Hasta la semana pasada la Planta Ensamble de GM Ramos Arizpe, Coahuila trabajaba en un horario extendido en los turnos matutino y vespertino, los recortes aplicados han quitado hasta 3 horas y media a los trabajadores y las jornadas de trabajo sólo son de martes a jueves. La reducción en el ensamblaje de la armadora es una medida preventiva ante los efectos que pudiera generar las políticas del Presidente Trump -como el impuesto fronterizo-, por ello, se decidió bajar la producción en Ensamble, de la que dependen Carrocerías, Pintura y Estampado.
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Saltillo/Ciudad de México, 4 de abril (SinEmbargo/Vanguardia).- Una reducción aproximada de 50 por ciento de su producción, semanas laborales de tres días y un paro de dos semanas en el mes de abril, es el saldo que el llamado “efecto Trump” deja al Complejo Automotriz de General Motors en Ramos Arizpe, Coahuila.
Tales medidas representan el impacto real del “efecto Trump”; es decir, la presión que el Presidente Donald Trump ejerce sobre las compañías automotrices para que mantengan puestos de trabajo en Estados Unidos.
Hasta la semana pasada la Planta Ensamble de GM Ramos Arizpe venía trabajando en un horario extendido, en el turno matutino, de 06:00 horas a 16:00 o 18:00 horas.
En el turno vespertino las operaciones de producción iniciaban a las 16:00 o las 18.00 horas hasta las 02:00 o 03:00 pm; no obstante, esa jornada se acortó desde la última semana de marzo, y ahora el turno matutino labora de 06:00 a 14:30 horas y el vespertino de 14:30 a 22:00 horas.
Las jornadas de trabajo, además, se redujeron desde la semana pasada a los días martes, miércoles y jueves.
“Se llegaron a ensamblar hasta 60 vehículos por hora, uno por minuto”, subrayó un fuente, “pero hoy la producción ha bajado hasta la mitad, ensamblan 30 unidades por hora”.
La caída en la producción de GM, lógicamente ha impactado también en las operaciones de sus proveedores en la Región Sureste del Estado; un ejemplo de ello es Faurecia, que reajustó a unos 300 trabajadores.
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A ello, se suma el caso de Ditemsa, que decidió congelar la inversión en maquinaria y equipo que tenía para su planta local, hasta que el panorama esté más claro, en cuanto a las políticas de Estados Unidos, así como la situación de México.
La reducción en el ensamblaje de la armadora es una medida preventiva ante los efectos que pudiera generar las políticas del presidente Trump -como el impuesto fronterizo-, por ello, mejor se decidió bajar la producción en Ensamble, de la que dependen Carrocerías, Pintura y Estampado.
Caso contrario es la Planta de Motores, también del Complejo GM Ramos Arizpe, donde se sigue trabajando de manera normal y se mantienen vigentes las inversiones que desde hace un par de meses se realizan en la armadora local.
Pese a ello, se prevé que el actual panorama empiece a cambiar a finales de este mes, cuando se espera que directivos del cuartel general de General Motors visiten el Complejo en Ramos y traigan información positiva.
A ello se suma que a GM México anunció ayer que a mediados de 2017 estará disponible en todas las distribuidoras Chevrolet del País la nueva generación de la Equinox 2018.
Como se recordará, desde hace un tiempo empezaron a llegar a la Región Sureste proveedores con el objetivo de abastecer al complejo local que lanzaría y ensamblaría aquí el nuevo modelo, cuya producción se sumaría al Cruze y al Sonic.
En el último reporte de ventas de vehículos ligeros dado a conocer por la AMIA y la AMDA, a marzo de 2017 se vendieron 137 mil 12 unidades, lo que representó un 17.2 por ciento más que el mismo mes de 2016.