Mónica Alejandrina salió un día de su casa rumbo a la universidad donde estudiaba psicología y no la volvieron a ver. Su madre, Adela, ha vivido 20 años con el dolor de la búsqueda, el no saber dónde está su hija, qué le hacen, qué padece.

Las familias de personas desaparecidas no sólo lloran la pérdida, cargan la terrible tarea de buscar en fosas, en cárceles, en terrenos baldíos, en hospitales, en morgues. Buscar entre vivos y muertos con la esperanza de hallar tan sólo fragmentos.

“A nuestros hijos los tenemos que buscar a pedazos para poder armar su cuerpo”, dice con voz entrecortada Adela Alvarado mientras en el auditorio del Antiguo Colegio de San Ildefonso ese dolor nos llena a todas y todos durante la presentación de la Estrategia de la Ciudad de México para la Búsqueda y Localización de Personas 2025-2030.

La mujer, cuya profesión de payaso ya no la puede realizar porque vive con miedo por las amenazas recibidas, sintetiza la revictimización de familiares. Su búsqueda comenzó cuando Fox era Presidente; Calderón les dijo que no había dinero suficiente, pero construía la Estela de Luz, y siguieron Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.

Años de portazos en la cara, tiempo de aprendizaje para oler la oferta vacía y simulada, afirma Valentina Peralta, de la Red Eslabones por los Derechos Humanos.

Ahora, encuentran en la estrategia una esperanza. Cuando les dijeron que en tres meses habría un plan integral, dudaban, pero, señala Laura Curiel, del Colectivo Mariposas Destellando, ya ven voluntad política y coordinación institucional.

Suman su experiencia para la construcción del modelo, considerado un parteaguas, replicable en otras entidades. El primero en su tipo en el país que pone en el centro a las personas desaparecidas y sus familias, afirma Elizabeth Martínez, de Familias Unidas por Una Causa.

La Jefa de Gobierno de la CdMx, Clara Brugada, define con sensibilidad ese dolor continuado e interminable, extendido en forma de angustia, impotencia, desesperación, indignación, recuerdos, silencio, enojo.

En el modelo, coordinado por la Fiscal General de Justicia, Bertha Alcalde, y el Secretario de Gobierno, César Cravioto, hay reconocimiento a las carencias estructurales, así como un afinado y sistemático proceso para la búsqueda inmediata y la de larga data.

Tecnología y ciencia tienen un papel central en el derecho de las familias a saber qué pasó con su ser querido, en el derecho de las y los desaparecidos a ser encontrados, el derecho de las niñas y niños —expresado por Giovani e Iker del colectivo Una luz en la Camino y víctimas indirectas de la desaparición— a no vivir con miedo.

Videovigilancia del C5 con más cámaras y ubicación en puntos estratégicos, rastreo por ADN de familiares y fallecidos no identificados, uso de inteligencia artificial para armar álbumes fotográficos que ayuden en la identificación son herramientas al servicio de la búsqueda.

La estrategia coloca a la CdMx como referente, en alineación con los planteamientos de la Presidenta Claudia Sheinbaum. Una utopía que devuelve esperanza, resume Carmen Zamora, de Hermanos de lucha.

Salvador Guerrero Chiprés

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Salvador Guerrero Chiprés es coordinador general del C5, ex presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

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