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Con “El Chapo” fuera del negocio, el imperio criminal queda intacto en manos de “El Mayo” Zambada

05/02/2019 - 8:30 pm

Testimonios en el juicio de “El Chapo” Guzmán perjudican al líder en solitario del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada García. Sin embargo, el capo se mantiene intacto en su imperio, pese a las bajas que ha tenido su organización. “El Mayo” sigue como uno de los blancos prioritarios para el gobierno de Estados Unidos. Aunque utiliza todo tipo de transporte y rutas para el tráfico de droga, su fuerte es la vía marítima. En noviembre último fue detenida parte de su red en Colo.

Por Luis Carlos Sáinz

Tijuana, 5 de febrero (Zeta/SinEmbargo).- Probablemente Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera no libre una larga condena que podría ser hasta de cadena perpetua en el juicio que le sigue el gobierno norteamericano, pero los testimonios también han sacudido al líder vigente del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, quien continúa libre con un imperio intacto que opera como en sus mejores tiempos.

Así lo reconoce un informe de la Agencia Antidrogas norteamericana (DEA, por sus siglas en inglés), dado a conocer en noviembre de 2018, al señalar que los cárteles mexicanos representan la mayor amenaza para ese país. Entre las seis organizaciones del narcotráfico que se mencionan -con aumento en su poderío-, destaca la facción criminal que dirige el sinaloense.

“El Mayo” Zambada, Rafael Caro Quintero y Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líderes de las organizaciones criminales de Sinaloa, Beltrán Leyva y Jalisco Nueva Generación, son considerados por Estados Unidos, blancos prioritarios junto con otros narcotraficantes mexicanos. Por Zambada se ofrecen 5 millones de dólares de recompensa.

En teoría, los mismos individuos serían objetivos importantes para el Gobierno de México, como eran señalados durante la pasada administración; sin embargo, las actuales autoridades federales no se han pronunciado al respecto y los temas del narcotráfico y crimen organizado dejaron de ser parte de la agenda diaria.

Mario Ismael Zambada García es un presunto traficante de drogas ilícitas que ha actuado por lo menos desde hace cuatro décadas en el país, inicialmente en la supervisión de plantaciones de marihuana y amapola, y después, en su trasiego hacia el norte. Se le acusa de ser responsable de la importación de cocaína procedente de Sudamérica y la producción de metanfetaminas para su distribución en la Unión Americana.

Aunque en México cuenta con varias órdenes de aprehensión en su contra por delitos contra la salud, en suelo estadounidense es reclamado en extradición por la Corte Federal del Distrito de Columbia, para ser procesado por tráfico de cocaína. En el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Penal de Ciudad de México se dictó una orden de detención provisional con fines de extradición internacional desde 2003.

Diversas operaciones conformadas por policías mexicanos y norteamericanos se han realizado por lo menos durante 18 años sin éxito. Durante cateos y aseguramientos solamente se han encontrado algunas huellas de su sigilosa presencia, tanto en rancherías como en ciudades. En ese tiempo, numerosos colaboradores del capo, incluidos socios, lugartenientes e incluso sus hijos, han caído presos por agentes del Estado o asesinados a manos de sus enemigos.

La droga sigue su curso hacia el norte y lleva el sello de la organización sinaloense, también llamada Cártel del Pacífico. Todo parece indicar que la vía marítima, favorita del “Mayo”, es la más segura para que los grandes volúmenes de cocaína lleguen a su destino. Primero en grandes barcos y después a bordo de lanchas rápidas que recorren las costas de Michoacán hasta las dos Baja California.

UN JUICIO “RASPOSO”

En la Corte de Brooklyn, Nueva York, han salido “chispas” del juicio que sigue el gobierno de Estados Unidos a “El Chapo” Guzmán, compadre de Ismael Zambada. Y es que con el afán de ganar beneficios, los testigos, encarcelados por pertenecer a la organización criminal de Sinaloa, han hecho imputaciones no sólo contra Joaquín, sino contra “El Mayo”, reconociéndoles como los jefes del cártel.

Ismael “El Mayo” Zambada continúa libre con un imperio intacto que opera como en sus mejores tiempos. Foto: Zeta

El primero en prender el aparador fue el abogado de Guzmán, Jeffrey Lichtman, quien el 13 de noviembre de 2018 aseguró ante el Jurado que su cliente había pagado millonarios sobornos a dos anteriores presidentes de México, pero además, que el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa es Ismael “El Mayo” Zambada, “quien nunca ha pasado un día en prisión y sigue prófugo”. Agregó que éste pagó a los ex mandatarios Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, millones de dólares en sobornos.

