Solicita auxilio al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y al Gobierno estatal para lograr la paz en el estado. A Chilapa llegó una violencia muy fuerte que se fue gestando a través de los años, advierte.
Por Luis Daniel Nava
Chilapa, Guerrero, 20 de enero (ElSur) -. El obispo Salvador Rangel Mendoza pidió a las autoridades que investiguen a fondo para determinar la causa y encontrar a los responsables del asesinato de 10 integrantes de un grupo musical, registrado este sábado en una carretera de Mexcalcingo, en el municipio de Chilapa, Guerrero.
Solicitó auxilio al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y al Gobierno estatal, para lograr la paz en el estado.
El obispo Salvador Rangel Mendoza pidió a las autoridades que investiguen a fondo para determinar la causa y encontrar a los responsables del asesinato de 10 integrantes de un grupo musical, registrado este sábado en una carretera de Mexcalcingo, en el municipio de Chilapa, Guerrero.
Este domingo por la tarde, tras concluir la tradicional misa de la 1 de la tarde, en la catedral de Chilapa, el obispo Salvador Rangel fue consultado acerca del múltiple homicidio de diez integrantes del grupo musical Sensación, del poblado Alcozacán, y cuyos cuerpos fueron calcinados.
De acuerdo con la versión de integrantes de la policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), los músicos de Alcozacán acudieron la víspera a una presentación en la comunidad de Tlayelpan, y este sábado por la mañana fueron detenidos por integrantes del grupo delictivo Los Ardillos, en un retén instalado en la carretera, después de pasar por la comunidad Mexcalcingo. Las dos camionetas en las que viajaban y en la que trasladaban equipo fueron quemadas.
El punto está a 52 kilómetros de la cabecera, a unas dos horas y media de camino, al sur del municipio. Es una de las zonas más marginadas y olvidadas por las autoridades de los tres órdenes de Gobierno.
“Tuvimos este evento, en el que asesinaron a 10 personas de una comunidad rural y los quemaron. Algo muy grave, parte de la violencia que estamos tratando de controlar”, expresó el prelado.
Dijo que este tipo de acontecimientos se siguen suscitando, a pesar de que continuamente en sus celebraciones eucarísticas invitar a la población a respetar la dignidad y la belleza de la vida.
A Chilapa, agregó, llegó una violencia muy fuerte, pero no era de un día para otro, sino que la violencia se fue gestando a través de los años.
“Las cosas van cambiando, el municipio está más tranquilo, la gente está más confiada y busca la paz, y esto lo tenemos que lograr”.
No obstante, opinó, se debe entender que gente está involucrada desde hace mucho en esas actividades y que seguirá cometiendo “fechorías”.
“En este caso, yo estoy invitando a las autoridades a que hagan una investigación fuerte, una investigación a fondo, para que este tipo de hechos se puedan evitar”.
“Tengo mis sospechas, pero le toca a la autoridad definir quién los asesinó, quién los quemó y así poco a poco, esos criminales, esa gente mala, vaya cediendo y respete la vida de los demás”.
En la homilía, el responsable de la diócesis Chilpancingo-Chilapa pidió por el eterno descanso de las víctimas, que fueron identificadas como José Julio "N", de 37 años; Crescenciano "N", de 37; Israel "N", de 24; Israel "N", de 15; Antonio "N", de 24; Cándido "N", de 20; Lorenzo "N", de 32; Juan Joaquín "N", de 42; Marcos "N", de 36, y Regino "N", de 21.
“Pedimos por el eterno descanso de las diez personas, pero también muchas veces los victimarios son víctimas. Llevan una vida muy particular y han tenido hechos malos en su vida. Sobre todo un llamado a ellos, que ya se retiren de hacer el mal, que ya se retiren de asesinar y que respeten la vida”.
A juicio del obispo, esta vorágine de violencia podría llevar a venganzas, por lo que hizo un llamado a la paz, que dijo conviene a todos.
SE DEBE PACIFICAR ZIRÁNDARO
De la situación en el municipio de Zirándaro, en Tierra Caliente, donde familias abandonaron sus comunidades por enfrentamientos armados en los que se reportaron 13 muertos, Salvador Rangel opinó que es una situación difícil, donde la autoridad debe intervenir para pacificar, dejando a un lado diferencias políticas.
“He tenido la oportunidad de platicar con el párroco de allá, con el mismo señor obispo Joel Ocampo Gorostieta, de Ciudad Altamirano, pues es una situación muy difícil. Es donde el Gobierno debe de entrar y pacificar esa situación, porque desde hace casi dos meses en Zirandaro y otros tres municipios se tenían prisioneras a las personas, no podían salir ni entrar, no podían llevar medicinas ni víveres”.
“Tuvo que venir el obispo Joel Ocampo y los párrocos a exponer al Gobernador Héctor Astudillo cómo estaba la situación. El Gobernador y el secretario de Gobierno (Florencio Salazar Adame) deberían de poner más atención y los medios necesarios para pacificar la región”.
No obstante, el obispo Rangel Mendoza consideró que una causa más de la crisis de inseguridad es la diferencia de partidos políticos entre el alcalde de Zirándaro, Gregorio Portillo Mendoza, postulado por Morena, y el Gobernador Héctor Astudillo, del PRI.
“El problema de ahí es cuestión de partidos políticos. El Presidente Municipal pertenece a otro partido y como el Gobernador es de un partido distinto, no se han podido entender. Creo que aquí las ideologías deben quedar a un lado y lo que importa más son las personas, tenderles la mano”.
Respecto a si estos hechos de violencia de alto impacto contrastan con la propagada sobre la reducción de los índices de homicidios y otros delitos en el estado, el obispo Salvador Rangel respondió que Guerrero tiene muchos rostros y muchos lugares, que no hay una gobernabilidad completa.
“Me consta que ha bajado la criminalidad en Chilapa y en Chilpancingo. Hace un mes los empresarios sacaron un desplegado, informado que afortunadamente habían parado los secuestros en Chilpancingo. La parte oriental del estado y de la capital se ha tranquilizado”.
De acuerdo con testimonios recabados, dijo, en Tlapa las cosas están más calmadas.
“Pero me preocupa mucho la parte de Taxco, de Iguala, de Tetipac, ahí las cosas no están nada tranquilas y es donde el Gobierno debe poner más atención, ya que dos grupos están compitiendo y hasta un tercero. Las cosas no están bien”.
En Tierra Caliente, añadió, continúan los secuestros. “Han secuestrado a dos personas, piden grandes cantidades de dinero, y las han entregado muertas, lo mismo puedo decir de Costa Grande. Es donde pedimos la ayuda, el auxilio del Gobierno federal, unido con el Gobierno estatal, y que se logré esa paz”.
“Hace poco, el mismo secretario de Seguridad Pública, David Portillo Menchaca, decía que había gobernabilidad en el estado. En lo personal no creo que la haya del todo, invito a las autoridades a que digan la verdad y que no quieran tapar el sol con un dedo”, concluyó.