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VANGUARDIA DE SALTILLO

Testigo detalla cómo operaba red de pederastia y prostitución ligada a sacerdotes de Saltillo

15/02/2018 - 10:08 am

En sus declaraciones, "Alexis" mencionó que el activista de la comunidad LGBTI en Saltillo, Carlos Llamas, llevaba a adolescentes para que tuvieran relaciones sexuales con grupos religiosos ligados al padre Robert Cougan, responsable de la Pastoral Penitenciaria en la capital de Coahuila.

“La Iglesia es un juego de poder, es una mafia [...] tienen que silenciarte de cierta manera para no quedar mal ellos", dijo.

El testimonio, revelado por una organización civil, coincide con las denuncias públicas sobre la red de pederastia y protección a clérigos de la Diócesis de Saltillo. También va de la mano con la historia depredadora del “Padre Meño”, que durante al menos 15 años abusó sexualmente de seminaristas de entre 13 y 16 años.

Saltillo/Ciudad de México, 15 de febrero (Vanguardia/SinEmbargo).- Una víctima de pederastia clerical en Saltillo, Coahuila, reveló detalles sobre una supuesta red de prostitución infantil en las iglesias y seminarios de la Diócesis local.

El audio del testigo– que es parte de la investigación que realiza una asociación en defensa de los derechos humanos, se suma a las denuncias de pederastia que empañan a la Diócesis de Saltillo– y que tienen como principal orquestador a Juan Manuel Riojas, “Padre Meño”–. En este se agregan señalamientos de pagos que supuestamente realizan los clérigos a menores por servicios sexuales.

Según la grabación– entregada por la organización al diario Milenio–, los grupos juveniles y retiros espirituales que realiza la Diócesis de Saltillo son utilizados para "reclutamiento".

El testigo, identificado como “Alexis”, aseguró haber acudido a dichos grupos de los 13 a los 26 años (hoy tiene 33). Desde entonces, dijo, los presbíteros ya realizaban estas prácticas.

“Alexis” contó que al inicio los encuentros se hacían en la oficina de la iglesia y luego en moteles, "sin que a nadie le pareciera extraño el acercamiento entre el sacerdote y el adolescente". 

En uno de los primeros retiros a los que asistió, los guías espirituales hacían "bromos" con los adolescentes como "darles nalgadas cuando estaban desnudos, bañándose en las regaderas".

“En el Seminario Diocesano las relaciones entre los mismos seminaristas era algo muy común. Yo pertenecía a un movimiento nacional que se llamaba Circulo del Espíritu Santo y de la Cruz, hasta los 26 años dejé de ir a ese grupo de la iglesia”, contó la víctima.

En ese grupo, contó, un sacerdote se le acercó para proponerle sostener relaciones sexuales. Él tenía 17 años, y aunque le extrañó la propuesta, aceptó, calificando la experiencia como “extraña".

En sus declaraciones, "Alexis" mencionó que el activista de la comunidad LGBTI, Carlos Llamas, llevaba a adolescentes que tenían relaciones sexuales con grupos religiosos ligados al padre Robert Cougan, responsable de la Pastoral Penitenciaria.

“Alexis” cree que este modelo de atracción a las redes de corrupción continúa hoy en día; sin embargo, considera que la diferencia es que ahora los jóvenes acceden a las prácticas sexuales por un interés económico.

“La iglesia es un juego de poder, es una mafia, lo poco o mucho que yo viví dentro de la iglesia, supe que es un juego de poder, no les convienes te vas, te desapareces, tienen que silenciarte de cierta manera para no quedar mal ellos, fue lo que pasó con el Padre Gofo, peroél ya se hizo famoso y por eso no lo han podido silenciar por completo”, expresó.

El testimonio coincide con las denuncias públicas sobre la red de pederastia y protección a clérigos de la Diócesis de Saltillo. También va de la mano con la historia depredadora del “Padre Meño”, que durante al menos 15 años abusó sexualmente de seminaristas de entre 13 y 16 años.

El juicio contra “Padre Meño” dejó al descubierto que la pederastia fue una práctica que rebasó al Seminario de Piedras Negras y se estableció en Saltillo, Coahuila, donde curas habrían “seducido” a menores en la Alameda y otras plazas públicas.

Manuel Riojas fue vinculado a proceso en agosto pasado por el delito de violación calificada con abuso de autoridad y agravio a menores.

Se mantuvo prófugo durante cuatro meses y era buscado por la Interpol en 190 países, luego de ser acusado por dos de sus víctimas: el ex seminarista Ignacio Martínez Pacheco y el aún seminarista Roberto Javier Calzada Tamez, de 19 años de edad.

Ambos relataron a SinEmbargo –en mayo pasado– el calvario judicial que significó denunciar penalmente al cura pederasta y a su Obispo encubridor debido a la protección directa que gozan, dijeron, por parte del Gobernador del estado, Rubén Moreira Valdez.

Las víctimas que lo denunciaron aseguran que han tenido acceso a diversos testimonios que revelan el modus operandi de sacerdotes pederastas en la capital del estado.

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