Luego, el 18 de diciembre, Pedro Flores, considerado el narcotraficante más importante de Chicago, reveló que durante la década de 2000 llegó a distribuir hasta 60 toneladas de estupefacientes, pero el negocio se multiplicó una vez que entró en contacto con Guzmán Loera y Zambada.

Jesús “El Rey” Zambada, hermano de Mario Ismael, que había testificado apenas unos días después que el abogado de Guzmán Loera, evitó mencionar a su consanguíneo y atacar al “Chapo” y al gobierno. Sin embargo, al reanudarse el juicio tras un receso de invierno, el 4 de enero de 2019, Vicente Zambada Niebla “Vicentillo”, hijo del “Mayo”, ubicó a su padre como líder del cártel al lado de su compadre Joaquín, de quienes dijo, “tenían influencia sobre las autoridades policiales y las usaban a su antojo”.

“Vicentillo”, pendiente de sentencia en una Corte Federal de Chicago y testigo colaborador de los norteamericanos para que no le condenen a cadena perpetua, declaró que Guzmán y Zambada utilizaron a la Policía Federal en la guerra que mantuvieron en México contra el cártel de los Beltrán Leyva y los Carrillo Fuentes. Además, reconoció que la DEA le permitió realizar llamadas telefónicas a su padre, a cambio de información sobre grupos delincuenciales rivales.

BAJAS, NO MERMAS

Entre 2004 y 2014, las células delictivas que conformaban la parte del Cártel de Sinaloa que Ismael Zambada controlaba sufrieron por lo menos de diez bajas relevantes, sin que se mermara la operatividad de la organización. Detenidos, extraditados o asesinados, “El Mayo” vio reducido a su grupo de colaboradores de confianza, para quienes siempre tuvo líderes emergentes.

Cayeron Javier Torres Félix “El JT”, Gonzalo Araujo Payán “El Chalo Araujo”, Vicente Zambada Niebla “Vicentillo”, Roberto Burgos Beltrán “El Doctor”, Manuel Garibay Espinoza “El Meño”, Manuel Torres Félix “El M1” y/o “El Ondeado”, Serafín Zambada Ortiz, Gonzalo Inzunza Inzunza “El Macho Prieto”, Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax” e Ismael Zambada Imperial “El Mayito Gordo”.

Ahí pararon las dificultades y cambios en las estrategias de Zambada. Entre 2016 y 2018 también hubo pérdidas importantes, como el rumor de una traición entre compadres que llegó desde Inglaterra, cuando en marzo se difundió una entrevista con la supuesta hija del “Chapo”, Rosa Isela Guzmán Ortiz, en el periódico The Guardian. La mujer habría dicho que su padre fue traicionado por “El Mayo” y por políticos de alto nivel, a quienes financió sus campañas electorales, por eso le recapturaron.

En 2016 vendrían la detención del principal lavador del cártel, Juan Manuel Álvarez Inzunza “El Rey Midas”; la extradición de Abraham Inzunza Inzunza “El Peque”, hermano del sanguinario “Macho Prieto”; la captura de Inés Enrique Torres Acosta “El Kike”, uno de los principales operadores de Zambada García; y el asesinato de Juan Carlos Landeros “El Güero 90”, tras un enfrentamiento entre grupos armados.

En el mismo año, la oficina de Interpol en el país capturó en Ciudad de México a Heriberto Zazueta Godoy “El Capi Beto”; luego fue ejecutado en Culiacán, Édgar Parra Zambada, sobrino de Ismael; el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó en su lista de negra a Eliseo Imperial Castro “Cheyo Ántrax”, también sobrino de “El Mayo”; y tres miembros de la célula delictiva de Los Ántrax murieron baleados en un tiroteo con rivales.

En febrero de 2017, los hijos de Joaquín “El Chapo” afirmaron -mediante una carta- haber sido atacados por Dámaso López “El Licenciado”. Presuntamente cuando ocurrió la agresión, los “Chapitos” iban acompañados por “El Mayo” Zambada. Tras la detención de Dámaso en mayo de ese año, el preso externó su temor a ser asesinado en la cárcel, negando su participación en cualquier atentado contra Zambada. A finales de esa anualidad, fue apresado César Rafael Vázquez Pérez “El Comándate Fierro”, jefe de plaza en Jalisco y Colima.

