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El "genio" arancelario

CLOSE UP ¬ ¿Quién convenció a Trump de frenar el comercio? Conoce a Peter Navarro

15/03/2025 - 9:00 pm
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Peter Navarro fue asesor comercial y también asumió otras responsabilidades durante la primera administración de Donald Trump. Hoy está convertido en el consejero principal en materia de comercio y fabricación del Presidente estadounidense. Tal es la confianza que tiene el magnate en él que lo ha llamado como su “hombre duro en China”. La prensa incluso señala que se refiere a él como “Mi Peter”.

Ciudad de México, 15 de marzo (SinEmbargo)-. Los aranceles de Donald Trump tienen un responsable. Un hombre que sobrevivió a su primer mandato, que respaldó la teoría conspirativa de que al magnate republicano le robaron la elección de 2020 y por lo mismo desacató un mandato judicial que lo llevó a pasar un tiempo en prisión. Un sujeto que ha vuelto a repetir en la administración Trump, aunque ahora con el control que careció durante el primer Gobierno: se trata de Peter Navarro, un ex profesor estadounidense, artífice de la guerra arancelaria trumpista.

La semana pasada, una vez que México logró una pausa de otro mes en la implementación de los aranceles del 25 por ciento a todos los productos del país, Peter Navarro, hoy convertido en el consejero principal en materia de comercio y fabricación de Trump, dijo a la prensa que los aranceles tenían por objeto detener las muertes causadas por el fentanilo.

“Lo que Estados Unidos necesita ahora es un compromiso solemne de China, Canadá y México para dejar de matar estadounidenses y tomar medidas que detengan inmediatamente la matanza causada por el fentanilo”, sostuvo.

Ciertamente esa ha sido su postura en las últimas semanas. En febrero, cuando la prensa le cuestionó por el primer plazo alcanzado por México y Canadá, Peter Navarro declaró: “Esta no es solo una guerra contra las drogas, es una guerra terrorista y una guerra de invasión fronteriza”.

Un demócrata frustrado convertido en trumpista

Hubo un tiempo en que el trumpista Peter Navarro fue un demócrata convencido que criticaba a los republicanos. En una de sus memorias de 1998, reseñadas por la revista Time, decía que el Partido Republicano estaba esclavizado por “bufones, sociópatas y fanáticos”, cuyas políticas económicas consistían en “planes fiscales para enriquecer aún más a los ricos”, y no se podía confiar en que sus líderes “hicieran otra cosa que destruir el medio ambiente bajo la falsa bandera del progreso económico”.

Por ese entonces Navarro se asumía como un economista liberal que admiraba a Hillary Clinton, defendía la imposición de impuestos a los ricos y se había postulado a un cargo como demócrata cuatro veces, en las cuales fracasó rotundamente.

Este hombre nacido en Massachusetts, que creció en Florida y Maryland, y que fue criado por su madre, una secretaria, después de que se divorciara de su padre, un músico, pasó sus primeros años de vida como un joven de clase trabajadora que tuvo varios empleos y dormía en un sofá en un apartamento de una habitación. Obtuvo una beca académica para la Universidad Tufts y luego pasó tres años en Tailandia con el Cuerpo de Paz.

Navarro, dice Time, encontró su vocación en la política económica. Él es, de hecho, es un economista formado en Harvard. Aunque curiosamente en su primer libro, The Policy Game, cuestionaba el proteccionismo, diciendo que los aranceles dañaban a los consumidores, amenazaban la estabilidad global y podían conducir a una guerra comercial que causaría una “espiral descendente imparable de toda la economía mundial”.

Eso cambió. De alguna manera la espiral en la que cayó dio inicio cuando en 1996 habló en la convención demócrata y contendió por un lugar en la Cámara de Representantes y perdió por 11 puntos. “La campaña lo dejó arruinado y amargado: su esposa, incómoda con la vida pública, se había divorciado de él y estaba muy endeudado. Mirando a su alrededor, vio a muchas personas responsables de su derrota, desde Bill Clinton hasta los medios locales, pasando por los sucios trucos de campaña y los “votantes mal informados que, en última instancia, determinan las elecciones”, reseña el Times. Aún así apoyó a Clinton en 2008, hasta su postura sobre el comerció cambió.

