El Carnaval de San Juanito es una celebración de siglos en una comunidad de Celaya, Guanajuato, del cual poco se sabe. El mayor atractivo de esta festividad es el “baile de los truenos”, una tradición que hace explotar pólvora al pegar contra suelo un martillo. Una actividad peligrosa que ha cobrado la vida de muchos, pero que no tiene intenciones de desaparecer.
Este evento de 400 años de antigüedad es plasmada en el documental Los Truenos de San Juan, del director mexicano Santiago Maza Stern, que llega a las salas de cine.
Ciudad de México, 17 de julio (SinEmbargo).– Compran la pólvora cual si fuera una droga, a escondidas. La traen desde afuera, cubierta, al pueblo de San Juan de la Vega para no ser sorprendidos por la policía que se los tiene prohibido por el riesgo que representa. Sin embargo, a los habitantes de esta comunidad eso poco les importa, lo principal es celebrar como se debe a su santo, como cada año.
El Carnaval, celebrado en Celaya, Guanajuato, es una tradición que lleva siglos pasando de generación tras generación. Es una fiesta que dura cinco días y que ha quedado plasmada en el documental Los Truenos de San Juan, del director mexicano Santiago Maza Stern.
“Es un documental que retrata una tradición mexicana de 400 años que sorprendentemente, así como muchas otras, ha logrado permanecer en un plano donde el grueso del país no la conoce. Es conocer de México, es conocer grandes personajes mexicanos y una visión de cómo se dan las tradiciones de una manera muy particular”, dijo en entrevista con SinEmbargo Santiago Maza.
El documental sigue los pasos de los habitantes de la comunidad previo al carnaval de su patrón San Juanito, al que están dirigidos todos sus rezos y encomendados sus milagros. Un santo, que aunque no ha sido beatificado por la Iglesia católica, es la deidad máxima del pueblo.
“A la gente de San Juan de Vega el que sea reconocido o no San Juanito pues les da igual, para ellos, el patrono y el santo que les cumple y los protege es San Juanito, y es una relación compleja con la Iglesia porque todos ellos creen San Juanito, pero también van a misa”.
“La Iglesia no lo reconoce, pero es San Juanito el que lleva a esos fieles a convivir con la religión. Al final lo permiten o lo toleran porque es un gran embajador de la religión”, opina Santiago.
El Carnaval de San Juan, que se realiza el mes de marzo, se caracteriza por el uso de martillos explosivos para conmemorar el nombre de su santo que fue venerado a través de los años por haber robado a mineros para dar el dinero a los pobres.
Los feligreses se preparan con días de anticipación para juntar la pólvora. Entre varios se reúnen para hacer pequeños paquetes con la mezcla y así pegarlos a las cabezas de los martillos para después hacerlos explotar. Todo oculto para evitar enfrentarse con las autoridades que ya tienen los ojos encima de la tradición por el peligro que representa, pues ya ha cobrado muchas vidas.
“Esta parte de los truenos visualmente es impresionante, el olor a pólvora, el sonido de cada detonación, estas como columnas de humo que suben de cada trueno es muy llamativo".
Esta es la mayor atracción del carnaval que emociona tanto a propios como a externos. Incluso fue gracias a esta parte fundamental de la tradición por la que Santiago Maza pensó en filmar el documental.
“Un día vimos en Internet a un personaje echando un trueno y era tanta la detonación que se iba de espaldas. Estaba etiquetado en inglés como 'Crazy mexican party'. La verdad al principio no creía eso fuera en México, entonces me puse a investigar y fue así descubrí que sí, que era en San Juan de la Vega”.
El cineasta no dudó en lanzarse hasta el lugar. Ahí se dio cuenta que la festividad iba más allá que sólo los truenos, pues también involucraba cosas igual de impresionantes como puestas escena donde la gente recrea episodios de la historia del pueblo.
“Son unos montajes teatrales en el amanecer donde hacen recreaciones de robos y de arrestos. Para mí, el carnaval está cargado de momentos que son mágicos”.
REALIZAR DOCUMNETALES EN MÉXICO
El documental de Santiago Maza Stern –que ha recorrido a varios festivales de cine nacionales e internacionales– fue un trabajo que le llevó cinco años. El director cuenta para este diario digital que fue una labor independiente que lo llevó a invertir tiempo, su equipo y dinero para regresar constantemente al pueblo con el fin de reforzar los lazos con la gente y ganarse su confianza.
"Tienes que trabajar la confianza de las personas. Muchas de las cosas que suceden del carnaval trata mucho de los heridos o nada más como exaltar el morbo que puede generar la tradición. Tuvimos que resarcir ese daño y esa desconfianza que tenía la gente de las cámaras, y que se dieran cuenta que nuestro acercamiento era una cosa más profunda y no nada más del lado escandaloso, sino también de la parte de la tradición”.
A la par de las filmaciones, el director buscaba fondos y asesorías con otros documentalistas para sacarlo a brote, pues filmar un largometraje de este tipo en México tiene muchos obstáculos de frente.
“Sí es complicado. Sí hay muchos retos que sortear desde lado económico, desde el tiempo que uno tiene para invertirle a estos proyectos, la parte de la cercanía o sensibilidad que tiene el tema. Para cualquier investigación tiene uno que ir allá y platicar con la gente”.
Opina que si uno desea generar una producción así, dependiendo de fondos del Estado y de festivales de cine, es difícil, pues muchas veces esos mismos se convierten en un obstáculo al no aceptar el tema, o porque no cumple con ciertos requisitos para los apoyos económicos.
“Uno tiene que ser más necio que eso, y encontrar la manera de hacerlos”, afirma.
Santiago Maza invita a ver el documental que estará disponible este miércoles en la Sala 5 de la Cineteca a las 16:30 horas.
“El documental involucra mucho al público, quien lo va ver siempre se siente invitado a ser parte del diálogo porque en un inicio podría parecer como que la tradición es algo que desafía hasta el sentido común, y conforme transcurre la historia, la gente se da cuenta de los motivos que hay detrás y las razones que determinan que la gente escoja ciertos roles en la tradición”.
También puedes disfrutar del documental en la Casa del Cine, ubicada en República de Uruguay no. 52, en el Centro Histórico.