Antes de la guerra, Rafah tenía una población de aproximadamente 280 mil habitantes pero, según Naciones Unidas, ahora alberga a alrededor de 1.4 millones de personas que viven con familiares, en refugios o en extensos campamentos de tiendas de campaña tras escapar de los combates en otras zonas.
Por Najib Jobain y Samy Magdy
RAFAH, Franja de Gaza (AP) — Los ataques aéreos israelíes mataron a al menos 31 palestinos en Rafah en las primeras horas del sábado, después de que el Primer Ministro de Israel dijo que pidió al ejército que planifique la evacuación de cientos de miles de personas desde la ciudad del sur de Gaza antes de una invasión terrestre.
Benjamin Netanyahu no ofreció más detalles ni la posible fecha del operativo, pero el anuncio desató el pánico generalizado. Más de la mitad de los 2.3 millones de habitantes de Gaza están hacinados en Rafah, muchos de ellos tras verse obligados a desplazarse por las repetidas órdenes de evacuación israelíes que afectan ya a dos tercios del sitiado enclave. No está claro a qué lugar podrán huir ahora.
La noticia sobre los planes de invasión coronó una semana de fricciones cada vez más públicas entre Netanyahu y el Gobierno de Estados Unidos. Funcionarios de la Casa Blanca han manifestado que invadir Rafah sin un plan para la población civil llevaría al desastre.
Israel ha llevado a cabo ataques aéreos en Rafah casi a diario, incluso después de decir a los civiles en las últimas semanas que se refugiaran allí de los combates terrestres en la ciudad de Jan Yunis, ubicada justo al norte.
Durante la madrugada del sábado, tres ataques contra viviendas en la zona de Rafah dejaron 28 fallecidos, según un funcionario de salud y reporteros de The Associated Press que vieron llegar los cadáveres a los hospitales. Cada operación acabó con la vida de varios miembros de tres familias distintas, incluyendo un total de 10 menores, el más pequeño de apenas tres meses.
Fadel al-Ghannam perdió a su hijo, su nuera y cuatro nietos en uno de los ataques. De pie entre los escombros, dijo que los cuerpos de sus seres queridos quedaron destrozados.
Temía algo aún peor ante la inminente invasión terrestre de Refah y dijo que el silencio internacional había permitido a Israel seguir adelante. “Hasta el día de hoy, el mundo no ha sido justo con nosotros ni nos ha concedido nuestros derechos”, afirmó.
En Jan Yunis, donde se centra ahora la campaña terrestre israelí, el ejército disparó contra el hospital Nasser, el más grande de la zona, y mató a al menos una persona, además de causar varios heridos, indicó Ashraf al-Qidra, vocero del Ministerio de Salud de Gaza.
El personal médico no puede moverse entre los distintos edificios del complejo debido al intenso fuego, añadió apuntando que en el hospital se refugian 300 miembros del personal médico, 450 pacientes y 10 mil desplazados.
El ejército israelí no realizó comentarios de inmediato.
DIFERENCIAS CON WASHINGTON
El constante aumento del número de víctimas civiles palestinas — que superaron las 28 mil tras cuatro meses de guerra, según las autoridades gazatíes — ha contribuido a agravar los roces entre Netanyahu y Washington.
Israel responsabiliza a Hamás de esas muertes porque combate en zonas civiles, pero los funcionarios estadounidenses han pedido más ataques precisos. El presidente, Joe Biden, dijo esta semana que la respuesta israelí estaba siendo “exagerada”.
Las autoridades israelíes dicen que Rafah, en la frontera con Egipto, es el último bastión de Hamás en Gaza tras más de cuatro meses de guerra.
“Es imposible lograr el objetivo de la guerra de eliminar a Hamás dejando cuatro batallones de Hamás en Rafah”, indicó la oficina de Netanyahu el viernes. “Por el contrario, está claro que la intensa actividad en Rafah requiere que los civiles evacuen las zonas de combate”.
La oficina indicó además que ordenó al ejército y a las autoridades de seguridad que elaboren un “plan combinado” que incluya tanto una evacuación masiva de civiles como la destrucción de las fuerzas insurgentes en la ciudad.
Sigue sin estar claro a dónde podrían dirigirse los civiles ahora. La ofensiva israelí ha causado una destrucción generalizada, especialmente en el norte del enclave, y cientos de miles de personas no tienen casas a las que regresar.
