Tomás Calvillo Unna
12/02/2025 - 12:04 am
La intoxicación del ego
Encapsulados en el tiempo, en su metamorfosis y espejismos solemos perder el aliento.
El cuchillo de obsidiana se quebró;
en la mañana, las brazadas de la tía Lila
la llevaron hasta los cielos,
sólo esperaba la señal para partir.
Ella, la energía pura de la inquebrantable fe;
su huella amorosa de cada amanecer.
I
Encapsulados en el tiempo,
en su metamorfosis y espejismos
solemos perder el aliento.
Esa primera bocanada de vida
que nos acompaña
sin ambición alguna:
solo el instinto mismo de ser.
II
En el camino,
no tarda el escepticismo
en reclamar su lugar;
una y otra vez,
como una cerca de púas
pretende apropiarse
de lo que ignora,
y en realidad,
pronto se oxida y nos hiere.
III
La vida queda trabada
en la batalla
de esos pliegues
del tiempo,
cercanías
y distancias;
la superficie de los sucesos,
las palabras sujetas al relato;
triturada grava
en los montículos de la ambición.
IV
Al comenzar la Historia,
sus historias;
la conciencia se contrae,
y el conocimiento,
con la habilidad de sus encrucijadas
multiplica sus fases y rostros;
ajeno ya a sí mismo
inicia el cruel embate de asumirse,
en su verdad única del espejo,
donde venera
la majestuosa ilusión que encarna:
el súbito despertar
de su presencia,
la guerra civil del alma y el cuerpo
en su ficción elegida.
V
El rostro de la sombra
en su aparente
permanencia,
que el vientre nocturno
otorga:
por los siglos
de los siglos:
esparce
la semilla de la muerte
en sus ágiles movimientos
al seducir con el calendario
que portamos,
sin conocer a bien
qué fecha nos corresponde.
VI
Asumida la fugacidad
y sus concreciones,
sin tiempo alguno
advierte
de la inmaculada certeza,
de no saber nada todavía,
entre el zigzaguear
de los destinos.
VII
Sólo los poros de la devoción;
la enseñanza del misterio,
su permanente inicio,
el desapego mortal
de nuestra conjugación del verbo.
Rendija.
En el tono del decir, se pueden abrir o cerrar las puertas. La representación de cada uno es un ejercicio de conciencia y libertad; es la lealtad que el presente exige y sus desafíos del día a día; no más la subordinación a un pasado que encadena.
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