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Las manos con sangre

CLOSE UP ¬ Próximo jefe de la DEA, odiador de AMLO y ligado a la matanza de Allende

21/05/2025 - 10:46 pm
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En febrero pasado, Donald Trump nominó a Terrance C. “Terry” Cole para dirigir la DEA. Se trata de un veterano de esta corporación que a diferencia de los pasados directores de la Agencia Antidrogas estadounidense nunca dirigió una de las 23 divisiones nacionales, que además suma cuestionamientos por su desempeño en las misiones que tuvo en Colombia y México.

Ciudad de México, 21 de mayo (SinEmbargo).– Terrance C. Cole, o Terry Cole como le llaman todos, es el elegido por Donald Trump para encabezar la Administración para el Control de Drogas, la DEA, pese a no tener la suficiente experiencia para encabezar esta agencia, como se han quejado exagentes en los últimos días al señalar que sería el único director que nunca ha dirigido ninguna de las 23 divisiones nacionales, pero particularmente por su actuar en dos matanzas en sus misiones en Colombia y México, la primera ocurrida en Bogotá en 2006 y la segunda en Allende, Coahuila, en 2011.

En febrero pasado, Trump nominó a Cole para dirigir esta Agencia Antidrogas destacándalo como "veterano" de la DEA "con experiencia en Colombia, Afganistán y Ciudad de México". Lo cierto es que dentro de la misma corporación estadounidense existen dudas sobre el papel que podría tener este personaje.

Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, expuso a SinEmbargo que en realidad se trata de un “títere” que colocó Donald Trump para poder imponer sus decisiones y no pasar lo que ocurrió en su primera administración en donde encontró resistencia a las medidas que tomaba en determinados temas.

“El perfil no lo miro como un perfil fuerte porque nunca supervisó a una división de la DEA, nunca, y aparte nunca llegó al servicio ejecutivo que yo creo que es muy necesario. Ahora mucha gente ha escrito una carta al Congreso, también han hecho entrevistas con CNN y con otros personajes de la prensa diciendo que él no es el adecuado para dirigir la DEA y luego también hablan de que él estuvo metido en una masacre que sucedió en Allende, donde los Zetas fueron en un alboroto de tres días quemando todo a ese pueblo, secuestraron y mataron aproximadamente 300 personas”, señaló Vigil.

Mike Vigil recordó que también hubo una situación en Colombia “donde mataron a varios elementos de la Policía Nacional, pero los exelementos de la DEA que escribieron la carta dicen que es curioso y que no es una coincidencia que él estuvo vinculado con esas dos situaciones en dos países”.

El exjefe de operaciones internacionales de la DEA mencionó cómo aunque Harrison Fields, portavoz de la Casa Blanca, sostenga que Cole es la persona adecuada para el cargo su trayectoria dice lo contrario. “Si no ha dirigido una división, cómo va a dirigir toda la agencia de la DEA. Dice Fields que si las personas que no apoyan a Terry Cole, que ellos no están de acuerdo de combatir las drogas, que es una mentira, se trata al contrario. Yo creo que el público quiere una persona que tenga bastante experiencia como supervisor y no como simplemente un jefe de grupo, la mayor parte de su carrera y también en México, pero eso eso es muy poco. Nunca ha desarrollado estrategias grandes para combatir el narcotráfico”.

En efecto, Harrison Fields, portavoz de la Casa Blanca, ha sostenido que Cole “es la elección perfecta para cumplir con el mandato del Presidente Trump de poner fin a la distribución de drogas en Estados Unidos”. E incluso afirmó que” quien diga lo contrario no prioriza el bienestar de los estadounidenses”.

De hecho, en días pasados más de una docena de exfuncionarios de la DEA hablaron con CNN para señalar cómo dentro de esta agencia existen dudas sobre el desempeño de Terry Cole particularmente porque dos incidentes letales en el extranjero: una operación fallida de un escuadrón de la policía colombiana, aprobado por Estados Unidos, que dejó 10 agentes locales muertos, y la brutal represalia de Los Zetas en Allende, Coahuila, a partir de una filtración de la DEA.

