El Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos aseguró este martes que los secuestrados en la Franja de Gaza han "desaparecido" de la agenda del Gobierno y acusó al Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de olvidarse de las negociaciones en Qatar debido a la campaña de bombardeos contra territorio iraní.
–Con información de Europa Press, Deutsche Welle y Radio Francia Internacional
Ciudad de México/Washington/Madrid, 17 de junio (SinEmbargo).– La ofensiva de Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), el 7 de octubre de 2023, alcanzó los 55 mil 500 muertos. Son 129 mil 320 heridos, según el Ministerio de Sanidad gazatí. En las últimas 24 horas se han registrado 61 fallecidos y 397 heridos.
Los ojos del mundo, sin embargo, han abandonado, aunque sea temporalmente, el escenario de Gaza. Decenas de palestinos han muerto esta semana cerca de los centros de distribución de ayuda en la Franja, pero el derramamiento de sangre ha atraído menos atención internacional a medida que la atención mundial se centra en un nuevo conflicto regional entre Israel e Irán.
La Defensa Civil de la Franja de Gaza dijo que este martes las fuerzas israelíes mataron a al menos 50 personas reunidas en un centro de distribución de ayuda, en el sur del enclave palestino. El portavoz del organismo de rescate, Mahmud Basal, declaró a AFP que más de 200 personas resultaron también heridas en el incidente, ocurrido cuando miles de palestinos se habían congregado para recibir harina en Jan Yunis.
“Drones israelíes dispararon contra la gente. Minutos más tarde, tanques israelíes lanzaron varios obuses [...], lo que causó un gran número de mártires y heridos”, afirmó Basal. El ejército israelí dijo que está “analizando” el incidente.
Las Naciones Unidas han advertido que la población de Gaza está al borde de la hambruna, con miles de niños ya gravemente desnutridos. Ahora, los habitantes de las ruinas deben exponer su vida al acudir por algo de comida.
“Los hechos hablan por sí solos”, declaró Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. En su intervención en Ginebra el lunes, calificó la campaña militar israelí en Gaza como una fuente de “sufrimiento horroroso e inadmisible” e instó a los gobiernos a “despertar” y prestar atención. “Todos aquellos con influencia deben ejercer la máxima presión sobre Israel y Hamás para poner fin a este sufrimiento insoportable”.
The New York Times explica hoy: “En las últimas semanas, las fuerzas israelíes han empleado repetidamente fuerza letal contra civiles palestinos hambrientos y desesperados para controlar a las multitudes en las inmediaciones de los nuevos centros de ayuda, obligando a muchos a elegir entre la comida y el riesgo de recibir disparos. Los centros de ayuda se establecieron bajo un nuevo sistema respaldado por Israel y gestionado por una empresa estadounidense, la Fundación Humanitaria de Gaza. Este sistema sustituye a un sistema supervisado por las Naciones Unidas y tiene como objetivo proporcionar alimentos a los civiles sin que los suministros caigan en manos de Hamás”.
Sin embargo, las Naciones Unidas y otros grupos internacionales condenan la nueva iniciativa, en parte porque los civiles deben pasar junto a soldados israelíes para llegar a los centros, lo que los expone a un mayor peligro. También han dicho que la cantidad de ayuda que llega es lamentablemente insuficiente para las necesidades de la población.
Israel afirmó que dos de sus soldados habían muerto en combate en el sur de Gaza en los últimos días. “Al ser consultado sobre la violencia del martes, el ejército israelí declaró que ‘se identificó una concentración junto a un camión de distribución de ayuda que se quedó atascado en la zona de Khan Younis’, cerca de las fuerzas israelíes que operaban en la zona. El comunicado, que utiliza la abreviatura del ejército israelí, añadió que estaba ‘al tanto de los informes sobre varios heridos por fuego de las FDI tras la aproximación de la multitud’ y que estaba investigando el asunto”.
Naseem Hassan, médico de un hospital de Khan Younis, describió el lunes la dificultad de ayudar a las personas que recibieron disparos mientras intentaban recoger alimentos en un punto de distribución de ayuda cercano. Indicó que decenas de víctimas palestinas fueron trasladadas de urgencia a su hospital. “Las personas heridas tienen que arrastrarse o ser transportadas durante más de un kilómetro para llegar hasta nosotros”, comentó Hassan al Times. Trabaja en el Hospital Nasser. “No pudimos llegar a los centros de ayuda; las ambulancias no pueden llegar”.
El Comité Internacional de la Cruz Roja informó el lunes que uno de sus hospitales de campaña había atendido a más de 200 personas tras los tiroteos cerca del centro de ayuda. “Debido a las restricciones constantes a la asistencia humanitaria, la gente tiene dificultades para acceder a productos básicos, incluido el combustible”, declaró la Cruz Roja en un comunicado.
Y mientras Israel e Irán intercambian bombardeos militares, las sirenas antiaéreas en todo Israel advierten a los residentes que busquen refugio en refugios antiaéreos reforzados. Pero en la Cisjordania ocupada por Israel, que se encuentra en la ruta de vuelo entre ambos países, pocos palestinos, si es que hay alguno, cuentan con habitaciones seguras o refugios comunitarios que los protejan de los ataques con misiles balísticos iraníes contra Israel. No existe un sistema de alerta temprana antiaérea, aunque los palestinos que viven cerca de asentamientos judíos pueden oír sus sirenas y otros utilizan aplicaciones israelíes que emiten alertas.
The Wall Street Journal explica hoy que la defensa civil de la Autoridad Palestina, que administra partes de Cisjordania, informó que sus equipos respondieron a 40 informes de heridos y daños materiales por la caída de metralla en Cisjordania el viernes. Siete niños se encontraban entre los heridos, según la defensa civil. La reciente escalada de violencia en la región se suma al miedo y la inseguridad que ya enfrentan muchos de los casi tres millones de residentes palestinos en Cisjordania, que viven bajo el régimen militar israelí y una administración palestina deficiente.