México, 26 Jul. (Notimex).- La próxima apertura del Laboratorio de Documentación y Análisis Lingüístico, le permitirá al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizar un inventario fonológico de las 64 lenguas indígenas del país, con prioridad en aquéllas que están en riesgo de perderse.
Este espacio, ubicado en la capital del país, contará con equipo de primer nivel y servirá para la realización de peritajes lingüísticos y antropológicos, en caso de ser requeridos por la autoridad judicial.
El coordinador nacional de Antropología del INAH, Francisco Barriga Puente, aseveró que este laboratorio colocará a la investigación lingüística que hace el Instituto, en la ruta del siglo XXI, ya que estará dotado de las herramientas necesarias que les permitirán a los lingüistas realicen productos que demanda la disciplina.
El también lingüista destacó que este espacio contará con aparatos de medición y programas computarizados para medir y graficar las variantes lingüísticas:
“Se cuenta con el espectrógrafo, el nasómetro y el glotógrafo, que se ocupan de medir las ondas sonoras del habla producidas por el aparato fonador del ser humano, es decir, los pulmones, las cuerdas vocales, la boca y la nariz, así como zonas específicas que sirven para modular o regular la emisión del sonido, como son los labios, lengua, dientes y paladar”, detalló.
Ejemplo de lo anterior, apuntó, es la distinción de lenguas por medio de gráficas que permite saber cuáles de ellas son las más orales que nasales.
Un caso de ello es el náhuatl, que es un habla más oral, porque tiene muy pocas vocales nasales; en cambio el otomí es más nasal, porque utiliza más vocales.
Barriga Puente puntualizó que la principal función del laboratorio será realizar análisis de distintas lenguas que se hablan en el país, dando prioridad a aquéllas en peligro de perderse, puesto que la fonética es una rama de la lingüística que estudia la producción y percepción físicas de una lengua.
El especialista señaló que además se podrán llevar a cabo estudios de los problemas del habla, lo que hará que el laboratorio también funcione como una herramienta terapéutica.
Subrayó que en el país, ocho por ciento de la población presenta algún tipo de disfunción del lenguaje.
El lingüista puntualizó que este laboratorio tendrá dos áreas: la primera de éstas parecida a un estudio de grabación, donde se realizarán registros sonoros, y una segunda que consta de un espacio insonorizado, equipado con distintos aparatos de medición, computadoras y programas especializados para análisis acústico, que permitirá llevarán a cabo pruebas para medir aspectos fonéticos del habla.
Barriga Puente informó que para el equipamiento de este espacio, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología otorgó el 50 por ciento de los recursos.
Del funcionamiento, dijo, que en una primera instancia, el laboratorio estará a disposición de los investigadores del INAH.
Aclaró que no se descarta la posibilidad de que en un futuro éste se abra a investigadores de otras instituciones, a través de cursos y talleres especializados de lingüística instrumental.
Por su parte, el encargado de la operación del espacio, Nicandro González Peña, mencionó que ya se cuenta con equipo de grabación y videograbación, para hacer distintos registros (fase de documentación), el PAS (Phonetic Aerodinamic System), que mide el flujo y presión del aire de la cavidad oral y nasal, y el CSL (Computer Speech Lab) que registra la modulación y entonación, así como un aparato de captación de vocales.
Abundó que los resultados que arrojan los instrumentos de medición se pueden graficar, lo que permite hacer comparaciones entre uno o varios hablantes.
Barriga Puente explicó que el laboratorio permitirá a los investigadores llevar a la cabina de grabación a hablantes, y mediante los programas de computadora hacer tanto el registro documental, como un análisis más sofisticado.
Es decir, que de manera instrumental, podemos descomponer, desmenuzar, toda la parte física y fisiológica de los sonidos del lenguaje.
Finalmente, el coordinador nacional de Antropología agregó que otra de las funciones que facilitará el laboratorio es la digitalización del acervo de la Dirección de Lingüística del INAH, cuyos registros fueron hechos hace varias décadas.
“Contamos incluso con grabaciones en rollos de alambre magnetizado (técnica anterior a la cinta magnética), cintas de carrete abierto, casetes y soportes digitales, como el disco compacto. Algunos de estos registros, realizados en el siglo pasado tienen un gran valor científico, pues podrían contener registros de variantes lingüísticas o incluso lenguas ya desaparecidas”, concluyó.