No existen evidencias de que se pueda contraer la COVID-19 del agua en sí, pero el coronavirus que causa la enfermedad puede sobrevivir en las superficies, por lo que los expertos recomiendan evitar los bebederos en lo posible o limitar el contacto directo al utilizarlos.
Los Ángeles, 13 de agosto (AP).- ¿Es seguro beber de una fuente pública de agua durante la pandemia?
No existen evidencias de que se pueda contraer la COVID-19 del agua en sí, pero el coronavirus que causa la enfermedad puede sobrevivir en las superficies, por lo que los expertos recomiendan evitar los bebederos en lo posible o limitar el contacto directo al utilizarlos.
En la Ciudad de Nueva York, por ejemplo, hay carteles que piden a los usuarios que utilicen guantes o un pañuelo de papel para activar las fuentes de agua. Si no se tiene nada de eso a mano y necesita utilizarla, los expertos recomiendan lavarse las manos después de hacerlo y evitar tocarse la cara. Tampoco es recomendable dejar que la cara toque el grifo cuando se acerque a beber.
Llenar una botella con agua es mejor que beber directamente de la fuente, afirmó Angela Rasmussen, investigadora de virus en la Universidad de Columbia. Esto ayuda a garantizar que no se deja saliva en la fuente, con lo que es más seguro para los demás.
Se recomienda tomar estas precauciones porque se cree que las superficies contribuyen a la propagación del coronavirus, aunque los expertos sostienen que la principal vía de contagio es a través de las gotitas que la gente suelta al hablar, toser o estornudar.
Para minimizar el contacto directo con las fuentes, las escuelas y empresas deberían animar a todo el mundo a llevar su propia agua desde casa, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Pese a esto, las fuentes deben limpiarse y desinfectarse para quienes necesiten usarlas, añadió la agencia.
Según los CDC, las escuelas y las compañías deberían revisar las fuentes en busca de otros problemas antes de reabrir. Los cierres prolongados podrían aumentar el riesgo de infectarse de legionela y de otras enfermedades asociadas con el agua, ya que los estancamientos en las tuberías pueden hacer que crezcan bacterias.