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Las vidas de Juana Hilda

Vida de torbellino: Mujer, madre, bailarina; presa, torturada, libre. Y luego Wallace

12/06/2025 - 10:09 pm
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Juana Hilda González Lomelí quedó presa en enero de 2006 por su presunta participación en el supuesto secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace, el hijo de Isabel Miranda de Wallace.

Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).- El miércoles 11 de junio será un día que Juana Hilda González Lomelí recuerde por haber sido liberada tras 19 años y cinco meses presa. Esto luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concediera un amparo a la primera de los seis acusados del secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace en 2005.

El fallo de la Corte es histórico ya que Juana Hilda González fue acusada falsamente hace dos décadas y con ello se desmonta el caso Wallace, que se sentenció ha sido construido con base en actos de tortura y pruebas falsas.

La Suprema Corte discutió el proyecto que elaboró el Ministro Alfredo Gutiérrez Mena. Con cuatro votos a favor y uno en contra, la Primera Sala aprobó la propuesta de conceder la libertad inmediata a González Lomelí, sentenciada a 78 años de prisión. Hilda González había permanecido presa en el Centro Federal de Readaptación Social #16, localizado en el estado de Morelos y ayer mismo conoció la libertad.

Salió y lo primero que mencionó es que estaba “en shock”, y dijo que posteriormente hablaría sobre lo que sucedió. Ella fue la primera aprehensión que hizo la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en enero de 2006. En el proceso, confesó contar con conexión con el crimen, al cual se agregó el delito de asesinato a pesar de no contar con un cuerpo o evidencias, por lo que se acusó que la declaración fue producto de coacción y tortura psicológica.

Sin embargo, ayer la Corte sentenció que Juana Hilda fue detenida a partir de testimonios de personas que dijeron haberla visto con Hugo Alberto Wallace entrando a su departamento, ubicado en Ciudad de México. En las primeras declaraciones, Hilda había negado haber participado en el delito.

La misoginia en el caso de Hilda

Juana Hilda González era novia de César Freyre, un exagente de la Policía Judicial de Morelos, sentenciado en segunda instancia y señalado como el líder de la banda que plagió y asesinó a Wallace. Ella era bailarina, profesión que fue utilizada para que se le discriminará durante el proceso. A esto se sumó la cobertura en los medios de comunicación que la sexualizaron y estigmatizaron.

La periodista Luisa Cantú escribió en The Washington Post: “Durante la cobertura periodística de su proceso penal, diversas notas se refirieron a ella como ‘la carnada’ o ‘la za za za’, en referencia a su profesión de bailarina. También se hicieron detalladas descripciones de su físico e incluso, de acuerdo con su defensa, en la primera sentencia en su contra se argumentó que era una ‘mala madre’”.

Este miércoles 11 de junio la historia se reescribió para Juana Hilda González Lomelí cuando la SCJN consideró que, como lo argumentó la defensa del Instituto Federal de Defensoría Pública, la confesión de Juana Hilda González Lomelí no fue libre ni voluntaria, sino obtenida mediante presiones, intimidaciones y amenazas, en un contexto de arraigo. Por ello, se declaró la nulidad de su declaración y de cualquier otra prueba derivada con violación a sus derechos humanos.

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