Tanto en Colombia como en México, según dijeron los exagentes de la DEA a CNN, figuras clave en esos casos trabajaron con un agente llamado Terrance Cole. La naturaleza exacta del papel de Cole en esos incidentes nunca se ha hecho pública, en parte porque la DEA se ha negado a publicar dos informes internos que, según exfuncionarios, se elaboraron tras el derramamiento de sangre en Colombia y México.

Por los mismo los exfuncionarios de la DEA enviaron en días pasados una carta sin firmar a los legisladores pidiéndoles que interroguen públicamente a Cole sobre sus acciones en esos casos y, en general, planteando inquietudes sobre su historial en la agencia. Aproximadamente una docena de exfuncionarios de la DEA contribuyeron, según el autor principal, de los cuales aproximadamente la mitad hablaron con CNN. La mayoría de los críticos que hablaron con CNN pasaron décadas en la DEA y alcanzaron puestos ejecutivos; varios trabajaron directamente con Cole, aunque ninguno conocía de primera mano sus acciones en Colombia o México.

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nominó ayer Terrance Cole para encabezar la DEA.
Donald Trump nominó a Terrance C. “Terry” Cole para dirigir la DEA. Foto: Especial

Terry Cole es además uno de los dos agentes de la DEA que son vistos como los autores de la lista de 35 servidores públicos actuales y de la anterior administración, a quienes vinculan con el narcotráfico, en venganza porque el entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó ponerle un freno a las operaciones ilimitadas de los estadounidenses en territorio mexicano.

Fue en diciembre de 2020, cuando el Congreso mexicano aprobó una reforma de la Ley de Seguridad Nacional que obliga desde entonces a los agentes de otros países a compartir su información con las autoridades mexicanas, les prohíbe arrestar a personas, les exige una autorización para llevar armas, establece que no tienen inmunidad judicial y amenaza con la expulsión de las agencias si quebrantan la Ley.

El detonante de esta iniciativa que envió el Presidente se dio a raíz de la detención en EU del General Salvador Cienfuegos a quien se investigó en territorio nacional sin que México hubiera sido notificado. El entonces Presidente López Obrador aseguró en ese entonces que la DEA le fabricó delitos al que fuera el Secretario de la Defensa del Gobierno anterior. Un año después, en 2021, el Gobierno federal disolvió hace un año la Unidad de Investigaciones Sensibles de la DEA porque sus integrantes tenían nexos con el narcotráfico.

El periodista Tim Golden, quien acusó a López Obrador de vínculos con el narco, sin más pruebas que testimonios de la DEA, ha planteado en dos artículos en Propublica la autoría de Cole en esta lista. En uno, describe cómo en 2019, cuando México puso reglas a la DEA, un pequeño grupo de agentes, entre ellos Terry Cole, recabaron información de bases de datos y expedientes judiciales y recopilaron expedientes sobre funcionarios mexicanos sospechosos de colusión con las mafias.

Posteriormente, en un segundo artículo Golden, un exreportero de The New York Times y otros medios estadounidenses, ahondó que Terrance Cole y Matthew Donahue fueron los dos exfuncionarios de la DEA en la Ciudad de México que supervisaron la compilación de la lista de 2019 y también propusieron que el Departamento de Estado cancelara las visas estadounidenses de algunas de las figuras políticas mexicanas mencionadas en ella. Altos diplomáticos estadounidenses rechazaron esa propuesta.

Exfuncionarios dijeron a Golden que Cole, quien llegó a la Ciudad de México a finales de 2018 como subdirector de la oficina regional de la DEA, propuso que si los agentes de la DEA no conseguían que los funcionarios mexicanos colaboraran con ellos para perseguir a los narcotraficantes, ¿qué tal si se perseguía a los funcionarios corruptos que protegían sus operaciones? Fue cuando un equipo de agentes de la DEA recopiló archivos de unos 35 posibles objetivos, desde comandantes policiales y militares hasta funcionarios del gabinete mexicano.

