El narrador y ensayista Fernando de León habló con SinEmbargo sobre los nueve ensayos que componen su más reciente libro, en los cuales habla desde su experiencia como lector de escritores de la talla de Francisco Tario, Juan Rulfo, Juan José Arreola y Jorge Luis Borges, al tiempo que ofrece una lectura a dos series televisivas: Dr. House y True Detective.
Ciudad de México, 12 de agosto (SinEmbargo).– Fernando de León trae “un poquito de todo” en su segundo libro de ensayos, Narrativas verdaderas (UANL), al cual define como “una especie de caos intencional” en el que, no obstante, existe “un orden secreto” mediante el cual se conectan los nueve ensayos que componen su trabajo y que recorren las obras de Francisco Tario, Juan Rulfo, Juan José Arreola y Jorge Luis Borges para cerrar con dos trabajos sobre el discurso narrativo en las series Dr. House y True Detective.
“Se hablan los ensayos entre sí, es decir, el Arreola que es traductor de alguna manera habla con el Rulfo que está apasionado por la tierra; Italo Calvino habla con mucho respeto en su forma de escribir y en sus libros de un Borges que es muy fácil de querer también, incluso los últimos dos ensayos, los que tienen que ver con series y que por eso quizás están impregnados de actualidad, están muy implicadas con literaturas antiguas y quizá también canónicas, es decir, True Detective abreva de [Howard Phillips] Lovecraft, abreva de Ambrose Bierce, abreva de muchas literaturas norteamericanas que ya podemos decir que son canónicas, y obviamente, House no se diga, porque surge de la figura de Sherlock Holmes, entonces creo que todo el libro en sí tiene una especie de complicidad, entre un ensayo y otro”, comentó el autor en entrevista con SinEmbargo.
Narrativas verdaderas abre con un ensayo sobre Francisco Tario, al cual le suceden dos trabajos, uno sobre Rulfo y otro sobre Arreola. Fernando de León compartió que escribe estos trabajos ”desde la admiración” y desde sus experiencias como lector. “Es la postura más honesta que encontré para hablar de tremendos autores que además han sido súper estudiados, pero creo que al final cuando algo te gusta, te apasiona, lo miras con ojos distintos, y resulta que ves algo que no habías visto, y entonces creo que sí hay una especie de descubrimiento, al principio es un descubrimiento personal y después un descubrimiento compartido”.
Con respecto al ensayo sobre Jorge Luis Borges e Italo Calvino, el cual da cuenta de ciertos paralelismos entre ambos escritores, De León compartió que con el autor del Aleph tiene una “enorme deuda” al ser uno de los primeros autores que se leyó. “Borges no te la pone fácil, es decir, no es un autor que todo el tiempo esté con la puerta abierta, pero es un autor que te incita, que te provoca lo suficiente para que indagues, para que veas en qué momento él está riéndose contigo o de ti”, ahondó.
No obstante, el Borges del que escribe es el de Siete noches, “un Borges ya completamente cristalino, transparente, que así se fue convirtiendo” dijo que mientras en un principio el escritor argentino era “oscuro, en el sentido críptico, quizá, o su visión era avasallante, pero después se fue haciendo un orador, un ensayista cristalino”.
“Siete noches aborda por lo menos siete de sus pasiones: la poesía, Las mil y una noches, la pesadilla, entonces ese libro me parecía muy, muy importante abordarlo cuando se trataba de abordar una figura como la de Borges”, indicó.
Fernando de León expuso que de repente encontró un especie de vínculo entre Siete noches y el libro de Calvino, las Seis propuestas para el próximo milenio. “Los dos libros me parecen fabulosos porque tiene un tono oral, cristalino, claro, porque tiene una intención absoluta de contagiar al lector de la pasión de la Literatura y por otro lado se hermanaban en cuanto a las ideas y a las intenciones, a la manera de concebir al universo y eso me parecía que era parte de la herencia que estaba dejando Borges y que estaba asumiendo, y entendiendo muy bien Italo Calvino”.
En otro ensayo, Fernando de León recupera la ortografía racional mexicana propuesta por Alberto Magno Brambila, la cual conoció como estudiante de la Facultad de Letras y sobre la que descubrió que sí había tenido una repercusión, no sólo en su momento, en los años 20 y 30, sino incluso en la obra de Julio Cortazar, quien incluye un capítulo en Rayuela, escrito con esta ortografía.
“Esa propuesta no caduca, en el sentido que nos debe plantear cuál es nuestra relación con el lenguaje, cuál es nuestra relación con la ortografía y saber por qué es buena o es mala. [...] Nuestra relación con el lenguaje repercute en nuestra relación con nuestro propio país, con nuestra idea de nación, y por ahí es un tema que todavía habría mucho que reflexionar, habría mucho que hacer. Entonces no se trata tanto de cambiar la ortografía, por complicar simplemente el mundo editorial, que en realidad sí sería una complicación tremenda, más bien creo que se trata de preguntarnos cuál es nuestra relación individual con el lenguaje, si lo queremos o si lo odiamos”, platicó.
Finalmente, Fernando de León habló sobre las estrategias literarias que se exploran en las series televisivas Dr. House y True Detective. Sobre la primera, dice que hay un cronista al estilo Watson de Sherlock Holmes, que en la serie es el camarógrafo, quien registra todo, pero también se recurre al personaje de Wilson para que se asombre.
“Hay como estrategias narrativas muy interesantes en la cámara, en cómo nos cuentan las cosas, pero éste es apenas el principio de muchos recursos y experimentos que habría que hacer, que se van a hacer sin duda, no sé si esto sea alarmante o no, a estas alturas yo diría que hay más espectadores de series que lectores de libros, creo que parte de esa vida que tiene el lenguaje de la que hablábamos hace rato, implica también estar cambiando de formato”.
Con respecto a True Detective, dijo que verla le cambió a un nivel la experiencia literaria: “me pareció que de veras acababa de ver una novela de ocho capítulos, me pareció estupendo el guión, conforme fui indagando me di cuenta de que todo lo había escrito un sólo guionista, Nic Pizzolatto, y que era muy literaria, independientemente de todos los recursos narrativos que tiene una serie, que obviamente estamos hablando de imagen, música, iluminación, dirección, independientemente de todo eso, estaba yo ante un nuevo formato de la Literatura.”