Fue cuando China se unió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, que notó que sus estudiantes estaban perdiendo sus empleos a pesar de sus excelentes calificaciones. Fue así que escribió una serie de libros contra china como The Coming China Wars, en 2006, Death by China, en 2011 y Crouching Tiger, en 2015. El segundo de estos títulos de hecho fue el que atrajo la atención de Trump. Lo mismo sucedió cuando Navarro escuchó a Trump con su discurso frente a China. De esta manera, Navarro se unió a la campaña de Trump como asesor económico en 2016.

Fernando De Mateo Venturini, Profesor e Investigador Asociado del Colmex y Co-Coordinador del Diplomado en Negociaciones Comerciales Internacionales y  exembajador ante la OMC, compartió en entrevista con SinEmbargo cómo Navarro es de los pocos economistas que considera que el comercio en mercancías determina la salud económica de un país.

“Es un economista, es un economista que estudió en Harvard. Él se hizo muy famoso por un libro sobre China contra China, diciendo que China era un peligro, de hecho hizo también una película sobre el peligro chino, no recuerdo el nombre de la película. Es alguien que en términos de comercio ha escrito sobre muchísimas cosas, incluso es una persona que ha escrito sobre cambio climático, sobre el medio ambiente, es alguien que ha cambiado de partido múltiples veces en demócrata a republicano".

De Mateo señaló que Navarro es uno de los pocos economistas que considera que el déficit comercial en mercancías no toma en cuenta los servicios, sino que es un elemento que determina la salud económica de un país.

"El señor Navarro es una de las personas, de los pocos economistas que considera que el comercio en mercancías, el déficit comercial en mercancías no toma en cuenta los servicios, no toma en cuenta los ingresos por propiedad intelectual, no toma en cuenta las remisión por inversión, sino simplemente el déficit en mercancías es un elemento que determina la salud económica de un país. La realidad es con un déficit comercial y de hecho esto incluye un déficit en bienes y servicios, es el resultado de un déficit entre el ahorro y la inversión, el ahorro y la inversión privados y públicos”.

Trazar las apuestas de Trump asumiendo que nacen de la racionalidad y mueren en éxito puede resultar con frecuencia un supuesto heroico.
Donald Trump, Presidente de Estados Unidos. Foto: X @WhiteHouse

Un sobreviviente del grupo Wall Street

En la primera administración Trump Navarro fue asesor comercial y también asumió otras responsabilidades que incluyeron esfuerzos para acabar con los productos falsificados que se venden en línea y agilizar la distribución de equipos de salud durante la pandemia. “En una administración que se destacó por su rotación, Navarro demostró ser un superviviente y uno de los asesores más leales de Trump”, apuntó hace unas semanas The New York Times.

Lo cierto es que en este primer Gobierno de Trump fue el llamado grupo Wall Street el que lo alejó de la oficina oval e impidió que tuviera relevancia en la toma de decisiones comerciales. Este grupo que se le impuso estuvo compuesto por: Gary Cohn, asesor económico de Trump, Reince Priebus, su jefe de gabinete; Rob Porter, su secretario personal, y Steven Mnuchin, su Secretario del Tesoro.

No obstante, eso no sacó a Navarro de la jugada. De hecho, mucho se ha escrito sobre la confianza y el respeto que le tiene Donald Trump. En ese sentido, el periodista Bob Woodward relató en su libro Miedo cómo en la campaña de 2016 Trump amagó con medidas proteccionistas con la mira en China y a aliados como México y Canadá.