Por su parte, Egipto ha advertido que cualquier movimiento de palestinos a través de su frontera amenazaría el tratado de paz firmado con Israel hace cuatro décadas. El paso fronterizo entre Gaza y Egipto, que prácticamente cerrado, es además el principal punto de entrada de ayuda humanitaria al territorio.
Antes de la guerra, Rafah tenía una población de aproximadamente 280 mil habitantes pero, según Naciones Unidas, ahora alberga a alrededor de 1.4 millones de personas que viven con familiares, en refugios o en extensos campamentos de tiendas de campaña tras escapar de los combates en otras zonas.
EL NORTE DE GAZA
Israel declaró la guerra después de que miles de milicianos de Hamás atacaron el sur de su territorio el 7 de octubre, matando a mil 200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a otras 250 más como rehenes.
La campaña aérea y terrestre de Israel se ha cobrado la vida de unos 28 mil palestinos, en su mayoría mujeres y menores, de acuerdo con las autoridades sanitarias locales. Alrededor del 80 por ciento de la población del enclave está desplazada y el territorio se ha sumido en una crisis humanitaria, con escasez de comida y de servicios médicos.
Netanyahu sostiene que la guerra solo terminará con una “victoria total” de Israel, que incluya aplastar a Hamás, un objetivo que incluso algunos en Israel consideran inalcanzable.
Hamás ha gobernado la Franja durante 17 años desde que tomó el poder en 2007 y ha echado profundas raíces. Antes de la guerra, dirigía un aparato gubernamental con decenas de miles de funcionarios y policías civiles.
En las últimas semanas han vuelto a aparecer policías de Hamás en zonas del norte del territorio de donde las tropas israelíes se habían retirado, y el grupo dijo que está decidido a tomar medidas contra el saqueo de propiedades abandonadas y el cobro de precios abusivos.
Residentes y equipos de emergencia retiraban cadáveres de entre los escombros en zonas del oeste de la Ciudad de Gaza luego de la marcha de los soldados israelíes esta semana.
“Toda la zona se ha convertido en escombros”, dijo Assad Radwan, un residente que vive cerca del hospital de Shifa, el más grande del enclave. “La mayor parte de (la ciudad de) Gaza se ha vuelto irreconocible para su propia gente”.
En el barrio Tel al-Hawa de Ciudad Gaza se hallaron los cuerpos de dos paramédicos de la Media Luna Roja desaparecidos desde hacía 12 días. Habían ido en busca de la niña Hind Rajab, de seis años, que viajaba en un auto con su familia, obedeciendo las órdenes de evacuación. La MLR había difundido la grabación de la llamada telefónica de un primo de Hind a un familiar para decir que un tanque había disparado sobre el auto y solo la niña había sobrevivido. La llamada del primo se interrumpe bruscamente.
Los cuerpos de los paramédicos estaban en una ambulancia destrozada cerca del auto. Hind y el resto de su familia estaban muertos. La MLR dijo que había coordinado el rescate con el ejército israelí, que no hizo declaraciones al respecto.
En una señal de resistencia, cientos de personas se congregaron el viernes para rezar al aire libre entre la destrucción del campo de refugiados urbano de Jebaliya, en el norte del territorio. Las oraciones del viernes son las más importantes de la semana religiosa musulmana, y este fue el primer acto masivo desde que comenzó la guerra.
MOOD'YS BAJA CALIFICACIÓN A ISRAEL POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA
La agencia crediticia Moody's ha rebajado por vez primera el rating crediticio de Israel de A1 a A2 con perspectiva "negativa" debido a la inestabilidad generada por la guerra contra Hamás y los temores a una expansión a gran escala contra las milicias de Hezbolá en Líbano.
La perspectiva negativa, añade Moody's, se debe al "riesgo de una escalada" con las milicias de Hezbolá en la frontera norte del país, escenario de constantes cruces de artillería prácticamente desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre.
"La economía de Israel es fuerte. La rebaja en el rating no está conectada a la economía sino que se debe por completo al hecho de que estamos en guerra. Cuando ganemos la guerra el rating volverá a subir. Y la vamos a ganar", ha asegurado Netanyahu.
Esta rebaja es la primera desde que la agencia crediticia comenzara a evaluar a Israel en 1998 y podría traducirse en un incremento de los tipos de interés o en la debilitación de la moneda nacional, el shekel.