de rutas, pero lo hacen a través de alianzas. Lo que los distinguió a este grupo desde su nacimiento fue generar un estado paralelo dentro de una zona específica. Más pues que un efecto cucaracha, que los delincuentes salgan huyendo a otros estados o que se activen células en otros puntos del país, lo que hay es una especie de efecto mariposa, es decir, que  lo que ahí pasa influye en el resto de los grupo delincuenciales y en el resto del país.

El caso más claro es lo que sucedió ayer en Guadalajara, con la detención de Rubén Oseguera, quien heredó de su padre  Nemesio, “El Mencho”  el apodo de “el Menchitio”. En toda la complejidad social que tienen las autodefensas en Michoacán, donde se juntan lo legítimo con lo ilegal y la violencia con el discurso de pacificación, es claro en muchos casos las autodefensas fueron armadas por los enemigos de los Caballeros Templarios, el Cártel Nueva Generación. Los puertos del Pacífico, Lázaro Cárdenas y Manzanillo, y el mercado de la metanfetamina se convirtieron en el punto de choque entre estos dos grupos, pero pelean incluso por el cobro de piso a las mineras.

Difícilmente vamos a ver la  creación de autodefensas o grupos similares en los municipios de Jalisco: el Estado y la instituciones son  más fuertes que en Michoacán o Guerrero, y aunque hay zonas en lo límites con Michoacán y Zacatecas muy abandonadas (hay municipios en la zona norte con calles de concreto que no construyó el gobierno) se ha hecho una labor preventiva importante. Lo que es inevitable es que si el Gobierno Federal quiere poner orden en la zona de Tierra Caliente tenga que perseguir a los líderes del Cártel Nueva Generación en donde tienen su base, Guadalajara y alrededores.

El Cartel Nueva Generación se ha distinguido por acciones grotescas y exhibicionistas: fueron los responsables de los cuerpos de Boca del Río, de los colgados de Nuevo Laredo, de los incendios de camiones en Guadalajara en un intento de detención de “el Mencho”. Es un grupo delincuencial que no se va a quedar de brazos cruzados, como lo demostró ayer con el incendio de los camiones tras la detención, pero tampoco significa que se vaya a desatar una guerra en Guadalajara como fue en Monterrey la confrontación entre Zetas y Golfo. Jalisco va a sufrir el efecto Monarca, pero lo más probable es que será en acciones muy puntuales y esporádicas.

Al igual que el sexenio pasado, una vez que comienza la persecución de delincuentes vamos a ver efectos violentos en muchos puntos del país.

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