“Casi ningún economista estaba de acuerdo con Trump, pero encontró a uno que odiaba el libre comercio tanto como él. Le dio un puesto en la Casa Blanca como director de Comercio y Política Industrial y como director del Consejo Nacional de Comercio. Peter Navarro tenía sesenta y siete años y era licenciado en economía. —Este es el punto de vista del presidente —aseguró Navarro públicamente—. Mi función como economista es la de intentar confirmar con datos y hechos lo que nuestro presidente ya intuye. Y su intuición nunca falla en este tipo de temas”, relata Bob Woodward en este texto de Trump en la Casa Blanca.

Muchos de las ideas de Navarro, de hecho, aún continúan haciendo eco al interior de Trump. Una muestra de ello es lo que relató Woodward en este trabajo:

“El principal argumento de Navarro era que el déficit comercial de Estados Unidos era consecuencia de los altos impuestos que imponían países como China, de la manipulación del dinero, del robo de la propiedad intelectual, de la explotación laboral y de las negligencias del control ambiental en el trabajo.”

“El Tratado de Libre Comercio de América del Norte [NAFTA, por sus siglas en inglés] había dejado sin sustento al sector industrial estadounidense, tal y como Trump predijo, según Navarro. México se había convertido en el centro neurálgico de la industria y estaba dejando sin empleo a los ciudadanos estadounidenses. Estaban echando a los obreros de las siderurgias, y el precio del acero estaba bajando. Trump tenía que subir los impuestos del acero importado.”

La respuesta de Trump frente a todo esto fue asentir y pedir acciones que han perdurado en el tiempo, aún hoy con la firma del T-MEC en el que el propio Navarro fue un actor clave.

Fernando De Mateo Venturini, profesor e Investigador Asociado del Colmex, expuso cómo Trump desde los años 80 es alguien que dice que el déficit comercial es un insulto a los los Estados Unidos, que la que los demás países se están aprovechando de los Estados Unidos.

"Desde luego Trump es una persona que está predispuesta a esto, desde los años 80 es alguien que dice que el déficit comercial es un insulto a los los Estados Unidos, que los demás países se están aprovechando de los Estados Unidos y que se están aprovechando porque Estados Unidos ha dado mayores concesiones que las que ha recibido, lo cual es una mentira".

Y ahondó: "Estados Unidos, conforme ha pasado el tiempo en su desarrollo económico, se ha convertido en una gran economía de servicios. Entonces, un ejemplo adicional, Estados Unidos produce muy pocos chips, muy pocos microprocesadores. ¿Por qué produce pocos microprocesadores? Porque Estados Unidos es el gran diseñador de los microprocesadores. No produce microprocesadores, hace el diseño de los microprocesadores que luego se manufacturan en Taiwán. Entonces, es una falta de conocimiento de las cadenas de valor”.

Trump lanza guerra arancelaria.
Empresas de EU prevén alza de precios por aranceles a productos de México. Foto: X @WhiteHouse

Un asesor anti China y padre de los aranceles

Trump lo ha llamado como su “hombre duro en China”. La prensa incluso señala que se refiere a él como “Mi Peter”. En 2011, de hecho, antes de ser Presidente, fue cuando Trump incluyó a Death by China, de Peter Navarro, como uno de sus libros favoritos, en el cual argumentó que Pekín violó las reglas comerciales globales al usar subsidios ilegales a las exportaciones y manipular su moneda.

Durante la primera vez que Trump estuvo en la Oficina Oval, Navarro hizo campaña internamente por la imposición de aranceles elevados a las importaciones chinas. "Es un tipo que básicamente ve una amenaza existencial para Estados Unidos económica, militar y geopolíticamente en China", dijo una persona que lo ha observado durante décadas al Financial Times. “Está súper concentrado en eso”.

The New York Times apunta a su vez que al elegir a Scott Bessent como secretario del Tesoro y a Howard Lutnick como secretario de Comercio, Trump puso los principales puestos económicos de su administración en manos de multimillonarios que provienen de Wall Street, mientras que la incorporación de Navarro a su equipo económico garantizará que las promesas populistas de Trump tengan voz en su Casa Blanca.