El discurso antimexicano

En una entrevista con el medio ultraconservador Breitbart, Cole aseguró en 2020, ya como exagente de la DEA, que “los cárteles mexicanos de la droga trabajan en estrecha colaboración con funcionarios corruptos del gobierno mexicano en los altos niveles”. No presentó pruebas.

En esa misma plática sostuvo que “las fuerzas del orden estadounidenses pasan por alto ubicaciones de laboratorios de metanfetamina, laboratorios de fentanilo, cargamentos de cocaína, grandes movimientos de dinero y ubicaciones de fugitivos que, con frecuencia, terminan en la nada”.

En una retórica similar a la de Trump, Cole sostuvo en ese entonces que el pueblo estadounidense ha gastado miles de millones de dólares de los contribuyentes en México para frenar el flujo de narcóticos a Estados Unidos y fortalecer la capacidad del gobierno para combatir a los cárteles. “Miles de millones gastados, ¿y qué han obtenido a cambio? Muy poco, en mi opinión. El gobierno mexicano, al más alto nivel, es cómplice y trabaja codo con codo con estos cárteles en todos los niveles de fabricación, transporte y distribución”.

Cole afirmó, sin pruebas, que en 2018, el Cártel de Sinaloa comenzó a contratar profesores de química de universidades de todo México. Esa misma información sería reproducida, años después, por The New York Times, en el marco de una campaña que buscó lugar a los gobiernos de izquierda con el narcotráfico.

“Está diciendo mentiras Terry Cole en decir que México es un Estado fallido, para nada. México siempre ha luchado y México siempre ha perdido cientos de elementos de las fuerzas de seguridad en el combate de drogas. Y aquí en los Estados Unidos están, por ejemplo, legalizando marihuana, pero empujan a los países para que hagan más y más. México permite que esté bajando la DEA, el FBI, Seguridad Nacional, alcohol, tabaco y armas de fuego por toda la República. ¿Qué crees que haría Donald Trump si Claudia Sheinbaum quisiera mandar a la Guardia Civil o abrir oficinas aquí en en los Estados Unidos?”, cuestionó Mike Vigil.

Lo cierto es que Terry Cole buscó un ascenso para dirigir la oficina de la DEA en la Ciudad de México y al no conseguirlo se jubiló en 2020 de la DEA. De ahí, saltó a la iniciativa privada. Dirigió la División de Matriz de Amenazas Financieras y la División de Soluciones Gubernamentales de Apeira Solutions, Inc. (Apeira), una empresa de software y servicios con sede en Dallas, Texas, que brinda procesamiento seguro de transacciones y soporte para el cumplimiento normativo al sector de servicios financieros.

Luego se convirtió en Secretario de Seguridad Pública de Virginia en 2023, de donde lo rescató Trump luego de que vio frustrado el intento de imponer frente a la DEA al Sheriff de Florida Chad Chroniste, un exdemócrata con escasa experiencia a nivel nacional e internacional, a quien los conservadores rechazaron.

En octubre de 2014, como funcionario de Virginia, Terry Cole declaró a la exrepresentante republicana estadounidense Mary Bono que “México ha sido un estado fallido durante años” y afirmó que el país “se convierte en un campo de entrenamiento terrorista similar al que vimos en Oriente Medio hace años”.

Mike Vigil indicó que Terry Cole dice mentiras al afirmar que México es un Estado fallido, a la par que sostuvo que Cole en realidad es un títere de Trump que llegó a la DEA solo por las coincidencias que tiene a nivel discurso en su narrativa en contra de los cárteles y lo mucho que EU destina en recursos.

El papel de Cole en dos masacres

Terry Cole suele cuestionar el desempeño de las autoridades de otros países, aunque no ha hablado de su responsabilidad en dos masacres. El pasado 29 de abril, CNN dio cuenta de cómo Cole fue omiso en dos operaciones que involucran a la DEA en una operación fallida de un escuadrón de la policía colombiana, aprobado por Estados Unidos, que dejó 10 agentes locales muertos, y en la masacre en Allende, Coahuila, luego de una filtración de la DEA.

