Una aerolínea de bajo costo denunció a una pareja por no pagar una Coca, unas papas y un agua durante el vuelo. Aunque ofrecieron saldar la cuenta al aterrizar la tripulación pidió apoyo policial.
Ciudad de México, 17 de abril (SinEmbargo).- ¿Cómo fue que una pareja terminó casi en la cárcel porque la aerolínea no pudo cobrar unas papas, un agua y un refresco durante el vuelo?
Ann-Marie Murray, una mujer británica de 55 años, regresaba a Inglaterra desde la isla española de Tenerife, junto con su esposo. Viajaban por la aerolínea de bajo costo Ryanair hacia Bristol, el final de unas vacaciones de cumpleaños. Todo iba bien hasta que les vino el antojo de unas papas, una Coca y un agüita. Por eso la cuenta fue de nueve dólares, unos 180 pesos mexicanos. Ah, porque en las alturas suben los precios.
Al intentar pagar con tarjeta, el sistema a bordo se negó a cooperar y la tarjeta simplemente no pasaba. Ann-Marie y su esposo no llevaban efectivo, así que el señor propuso pagar al aterrizar, pero el personal se negó. Págueme ahora, casi, casi le dijeron.
Lo que siguió fue una escalada absurda: les quitaron el pase de abordar y les advirtieron que al aterrizar, la policía los esperaría en Bristol. El matrimonio pensó incluso que era una broma, o una exageración (y es que sí lo era).
A British couple were kicked off a Ryanair flight and met by police over a failed $9 in-flight snack payment - all for a Coke, a bottle of water and some Pringles.
Ann-Marie Murray, 55, and her partner were flying from Tenerife to Bristol on March 28 when their Barclays card… pic.twitter.com/H57ikqPC67— T_CAS videos (@tecas2000) April 7, 2025
Pero al aterrizar, tres agentes subieron al avión y le pidieron a la pareja que los acompañara. Ann-Marie insistía en que había intentado resolver el problema, pero Ryanair seguía insistiendo en que era casi el robo del siglo.
En un comunicado, la aerolínea afirmó que la pareja se había negado a pagar y había mostrado un comportamiento “disruptivo” hacia la tripulación. Una acusación que Ann-Marie niega rotundamente. Otros personas incluso confirmaron que el sistema de pago con tarjeta había fallado en vuelos anteriores, lo que sembraba dudas sobre la versión oficial.
Ann-Marie fue escoltada por la policía hasta un cajero automático para sacar el efectivo y saldar su deuda. Los agentes, según ella, se mostraron comprensivos e incluso encontraron el incidente ridículo. No hubo cargos, pero Ryanair les prohibió volar con ellos en el futuro. Y no creo que la pareja quiera volver a hacerlo.
Más allá de la anécdota, el caso de Ann-Marie pone de manifiesto la intransigencia de algunas aerolíneas que supuestamente son de bajo costo, pero que ante los cobros que te hacen, terminan resultando casi en lo mismo.