Omar Millán realizó un viaje lleno de sabores por Baja California para recoger los testimonios de diversos personajes que han dedicado su vida a la cocina de La Baja.
Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo).- El Marciano y la Langosta es un libro escrito por el periodista Omar Millán que a través de 400 páginas reúne los testimonios de personas que han dedicado su vida a la cocina de Baja California.
El marciano y la Langosta es un libro de 18 capítulos, cada uno dedicado a un producto y a un personaje que se ha dedicado a la cocina. Millán platicó con Mundano acerca de cómo surgió la idea del que es su tercer libro y de las historias que más lo marcaron.
“El tema surgió a raíz de platicas que tenía con los editores, hace cuatro años cuando lo empecé estaba trabajando para la agencia AP y estaba cubriendo narcotráfico y migración y en las platicas que teníamos yo les decía que en la frontera y en el resto de Baja California están sucediendo justamente como una respuesta a esta guerra a todo este ambiente terrible generado por el narcotráfico, están sucediendo movimientos culturales, movimientos artísticos, se está dando un movimiento en la cocina muy interesante y habría que voltear a verlos y trabajar en reportajes”.
Explicó que comenzó realizando algunos reportajes par la agencia para la que trabajaba pero que al platicar con las fuentes le recomendaron recorrer toda “la Baja” para averiguar el origen de la cocina californiana. En un inicio pensó recorrer desde Tijuana hasta La Paz y lo hizo en un primer viaje pero descubrió que donde comienza Baja California Sur el producto endémico termina y el agua es más cálida por lo que comienza otro tipo de cocina y otro tipo de producto por lo que decidió enfocarse a Baja California norte.
“Traía la pretensión de cuál era el origen de la cocina Baja Med pero al regreso ya tenía otra idea de decir la Baja Med es sólo un fragmento hay que contar todo el resto de la historia que es la que está soportando el sustento, la base de esto que se está exponiendo como la vanguardia, como cocina de autor, hay todo un bagaje cultural que no se está contando, hay unas historias allí de pescadores, de cocineros antiguos de la misma historia”, dijo.
LA COCINA UNE DIFERENTES CULTURAS
El periodista y escritor afirmó creer que la cocina es un reflejo de la sociedad actualmente se habla de nacionalismo y migración y la cocina de Baja es un ejemplo de lo que aportan diferentes culturas y las migraciones a un lugar.
“Ahora más cuando se habla en la política en Estados Unidos o en Europa de la pureza, del nacionalismo y esto la lección que surge en Baja California es ¿cuál pureza? Mira lo que han aportado todas estás migraciones y han convivido en diversos tiempos, algunos paralelos pero ve el aporte que tienen, ve la historia y el tipo de seres humanos que han surgido de este mestizaje”.
Milán remarcó la importancia de conocer todo lo que hay detrás de un platillo, como las familias que lo preparan, los productores, pescadores etc.
“Cuando se habla de cocina pensamos en el chef televisivo y es pensar desde las familias, desde las cocineras y desde en quién lo hace, pocas veces pensamos en el platillo, nos lo comemos pero no sabemos quién está detrás, o no tenemos está conciencia de decir mira este producto lo hacen en esta región y lo hacen estos pescadores y lo han trabajado por más de 50 años y la vida se la explican a partir de eso”.
El autor dijo que lo que ocurre en Baja California y específicamente el Tijuana, que concentra la mitad de la población de ese estado, es un ejemplo de lo que ocurre en el país.
“Tijuana es un mosaico de lo que es México, está prácticamente gente de todo el país pero también conviviendo con otras culturas que históricamente llegaron y todos compartiendo sus formas de cocinar.”
PROTAGONISTAS DE LA COCINA DE BAJA CALIFORNIA
“En un platillo está nuestra historia, estamos todos”, explicó Omar quien señaló que una de las historias que más lo marcó fue la de una cocinera llamada Mamá Espinoza de 107 años de edad que falleció cuatro meses después de que él realizará la entrevista. Esta mujer, hija de un migrante italiano y una indígena kiliwa, hablaba chino, inglés, italiano y español se casó con un pescador en El Rosario, y es la primera que ofrece langosta en un burrito en el año de 1930.
Otra historia es la de Vicente Guerrero, “establece un paralelo imposible”, él llega de niño a Mexicali a una región que se llama los Algodones y comienza a viajar por trabajo y comida, cuando crece se convierte en el pionero de la siembra de ostiones en Bahía falsa en San Quintín y “prácticamente el 60 por ciento de los ostiones que hay en México son de él”.
“En San Quintín se come la almeja ahumada y el ostión ahumado tal como lo comían los indígenas, los concheros hace miles de años”.
Omar agregó que todavía no entiende bien el cambio que propició en él este viaje pero ha aprendido a apreciar los platillos y las historias que hay detrás de ellos.