Tanto en Colombia como en México, según dijeron a CNN más de una docena de exfuncionarios de la DEA, figuras clave en esos casos trabajaron con Terrance Cole. La naturaleza exacta del papel de Cole en esos incidentes nunca se ha hecho pública, en parte porque la DEA se ha negado a publicar dos informes internos que, según exfuncionarios, se elaboraron tras el derramamiento de sangre en Colombia y México.

Los exfuncionarios de la DEA enviaron una carta sin firmar a los legisladores pidiéndoles que interroguen públicamente a Cole sobre sus acciones en esos casos y, en general, planteando inquietudes sobre su historial en la agencia.

Aproximadamente una docena de exfuncionarios de la DEA contribuyeron, según el autor principal, de los cuales aproximadamente la mitad hablaron con CNN. La mayoría de los críticos que hablaron con CNN pasaron décadas en la DEA y alcanzaron puestos ejecutivos; varios trabajaron directamente con Cole, aunque ninguno conocía de primera mano sus acciones en Colombia o México.

El primero de los incidentes mortales en el extranjero mencionados en la carta ocurrió en 2006 en Bogotá, donde Cole estaba destinado como agente especial, según su currículum en línea. Un grupo de élite de 10 policías colombianos antinarcóticos, sometidos a pruebas de polígrafo por la DEA como parte de su proceso de investigación y que trabajaban directamente con Cole, según agentes que sirvieron con él, fueron asesinados a tiros por un pelotón de soldados colombianos que posteriormente fueron condenados por trabajar para narcotraficantes.

Mike Vigil, exdirector de operaciones internacionales de la agencia antidrogas estadounidense (DEA).

Cinco años después, Cole trabajaba en la oficina local de la DEA en Dallas, supervisando una investigación sobre el liderazgo del poderoso cártel de los Zetas en México, según agentes que trabajaron con Cole en ese momento y reportes de prensa.

Cole abandonó Colombia por un breve período en Afganistán antes de aceptar un trabajo en 2007 en la oficina de Dallas como supervisor de grupo, quien posteriormente supervisó una investigación sobre los cárteles de la droga mexicanos.

Dan Salter, exsupervisor de Cole en la oficina de Dallas, narró a CNN que un agente llamado Richard Martínez, quien según era subordinado directo de Cole, había recibido una pista reveladora de una fuente sobre el violento cártel de los Zetas: identificaciones rastreables de teléfonos BlackBerry pertenecientes a dos presuntos líderes del cártel, Omar y Miguel Treviño. Martínez, nombrado agente del año en 2011, entregó las identificaciones de los teléfonos celulares a sus superiores en Dallas.

Salter afirmó que, en general, cuando Martínez tenía información de inteligencia, Cole se coordinaba con él y otros oficiales superiores antes de transmitirla a la oficina de la DEA en la Ciudad de México y luego a sus homólogos extranjeros. Al final, Salter decidió compartir esa información con la oficina de la DEA en la Ciudad de México, según el funcionario de la Casa Blanca, quien afirmó haber "seguido el protocolo estándar".

Tanto Donahue como el funcionario de la Casa Blanca afirmaron que fue la unidad de la DEA en la Ciudad de México, no la de Cole en Dallas, la que autorizó la transmisión de la información a la policía federal mexicana. Poco después de compartir la información con las autoridades mexicanas, se desató el caos: los capos desataron un torrente de violencia en la ciudad de Allende, posiblemente en una frenética búsqueda de quienes colaboraban con la DEA. Agentes de los Zetas llegaron en 50 camiones y, en una masacre que duró semanas y se extendió a otras localidades, según informó ProPublica, aterrorizaron la región. Al finalizar, las autoridades estimaron que al menos 28 personas se daban por muertas o desaparecidas. Algunas estimaciones elevan la cifra a 300.

Ernest González, el fiscal federal adjunto que trabajó en el caso, declaró a ProPublica su disgusto por la decisión de la dirección de la DEA de pasar las cifras a México. "Fue una gran oportunidad", declaró a la publicación. "Pero se desperdició porque no se hizo correctamente".

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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