Por medio de tres telescopios de los observatorios del Observatorio austral Europeo (ESO), en Chile, un grupo de astrónomos pudieron observar el planeta enano Makemake al cruzar por delante de una estrella distante, bloqueando su luz, además de poder comprobar si el planeta está rodeado por una atmósfera o no.
Por primera vez, gracias a nuevas observaciones, astrónomos pudieron comprobar si Makemake está rodeado por una atmósfera o no. Este mundo gélido orbita en las partes más externas del Sistema Solar y se suponía que podría tener una atmósfera similar a la de Plutón, pero este no parece ser el caso. Los científicos también midieron por primera vez la densidad del exoplaneta, los cuales serán publicados a la brevedad.
El planeta enano Makemake tiene dos tercios del tamaño de Plutón y viaja alrededor del Sol a una órbita distante que se encuentra más allá de la del otrora noveno planeta del Sistema Solar, pero más cerca del Sol que Eris, el planeta enano más masivo conocido en el Sistema Solar.
Observaciones previas del gélido Makemake mostraron que era similar a sus colegas planetas enanos, por lo que algunos astrónomos a esperaban que su atmósfera (de existir) sería similar a la de Plutón. Sin embargo, el nuevo estudio ahora muestra que, al igual que Eris, Makemake no está rodeado por una atmósfera significativa.
LA OCULTACIÓN DE MAKEMAKE
El equipo, liderado por José Luis Ortiz, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC, España), combinó múltiples observaciones utilizando tres telescopios de los observatorios Paranal y La Silla, de ESO, en Chile —el VLT (Very Large Telescope), el NTT (New Technology Telescope), y el TRAPPIST (TRAnsiting Planets and PlanetesImals Small Telescope)— junto con datos de otros telescopios más pequeños ubicados en SUDAMÉRICA, observando el paso de Makemake por delante de una estrella distante.
“Cuando Makemake pasó frente a la estrella, bloqueando su luz, en lugar de apagarse y volver a brillar de forma gradual, la estrella desapareció y reapareció de forma muy brusca. Esto significa que el planeta enano no tiene una atmósfera significativa”, afirmó Ortiz. “Se pensaba que Makemake podría haber desarrollado una atmósfera —que no haya pruebas de que la tiene nos demuestra lo mucho que aún nos queda por aprender de este misterioso tipo de objetos. Descubrir, por primera vez, algunas de las propiedades de Makemake es un gran paso adelante en nuestro estudio del selecto club de los planetas enanos helados”.
El hecho de que Makemake no tenga lunas, y la gran distancia que lo separa de nosotros, hacen que sea difícil de estudiar, y lo poco que sabemos sobre este cuerpo es solo una aproximación. Las nuevas observaciones del equipo arrojan luz sobre nuestra visión de Makemake al determinar su tamaño con mayor precisión, limitar las opciones sobre una posible atmósfera y al estimar, por primera vez, la densidad del planeta enano. También permitieron a los astrónomos medir cuánta luz del Sol refleja la superficie de Makemake: su albedo.
El albedo es el grado de potencia reflectora de una superficie mate cuando es alcanzada por la radiación solar. El de la superficie de la Tierra varía según el tipo de material que la cubre. La nieve, por ejemplo, refleja el 95% de la radiación, la arena seca un 40 % y la vegetación de un prado un 20%. Por su parte, el albedo medio de la Tierra, es decir, la potencia reflectora de la atmósfera y de la superficie es aproximadamente un 30 %. En este caso, el de Makemake, es un albedo de un 0.77 %, es comparable con el de la nieve sucia, mayor que el de Plutón, pero menor al de Eris.
Fue posible observar a Makemake con tanto detalle solo porque pasaba frente a una estrella —un evento conocido como ocultación estelar. Estas oportunidades excepcionales han permitido a los astrónomos obtener, por primera vez, mucha información sobre la, a veces, tenue y delicada atmósfera que hay alrededor de estos lejanos, pero importantes, miembros del Sistema Solar, proporcionando información muy precisa sobre otras de sus propiedades.
Las ocultaciones son especialmente inusuales en el caso de Makemake, ya que se mueve en un área del cielo que cuenta, relativamente, con pocas estrellas. Predecir y detectar con precisión estos excepcionales acontecimientos es extremadamente complicado y la exitosa observación llevada a cabo por un equipo coordinado, repartido por varios lugares del sur de América, hace aún más valioso este logro.
“Plutón, Eris y Makemake son solo unos pocos ejemplos de los numerosos objetos helados que orbitan lejos del Sol”, afirmó el titular del equipo. “Nuestras nuevas observaciones han impulsado en gran medida nuestro conocimiento de uno de estos objetos de mayor tamaño, Makemake —podremos usar esta información para explorar estos intrigantes objetos en esta región alejada del espacio”.