Las protestas en Los Ángeles tras las redadas del ICE no son un estallido espontáneo ni las únicas manifestaciones. Desde el Programa Bracero hasta el movimiento Justicia para los Janitors, la defensa de los derechos migrantes ha sido constante.
Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).- Las protestas que hoy sacuden Los Ángeles tras las redadas contra trabajadores y trabajadoras migrantes no son un estallido espontáneo. Son la más reciente expresión de una memoria colectiva que ha enfrentado, una y otra vez, el racismo, la explotación y la criminalización.
La presencia de activistas en las calles, la acción organizada de colectivos migrantes e incluso la indignación de una parte de la sociedad blanca estadounidense concientizada responden a una larga tradición de lucha, resistencia y organización.
Entender esa historia es clave para no ver estas protestas como un hecho aislado, sino como la continuación de huelgas, boicots y demandas por dignidad.
Por ejemplo: Trabajadores migrantes mexicanos que participaron en el Programa Bracero, que duró de 1942 a 1964 por un acuerdo entre México y Estados Unidos para laborar en el sector agrícola y ferroviario de aquel país, realizaron paros y otras protestas para exigir mejoras en sus salarios y condiciones de trabajo. Esto lo hicieron a lo largo de lo que duró el programa bracero y en distintos estados de ese país.
En 1962, Dolores Huerta y César Chávez, ambos hijos de migrantes mexicanos, fundaron la National Farm Workers Association (Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas), que luego se convirtió en la United Farm Workers (UFW), uno de los sindicatos de trabajadores del sector agrícola más grande de EU. En 1975, organizaron huelgas, boicots a los productos que cosechaban y marchas para exigir mejores salarios para los trabajadores agrícolas.
Now: Thousands marching through the streets of Indianapolis in solidarity with Los Angeles protests against ICE. pic.twitter.com/IH3dg16K7r
— BreakThrough News (@BTnewsroom) June 12, 2025
En 1985 trabajadores y trabajadoras de limpieza, en su mayoría inmigrantes y personas de color, con el apoyo del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU) crearon el movimiento Justicia para los Janitors (conserges). En diferentes estados de EU lanzaron campañas para exigir contratos, mejores salarios y contra el racismo que vivían.
Entre el 10 de abril y el 1 de mayo de 2006, más de 5 millones de personas se movilizaron en al menos 250 ciudades de Estados Unidos en respuesta a la Ley HR 4437, una iniciativa republicana que criminalizaba a inmigrantes sin papeles y a quienes les ayudaran.
El 1 de mayo fue el clímax de esas protestas con el llamado “Un Día Sin Inmigrantes” para mostrar el peso de su contribución en la economía y vida diaria de Estados Unidos. La iniciativa fue aprobada en la Cámara de Representantes, pero lograron que no pasara en el Senado. En esas protestas se exigió de manera más puntual una reforma migratoria.
Aunque menos documentados, en los últimos años las luchas han continuado. Migrantes de origen mexicano han protagonizado huelgas y se han organizado en sectores como la agricultura, la construcción, manufactura, limpieza y servicios alimentarios para terminar con sus condiciones precarias y para buscar el reconocimiento sindical.
Esta vez, las protestas en Los Ángeles no son por los derechos laborales, sino por algo más básico: el derecho a estar en esa ciudad y en ese País. Las luchas que están organizando ahora es porque no les expulsen, para que no separen a las familias.