La mañana de este 21 de abril, el Vaticano anunció la muerte del Papa Francisco, hecho que también marca el inicio del proceso para la elección del próximo representante de la Iglesia Católica.
Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo).- Tras el fallecimiento del Papa Francisco también comienza el proceso para la elección del próximo pontífice, un procedimiento que está lleno de ritos y hermetismo entre las autoridades de la Iglesia católica, quienes en no más de 20 días, deben convocar al cónclave, un espacio de reflexión para elegir a quien será el nuevo representante de esta institución.
La mañana de este 21 de abril, el Vaticano anunció la muerte del pontífice. A través de un comunicado, detalló que Jorge Mario Bergoglio, su nombre de nacimiento, falleció a las 7:35 horas de este lunes. La Santa Sede hizo pública la noticia a las 9:52, hora local, en la ahondó que fue el cardenal Farrell, quien confirmó “con tristeza” la muerte del Papa Francisco. En Roma sonaron las campanas de luto en todas las iglesias.
“Hace poco, su eminencia, el cardenal Farrell, ha anunciado con tristeza la muerte del Papa Francisco, con estas palabras: ‘Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre”, se indicó en el comunicado.
“Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”, agregó.
El fallecimiento del Papa Francisco también marca el inicio del proceso para la elección de un nuevo pontífice. A esta primera etapa se le denomina Sede Vacante, en la que el colegio de los cardenales estará a cargo del Gobierno de Iglesia católica, el cual sólo podrán resolver asuntos ordinarios ya que no tendrán autoridad para decidir sobre temas que sólo corresponden al Papa, explica la ACI Prensa, una agencia católica de noticias.
El siguiente paso es una reunión en cónclave, a la que deben asistir los cardenales con derecho a voto, quienes tengan menos de 80 años, la cual será convocada por el decano del Sacro Colegio Cardenalicio, en este caso el cardenal Giovanni Battista Re, y que se deberá celebrar a los 15 días de que el cargo papal quede vacante, aunque puede superar este periodo sin que rebasen los 20 días de la muerte del Papa Francisco.
El cónclave será un espacio de reflexión en el que los cardenales elegirán de manera secreta e individual al próximo Papa, durante el cual sólo podrán hablar con quienes integren la reunión, la cual inicia desde la mañana con una misa votiva en la Basílica de San Pedro. La votación se lleva a cabo por tarde, en la Capilla Sixtina, a la que antecede un solemne juramento por parte de los involucrados.
"El Cónclave para la elección del Sumo Pontífice se desarrollará dentro del territorio de la Ciudad del Vaticano, en lugares y edificios determinados, cerrados a los extraños, de modo que se garantice una conveniente acomodación y permanencia de los Cardenales electores y de quienes, por título legítimo, están llamados a colaborar al normal desarrollo de la elección misma", señala el artículo 41 de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
Los cardenales tienen prohibido abandonar el cónclave, asimismo su voto es estrictamente secreto. No obstante, el conteo de los votos se realiza de manera abierta, para validar la elección y comprobar que el Papa electo cuente con dos tercios de los votos. Pero en caso de que no se logre el número de sufragios requeridos, la votación deberá repetirse ese mismo día, una vez más.
Si es el caso, de que no se haya elegido al nuevo Papa, se establecerán cuatro votaciones más por día, dos por la mañana y dos por la noche, en los días dos y tres del cónclave. Mientras que el cuarto día servirá para que los cardenales votantes debatan respecto a esta elección, oren y descansen. De ser necesario, la votación podrá seguir por otras siete rondas.
Sin embargo, si se llega a 24 escrutinios sin que haya un nuevo pontífice electo, los cardenales votantes deberán elegir, por mayoría absoluta, la forma de proceder, sin descartar, como requisito, la mayoría simple, necesaria para validar la elección. Tras cada elección se deben quemar las papeletas con los votos.
Este ritual de quemar las boletas tiene el propósito de hacer del conocimiento de los fieles católicos que acuden a la plaza San Pedro si se eligió o no al nuevo Papa, ya que durante su incineración, las papeletas desprenden un humo, si es de color negro quiere decir que no se ha elegido al nuevo pontífice, pero si la fumarta es blanca, significa que la Iglesia Católica tiene a un nuevo representante.
Tras la elección, se procede a preguntarle a elegido si acepta el cargo de Sumo Pontífice, quien en la mayoría de los casos es un Obispo, y si acepta tal elección, desde ese momento adquiere la suprema potestad sobre la Iglesia universal. Pero si el elegido no es Obispo, ya que no es un requisito que ostente este rango eclesistico, se realiza su ordenación episcopal de inmediato.
Luego de aceptar el cargo, el nuevo Papa deberá elegir el nombre por el que desde ese momento se le conocerá. En tanto, el resto de los cardenales le rinden un homenaje y le prestan obediencia. Por su parte, Cardenal Protodiácono será el encargado de acudir al balcón de la Basílica Vaticana para anunciar al nuevo Papa.
Este anuncio se hará con la icónica frase: "Nuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam", tras lo cual el nuevo Pontífice impartirá la bendición. "El Pontífice, después de la solemne ceremonia de inauguración del pontificado y dentro de un tiempo conveniente, tomará posesión de la Patriarcal Archibasílica Lateranense, según el rito establecido", señala el artículo 92 de la constitución católica citada por ACI Prensa.