Antes de las elecciones, Navarro dijo que esperaba que hubiera una influencia mínima de los veteranos de Wall Street en el equipo económico de Trump y argumentó que Trump debería promulgar rápidamente aranceles a China y otros países en lugar de usarlos como excusa para negociar. Eso mismo es lo que ha sucedido.

Para muchos, después de haber sobrevivido al grupo Wall Street en la primera administración Trump ha dado fortaleza a Navarro en este segundo periodo. “Mientras que en la última administración Navarro se vio a menudo paralizado por asesores de Trump más partidarios del libre mercado, como el secretario del Tesoro Steven Mnuchin o el director del Consejo Económico Nacional Gary Cohn, enfrenta mucha menos oposición en Trump 2.0”, escribió Aime Williams en The Financial Times.

A ello, se suma un episodio clave que ha demostrado la fidelidad de Navarro hacia Trump. Después de que Trump perdiera las elecciones de 2020, Navarro fue del puñado de colaboradores que denunció una interferencia electoral y se convirtió en un feroz defensor de que las elecciones estaban “amañadas”, y al igual que Trump lo hizo sin presentar pruebas.

The New York Times indica que junto con Stephen K. Bannon, asesor de Trump desde hace mucho tiempo, Navarro ideó el plan conocido como Green Bay Sweep para tratar de retrasar la certificación de las elecciones persuadiendo a los legisladores republicanos para que impugnaran repetidamente los resultados en varios estados clave y presionando al ex vicepresidente Mike Pence para que desacreditara el resultado.

Nada de eso pasó.

Por el contrario, el comité de la Cámara de Representantes que investigó el Asalto al Capitolio solicitó documentos y testimonios a Navarro sobre sus esfuerzos por anular las elecciones. Él se negó a presentarlos citando “privilegio ejecutivo”, por lo que en enero de 2024 fue sentenciado a cuatro meses de prisión por obstruir al Congreso.

El momento clave que muestra el impacto que tiene Navarro entre los seguidores de Trump ocurrió hace más de siete meses cuando el actual asesor de Trump dejó una prisión federal en Miami justo a tiempo para volar a Milwaukee y pronunciar un encendido discurso en la Convención Nacional Republicana, en el que aseguró que los demócratas lo habían encarcelado por negarse a traicionar.

"Esta noche estoy aquí con ustedes en esta hermosa ciudad de Milwaukee y tengo un mensaje muy simple para ustedes. Si ellos vinieron por mí, si ellos fueron por Donald Trump cuidado, ellos irán por ustedes. Si nosotros no controlamos nuestro Gobierno, su Gobierno nos controlara a nosotros. Si nosotros no controlamos las tres ramas de nuestro Gobierno: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Su Gobierno pondra a alguien como yo o como Steve Bannnon en prisión y controlará al resto de nosotros. Así como pasó, así es como acabé en prisión. El Poder Legislativo vino por mí primero, su demócrata favorita Nancy Pelosi creo su comité favorito del 6 de enero, que me exigió que violara el privilegio ejecutivo. ¿Qué hice yo? Me negué. El comité del 6 de enero me ordenó traicionar Donal J Trump para salvar mi pellejo y yo me negué".

No solo fue eso. Un día antes de dejar la prisión, Navarro publico un libro en el que elogiaba el movimiento MAGA (Make America Great Again) de Donald Trump y afirma enumerar errores y omisiones que llevaron a su sentencia de cuatro meses por desacato criminal al Congreso.

En The New Maga Deal Navarro intenta “articular claramente lo que representa Maga”, en sus palabras un “triángulo de hierro del nacionalismo económico populista” que busca “solo la paz, la prosperidad y la seguridad nacional”, reseña The Guardian.

Una “paz, prosperidad y seguridad nacional” que ha sacado lo peor de él, de Donald Trump y del Imperialismo estadounidense.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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