Asunción, 5 Ago (Notimex).- El Impuesto a la Renta Personal (IRP), que comenzó a regir en Paraguay el pasado miércoles tras varios años en que estuvo postergado, tiene por objetivo buscar la redistribución de la riqueza.
Para las autoridades económicas del gobierno del presidente Federico Franco, la puesta en vigencia del IRP constituye el comienzo de un proceso de redistribución de la riqueza y el primer paso en la instalación de un sistema de tributación directo.
En un principio, el IRP sólo afecta a las personas con salarios importantes y el mismo no se aplica a los aguinaldos, a los depósitos bancarios o a las remesas de dinero que los paraguayos que residen en el exterior envían a este país.
De igual manera, el dinero ahorrado en bancas o entidades financieras fuera del Paraguay está exonerado de este nuevo gravamen, al igual que los intereses que los mismos puedan generar.
El IRP fue establecido dentro de la ley de adecuación fiscal promulgada en 2005 para que entrara en vigencia en enero de 2006, pero por sucesivas prórrogas ordenadas en el Congreso quedó en el “congelador” hasta ahora, tras seis años de trámite legislativo.
El impuesto gravará los ingresos de las personas que perciben más de 120 salarios mínimos (199 millones de guaraníes, unos 46 mil 200 dólares) anuales durante el primer año de vigencia, hasta agosto de 2013.
Según técnicos del Ministerio de Hacienda, este impuesto recaudará aproximadamente unos 34 millones de dólares un año después de su puesta en vigencia y afectará el primer año a unos dos mil 300 contribuyentes.
Agregaron que el modelo aplicado en Paraguay es un "impuesto al ahorro", más que a la renta, pues los contribuyentes podrán deducir todos sus gastos de manutención, donaciones y aportes a seguros sociales o fondos de pensiones.
El IRP posee dos tramos: uno que grava con un 10 por ciento a quienes perciban ingresos netos superiores a los 120 salarios mínimos anuales y otro de 8.0 por ciento a quienes tengan ingresos inferiores a esa cifra.