La discriminación es una cuestión social y estructural que vulnera la dignidad y limita el goce de los derechos humanos, además genera que se profundicen desventajas y, por lo tanto, propicia desigualdad de oportunidades entre las personas. Es, además, uno de los peores y más arraigadas prácticas de la sociedad mexicana.
Ciudad de México, 18 de abril (SinEmbargo).- La discriminación es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o rechazo a las personas por sus características o pertenencia a un grupo social determinado, basado en ciertos estereotipos, prejuicios, estigmas y valores culturales de acuerdo con lo que una sociedad o grupo considera características “no aceptables”. En México quienes padecen más esa discriminación son los jóvenes, las personas en situación de calle, los pobres, las trabajadoras del hogar remuneradas, las personas mayores, las personas no nacidas en el país, por diversidad sexual y de género, por ser afrodescendientes, así como las personas indígenas.
Aunque también es marcada la discriminación con respecto a las prácticas religiosas de algunas iglesias, concluye el estudio denominado “Mujeres y Hombres en México 2024”, edición 2025, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Por estas razones, la discriminación es una cuestión social y estructural que vulnera la dignidad y limita el goce de los derechos humanos, además genera que se profundicen desventajas y, por lo tanto, propicia desigualdad de oportunidades entre las personas. Los efectos de la discriminación en la vida de las personas tienen que ver con la pérdida de derechos y la desigualdad para acceder a ellos. Esto puede llevar al aislamiento, a vivir violencia e incluso, en casos extremos, a perder la vida.
Prejuicios y estereotipos
Los prejuicios, estereotipos y estigmas sociales son barreras invisibles que afectan las relaciones humanas y la igualdad de oportunidades. A menudo, estas ideas preconcebidas llevan a la discriminación y la exclusión de ciertos grupos de la sociedad. Es importante reconocer y cuestionar estos prejuicios para fomentar un entorno más inclusivo y equitativo para todos.
La Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022 (ENADIS) revela, por ejemplo, que el prejuicio hacia los jóvenes en México es evidente, ya que la mitad de la población mayor de 18 años está de acuerdo con la idea de que la mayoría de los jóvenes son irresponsables. Esta percepción es ligeramente más alta entre los hombres, con el 52.1 por ciento, que entre las mujeres con el 48.2 por ciento.
Prejuicios de género
Los prejuicios de género siguen siendo una realidad en nuestra sociedad, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Un porcentaje significativo de mujeres y hombres todavía creen que las tareas del hogar deben ser responsabilidad principalmente de las mujeres, y que algunas mujeres son responsables de ser violadas debido a su comportamiento.
Así, 15.8 por ciento de las mujeres y 18.0 por ciento de los hombres están de acuerdo con la afirmación “Las mujeres deben de ayudar en los trabajos del hogar más que los hombres”. El 9.2 por ciento de las mujeres y 13.1 por ciento de los hombres estuvieron de acuerdo con la frase “Algunas mujeres que son violadas es porque provocan a los hombres”, lo cual refleja una posición que justifica a los violadores y pone la responsabilidad de la violación en las mujeres.
La discriminación, que se deriva de los prejuicios, a menudo no es consciente ni directa. Según la ENADIS 2022, el 92.7 por ciento de las mujeres mexicanas de 18 años y más considera inaceptable burlarse de alguien en la calle por su tono de piel.
También es destacable que el 94.1 por ciento de las mujeres estime que no se debe permitir que un hombre le pegue a su mujer, en tanto que el 73.2 por ciento considera que no se le debe pegar a un niño para que obedezca.
Entre los varones el 90 por ciento considera injustificable que un hombre le pegue a una mujer y el 73 por ciento estima que no es aceptable que se le pegue a un niño para que obedezca. Otra variable establece que entre los hombres, el 76.4 por ciento no considera justificable que se le niegue el empleo a una persona adulta mayor.
Rechazo a grupos sociales
El rechazo hacia ciertos grupos de población es evidente en la sociedad, ya que un porcentaje considerable de personas no estarían dispuestas a alquilar una habitación de su casa a personas extranjeras: el 36.7 por ciento de las mujeres mayores de 18 años y el 33.9 de los hombres. En promedio, la misma proporción de rechazo se mantiene cuando se trata de personas jóvenes, que viven con SIDA o VIH, refugiados o migrantes, personas trans y personas gais o lesbianas. Es decir, 3 de cada 10 personas no estarían dispuestas a alquilar una habitación a una persona de estos grupos.
La población de 18 años y más, con nivel de escolaridad por encima de la educación básica completa sí estaría de acuerdo en que las parejas del mismo sexo pudieran contraer matrimonio civil. También las personas con un grado de escolaridad por encima de la educación básica estarían de acuerdo en que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niñas o niños.
¿Dónde se discrimina más?
Yucatán, Puebla, Querétaro, Ciudad de México y Oaxaca son las entidades del país con más altos porcentajes de discriminación, por encima del promedio del 24.5 por ciento entre las mujeres y el 22.8 por ciento de los hombres. Otros estados que están por encima de la media nacional en sus tasas de discriminación son Tabasco, Estado de México, San Luis Potosí y Jalisco.
En el otro extremo, los estados con los porcentajes más bajo de discrimunación son Sinaloa, Nayarit, Chiapas, Campeche y Tamaulipas.
¿Cuáles son las principales razones por las cuales la gente percibe que es discriminada? En primer lugar, por razones de diversidad sexual y de género; en segundo lugar por ser afrodescendiente y en tercer lugar por padecer alguna discapacidad.