Finalmente, en noviembre de 2018 fue desarticulada en Colombia “El Clan Familiar”, una estructura dedicada al tráfico internacional de cocaína en lanchas rápidas, ligada a Zambada García. Nueve de sus miembros fueron aprehendidos. La organización criminal enviaba droga desde Colombia hasta Panamá, Costa Rica, México y Estados Unidos.

TRÁFICO MARÍTIMO

Esta última acción dejó en claro que a falta del “Chapo” Guzmán y otros de sus personajes estelares, el Cártel de Sinaloa tal vez disminuyó su actividad en el tráfico aéreo de drogas, pero en la vía marítima mantiene sus viejas estructuras, pues es más difícil para las autoridades internacionales detectar los cargamentos, que además son en mayor volumen.

Al “Mayo” se le tiene catalogado como un buen negociador no sólo al interior de la organización delictiva, sino con otros grupos, principalmente con representantes de gobierno. Parte de su éxito, según averiguaciones previas integradas por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, es su gestión ante autoridades portuarias y navieras. Sus esbirros obtienen documentos para el despacho de salida de embarcaciones tipo tiburoneras y camaroneras a la navegación en las costas mexicanas.

Al “Mayo” se le tiene catalogado como un buen negociador no sólo al interior de la organización delictiva, sino con otros grupos. Foto: Zeta

Está documentado en investigaciones oficiales nacionales y norteamericanas que los barcos que ha usado el Cártel de Sinaloa para el transporte de cocaína procedente de Colombia son adquiridos en el área de Texas, Estados Unidos; posteriormente los cruzan a México para llevarlos a un astillero ubicado en Tampico, Tamaulipas, donde se les fabrica un compartimento oculto en el interior de los tanques de almacenamiento de combustible, agua o aceite en forma de “clavo”.

Las embarcaciones acondicionadas pasan por el canal de Panamá y son cargadas con la cocaína, navegan toda la noche hacia México y arriban a costas mexicanas en el Océano Pacífico, donde desembarcan la cocaína en navíos camaroneros o tiburoneros, siendo los principales lugares: Mazatlán, Teacapan y Escuinapa, Sinaloa. También llega la droga a las costas de Chiapas y Manzanillo, en Colima.

El modo de operar de la facción de Zambada fue relatado en actuaciones:

  1. Desplazan un buque de bandera mexicana a Centroamérica (Honduras, Panamá, Ecuador o Perú), donde es preparado estructuralmente para realizar el transporte de carga ilícita por un periodo de entre 15 y 20 días; en el lugar simulan ser de bandera centroamericana
  2. Una vez preparado, zarpa con destino a Panamá, donde tiene una estancia de entre 10 y 15 días, para recibir la carga ilícita
  3. Tres días antes del zarpe de este buque, zarpa un segundo buque de costas del Pacífico Norte en México, con destino a Sudamérica
  4. Una vez cargado con cocaína, el primer buque zarpa con destino a México
  5. Un día después que el buque zarpa hacia México, un tercer buque sale de costas mexicanas en el Pacífico Norte, con destino vía la pesca hacia Chiapas
  6. El segundo buque se cruza con el primero tras salir de aguas mexicanas en el Pacífico Centro y continúa su navegación hacia Centroamérica, donde será preparado
  7. El tercer buque se encuentra con el primero en aguas del área limítrofe a la Zona Económica Exclusiva, donde realiza el trasbordo de tripulantes, cambio de nombre, bandera y documentos, de tal forma que el primer buque suplanta al tercero, continuando su navegación hacia un puerto del Pacífico Norte en México; el tercero simula ser el buque de bandera sudamericana y se dirige al sur
  8. Cuando estos eventos se desarrollan, el segundo buque podría estar en Panamá con la carga ilícita, listo para dirigirse a México y continuar con el ciclo.

Lo anteriormente reseñado, obra en conocimiento de la DEA y la Secretaría de Marina Armada de México, pues las investigaciones datan desde la década anterior, cuando se descubrió que los barcos que transportaban cocaína eran modificados en su nombre y/o matrícula, “clonados” con otros.

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