Igualdad Animal México

Love Veg: la importancia de lo colectivo en el cambio cultural

09/03/2025 - 6:31 am
Igualdad Animal México

La transformación de nuestras sociedades, hacia un modelo más compasivo y respetuoso con los animales, no puede depender únicamente de cambios individuales. Si bien cada elección personal tiene un impacto, es esencial que impulsemos cambios estructurales y culturales que nos lleven a un verdadero cambio colectivo. Desde Igualdad Animal, entendemos que el camino hacia una sociedad que valore y proteja a los animales no es un sendero que se recorre en solitario; es un esfuerzo colectivo que necesita tanto la participación ciudadana como el apoyo institucional.

Es precisamente por esto que, a través de nuestro programa Love Veg, hemos lanzado una colaboración con la Dirección de Desarrollo Comunitario y Espacio Público para los Cuidados “Las Colmenas” en Guadalajara. Este proyecto, que busca educar a las comunidades en la adopción de una alimentación basada en plantas, se convierte en un ejemplo de cómo, trabajando en conjunto con las instituciones, podemos sembrar las semillas de una transformación cultural a largo plazo.

Cuando hablamos de transformación cultural, no nos referimos únicamente a modificar hábitos alimenticios, sino a un cambio profundo en la forma en que entendemos nuestra relación con los animales y el planeta. Un verdadero cambio cultural implica reconfigurar las normas, valores y creencias que sostienen nuestra sociedad. Para lograrlo, es fundamental que las políticas públicas desempeñen un papel central, ya que son estas las que pueden crear las condiciones necesarias para que ese cambio sea accesible, equitativo y sostenible a lo largo del tiempo.

En nuestros talleres en Las Colmenas, no solo enseñamos recetas o explicamos los beneficios de una alimentación basada en plantas, también promovemos una nueva manera de relacionarnos con el entorno, basada en el respeto y la empatía hacia los animales. A través de esta iniciativa, buscamos que las personas comprendan el impacto que tiene su alimentación no solo en su salud, sino en la vida de miles de animales y en la estabilidad ecológica del planeta. Al empoderar a las comunidades con conocimiento, estamos abriendo la puerta a una nueva forma de pensar y actuar colectivamente.

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Indicadores culturales para medir el cambio

Uno de los grandes retos de trabajar por los derechos de los animales y la sostenibilidad es medir el impacto cultural de nuestras acciones. ¿Cómo podemos saber si realmente estamos generando una transformación en las creencias y actitudes de la sociedad? En Igualdad Animal, hemos desarrollado indicadores que nos permiten evaluar este cambio cultural a través de diferentes métricas. Desde el número de personas que adoptan una alimentación basada en plantas, hasta el aumento de debates en medios de comunicación sobre la protección animal, estos indicadores nos ofrecen una visión más clara del progreso que estamos logrando en términos culturales.

Por ejemplo, uno de nuestros indicadores es el crecimiento de la suscripción a Love Veg. En 2024, 152 mil personas se unieron a este programa, lo que refleja un aumento significativo en el interés por alternativas alimenticias que no implican el sufrimiento animal. Pero más allá de los números, lo que realmente nos indica un cambio cultural es ver cómo estas personas comparten su experiencia, influyen en su entorno y, poco a poco, transforman el discurso en sus familias, en sus comunidades y, eventualmente, en la sociedad en general.

Otro indicador clave es la adopción de políticas públicas que promuevan estos cambios. La colaboración con instituciones como el DIF Jalisco es un claro ejemplo de cómo, trabajando juntos, podemos establecer mecanismos que incentiven una transición hacia una cultura más consciente y compasiva. El hecho de que estos talleres se lleven a cabo en centros comunitarios como Las Colmenas es un reflejo de que los cambios que proponemos no son exclusivos de ciertos sectores, sino que tienen el potencial de impactar a toda la sociedad, desde la base.

Participación de todos

El cambio cultural no es una tarea fácil ni rápida. No es algo que se logre con una campaña o un proyecto aislado. Es el resultado de años de trabajo, de esfuerzos conjuntos, y sobre todo, de la creación de un tejido social que comprenda la necesidad de transformar nuestra relación con los animales y el planeta. En Igualdad Animal, somos conscientes de que este cambio no lo podemos hacer solos. Necesitamos la participación activa de la sociedad civil, de las instituciones públicas y privadas, de los medios de comunicación y de cada uno de los individuos que comparten nuestra visión de un mundo más justo para todos los seres que lo habitan.

Trabajar en lo colectivo nos permite amplificar nuestros esfuerzos y alcanzar logros que, de manera individual, serían imposibles. Cuando unimos fuerzas, logramos que las conversaciones sobre la protección animal y la sostenibilidad no sean solo temas de nicho, sino parte del debate público. Así es como las ideas que en algún momento parecían radicales —como la adopción masiva de una alimentación basada en plantas— comienzan a integrarse en la vida cotidiana de las personas.

La clave está en entender que no basta con que unos pocos cambien sus hábitos. Necesitamos construir una cultura en la que la compasión y el respeto por los animales sean valores compartidos por todos. Solo a través del trabajo colectivo podemos alcanzar esa meta. Y es precisamente esta visión la que nos impulsa a seguir colaborando con instituciones como Las Colmenas, que nos permiten llegar a más personas y fortalecer el movimiento por los derechos de los animales desde la raíz.

El desafío es grande, pero no imposible. Sabemos que para cambiar la cultura hacia una más compasiva necesitamos tiempo, esfuerzo y, sobre todo, la voluntad de trabajar juntos.

Desde Igualdad Animal, seguiremos impulsando proyectos que promuevan una alimentación que respete la vida de los animales, que eduquen a las nuevas generaciones y que influyan en las políticas públicas, para que cada vez más personas puedan ser parte de este movimiento por la justicia alimentaria.

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