Patricia Iparrea, Secretaria de Educación de Tabasco, fue criticada luego de llamar a la población a tener bebés en lugar de "perrhijos", ante una disminución en la matrícula escolar que se ha registrado en la entidad durante la última década.
Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo).- Los "perrhijos" están causando una crisis en el sector educativo, están desapareciendo plazas de docentes y cerrando escuelas. Los gobiernos, los hospitales, y claro, las fábricas peligran. Si quieres evitar esta catástrofe, ten hijos e hijas.
Patricia Iparrea, Secretaria de Educación de Tabasco, pidió a la juventud traer más criaturas a este bello mundo para solucionar los problemas por los que está pasando el estado, y el mundo, dice ella.
De acuerdo con lo que informó la funcionaria estatal en esa conferencia de prensa de hace unos días, en los últimos 10 años en Tabasco ha habido una disminución de casi 12 por ciento en la matrícula escolar de educación básica en escuelas públicas y privadas.
Según el Consejo Nacional de Población (Conapo) en 2025, nacerán en México más de dos millones 19 mil personas, lo cual considera que no es una cantidad significativa para mantener un buen ritmo de natalidad. La Conapo también dice que el decremento de la población menor de 11 años es visible. De representar el 19 por ciento de la población total en 2025, bajará a 17 por ciento en 2030.
La funcionaria asume que aumentar la natalidad es la solución para revertir la caída en la matrícula y dice: “Ey, dejen de criar lomitos y mejor críen bebés”. Pero aquí surge una pregunta: ¿por qué la juventud prefiere no tener hijos e hijas o retrasar la maternidad y paternidad? Las razones son múltiples y no precisamente es el baby shower.
Una de ellas muy importante es la económica: Criar cuesta como… ¿dos millones de pesos? Tener un "perrhijo"… bueno, también, pero por lo menos no te exige carrera universitaria ni te culpa de sus traumas.
La baja natalidad efectivamente reducirá la matrícula y eso puede ser un problema para quienes laboran en el sistema educativo. Sin embargo, ¿la solución es presionar a la juventud a reproducirse sólo para mantener la matrícula? ¿No debería el Gobierno enfocarse en mejorar las condiciones educativas, atraer más estudiantes con calidad y apoyo, y no sólo aumentar la cantidad de infantes?
Este tipo de reflexiones también omite el derecho a decidir. La función pública debe respetar la autonomía reproductiva, pues tener o no tener hijos es una decisión personal, no una estrategia de planeación escolar.
¿Y si en lugar de decir “ten hijos” mejoran las condiciones laborales para que la juventud tenga mejores expectativas de vida? O qué tal garantizar un sistema de cuidados para que pensar con quién dejan al chamaco mientras se van a trabajar no sea el obstáculo para no ejercer la maternidad o la paternidad.
Pero, siempre hay gente así… que lanza frases con más nostalgia que estrategia, más juicio que comprensión.
