El máximo boxeador mexicano aseguró que "conoció a todos los narcotraficantes", desde "El Chapo" hasta a todos los Arellano, de los que se hizo su amigo y recibió ostentosos regalos.
Ciudad de México, 23 de agosto (SinEmbargo).– ¿Imaginan a los narcotraficantes de México de grupos contrarios, en sus mejores tiempos, reunidos conviviendo? Pues así ocurrió, al menos es lo que asegura el ex boxeador Julio César Chávez.
En entrevista con Yordi Rosado, el expugilista narró la noche en que después de su encuentro con el puertorriqueño Héctor “Macho” Camacho, al que derrotó en 1992, estuvo rodeado de los líderes de cárteles de droga más famosos del país como Joaquín “El Chapo” Guzmán, Héctor Luis “El Güero” Palma, Amado Carrillo (El Señor de los Cielos), Juan José Esparragoza (El Azul), Ismael Mayo Zambada y los Arellano Félix.
Sin especificar el lugar en que reunieron, Julio César Chávez detalló que todos estaban ahí para conocerlo, pero en la mente de pugilista sólo pasaba su deseo por más cocaína:
“El día que le gané a Macho Camacho, había como mil años de cárcel, estaban los Arellano Félix, ‘El Güero’ Palma, Amado Carillo, ‘Chapo’ Guzmán, ‘El Azul’ y el Mayo Zambada, todos querían conocerme. Yo estaba loco porque fue el día que me drogué (por primera vez), todos hablaban de la pelea de ‘Macho’ Camacho, hasta que yo me enfadé, yo lo que quería era perico. Había como 300 cabrones armados, pero nadie traía perico, y dije ‘como nadie trae perico, váyanse a la chingada’, ‘no, espérate ahorita te conseguimos’”, narró Chávez.
El pugilista mexicano explicó para el programa de YouTube que deificó convertirse en "su amigo mejor, que su enemigo”, prestaba consciente que no hacerlo así, ellos lo tomaran lo fuerza.
“A las dos semanas se pelearon entre ellos, pero como ellos sabían que yo era amigo de todos, a mí siempre me respetaron. La relación muy buena con ellos, siempre me respetaron, yo era muy amigo de los Arellano”.
Además, aseguró que estos líderes siempre lo trataron bien y nunca faltaron los regalos:
"Me regalaban la droga, diamantes, relojes, me decían 'es un regalo, cabrón'. Tengo joyas, todavía tengo unos guantecitos que me dio Pancho Arellano, que cuestan 80 mil dólares".
El pugilista ahondó de la vida de lujo que llevó en sus mejores años rodeados de las personalidades más importantes del momento, de su problema con las adiciones que lo llevaron en varias ocasiones al hospital y del que ahora lleva 12 años limpio.