Author image

Hilda García

31/07/2013 - 8:28 am

Haciéndola cansada

El Congreso estadounidense se ha preparado para comenzar un respiro de cinco semanas. Ambas Cámaras estarán en receso hasta la segunda semana de septiembre con un debate sobre la reforma migratoria que pareciera que se ha quedado a la mitad. El Senado envió para discusión, y posterior aprobación, un plan para legalizar a 11 millones […]

El Congreso estadounidense se ha preparado para comenzar un respiro de cinco semanas. Ambas Cámaras estarán en receso hasta la segunda semana de septiembre con un debate sobre la reforma migratoria que pareciera que se ha quedado a la mitad.

El Senado envió para discusión, y posterior aprobación, un plan para legalizar a 11 millones de indocumentados, determinar los pasos para que puedan lograr la ciudadanía y, por supuesto, la militarización de la frontera, que para que los republicanos aceptaran pasar la propuesta en la Cámara Alta, ofreció duplicar el número de agentes fronterizos en 40 mil.

Sin embargo, mientras pareciera que todo queda en receso y los políticos estadounidenses no toman una decisión más rápida, las presiones van en todas direcciones.

Barack Obama, quien prometió, básicamente a los hispanos, una reforma migratoria desde la campaña de su primera elección para ganar la Presidencia de Estados Unidos, se reúne en el Congreso con los legisladores demócratas de la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos y con diversos grupos, tales como empresarios, sindicatos y líderes para acelerar la aprobación de la reforma migratoria.

Por su parte, el líder del Congreso, el republicano John Boehner, debe conciliar todos los intereses dentro de su partido sobre la necesidad de avanzar en una reforma migratoria y las opiniones extremistas de algunos de sus integrantes que han dañado el debate. Como muestra, sólo basta recordar las declaraciones del congresista de Iowa, Steve King, quien aseguró que gran parte de los jóvenes conocidos como los “dreamers” se dedican a pasar droga por la frontera.

Y si bien eso ocurre en el terreno de los políticos, los grupos cívicos y las organizaciones que apoyan a los inmigrantes han anunciado ya diversas movilizaciones con mensajes de texto y llamadas telefónicas para presionar a los congresistas.

El Consejo Nacional de La Raza (NCLR) lanzó su campaña “Yo apoyo una reforma migratoria verdadera para fortalecer al país”. Su estrategia consiste en enviar un mensaje de texto a cada uno de los congresistas para que aprueben la legalización de millones de indocumentados.

De igual forma, el Reform Immigration Pro America y el National Immigration Forum lanzaron una campaña digital para que los legisladores de la Cámara de Representantes se movilicen a favor de la reforma migratoria integral. Esto es una propuesta amplia con vías hacia la ciudadanía. Sin embargo, hay quienes proponen que cada tema debe ser discutido por partes, tal y como en algún momento fue sugerido por Boehner.

Incluso, como elemento de las negociaciones, Boehner propone la discusión por partes y esperar el plan del Grupo de los Siete (que preparan cuatro demócratas y tres republicanos) que incluiría un proceso hacia la ciudadanía para los indocumentados. Sin embargo, esta propuesta los obligaría a declarar que violaron la ley de Estados Unidos y entrarían en un estado de libertad condicionada por cinco años. Es decir, todo está hecho como para complicar aún más el proceso.

Con el receso de cinco semanas que se tomará el Congreso, la propuesta de debatir la ley en pedacitos y las características de lo que se propone como ley, pareciera que la actitud no será aprobar una reforma migratoria integral, sino que todo está como para hacerla más cansada y que nunca se logre aprobar.

Sólo basta recordar que la propuesta de ley aprobada por el Senado a finales de junio propone una vía hacia la ciudadanía para aquellos indocumentados que demuestren haber estado en Estados Unidos desde antes del 31 de diciembre de 2011, sin antecedentes penales y que entreguen sus huellas digitales al Departamento de Seguridad Nacional.

Si esos pasos se lograran completar, aún faltaría un trecho largo que permitiera a los paisanos en Estados Unidos lograr su ciudadanía. Por ejemplo, una vez que pasaron los primeros requisitos, se les pediría a los indocumentados que pagaran una multa y entrarán en un estado especial conocido como de “inmigrante provisional” por espacio de diez años. Sí, tal cual. Diez años en los cuales podría llegar cualquier otro gobierno y echar todo por la borda. Sin embargo, así es como fue aprobado y enviado.

Aún así, pensando en que se apruebe, pague la multa y pase su tiempo como inmigrante provisional por diez años, podrán gestionar la residencia y tres años más tarde la ciudadanía.

Mucha ebullición se siente en Washington, DC. Mucho se dice sobre la reforma migratoria integral y los intereses políticos y económicos, pero entre tantos dimes y diretes, la van haciendo cansada. Tan cansada que ni se sienta que hubo una reforma o que los migrantes sigan su curso como indocumentados sin ver los beneficios de tener vidas sin el apuro de ser descubiertos, deportados o separados de sus familias.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video