Santa Maria (Brasil), 29 ene (dpa) - Miles de habitantes de la sureña ciudad de Santa Maria, en su mayoría con ropas blancas, participaron en una marcha silenciosa para honrar a las 231 víctimas fatales del incendio en una discoteca de la ciudad.
La manifestación, que según la policía reunió a unas 30.000 personas, fue organizada a través de las redes sociales en internet y se realizó en la noche del lunes.
Los participantes, casi todos con ropas blancas y muchos de ellos llorando, marcharon por las calles de la ciudad en silencio, interrumpido cada tanto por aplausos, rezos y cánticos religiosos.
Delante de la discoteca "Kiss", el escenario de la tragedia, los participantes cumplieron un minuto de silencio y demandaron castigo a los responsables, a los gritos de "justicia, justicia, justicia".
El clamor se repitió al final de la marcha, en el gimnasio deportivo hacia donde fueron llevados los cuerpos de las víctimas del incendio que estalló en la madrugada del domingo.
"Este ha sido un acto simbólico para demostrar nuestro luto y pedir paz", afirmó Cassio Aguiar, uno de los organizadores de la marcha silenciosa.
Dos días después de la peor tragedia de su historia, Santa Maria sigue de luto. Los comercios de la ciudad de 270.000 habitantes ubicada a unos 290 kilómetros de la capital del estado de Río Grande do Sul, Porto Alegre, reabrieron sus puertas este martes, pero sus propietarios pusieron cintas negras en las vidrieras, en memoria de los muertos en el incendio.
Además de las 231 personas muertas en el incendio, otras 118 siguen hoy hospitalizadas, y de ellas 75 se encuentran en estado grave, según un balance divulgado por el ministro brasileño de Salud, Alexandre Padilha.
El incendio se inició en la madrugada del domingo, cuando alrededor de mil personas -en su mayoría jóvenes universitarios- bailaban en la discoteca al ritmo de las canciones del grupo musical Gurizada Fandangueira.
Según supervivientes de la tragedia, el vocalista del grupo lanzó una bengala al aire, y las chispas hicieron prender fuego al techo del escenario, cubierto por un material altamente combustible y tóxico.
La fuga de los ocupantes de la discoteca fue obstaculizada por la ausencia de salidas de emergencia visibles y por los agentes de seguridad contratados por los propietarios, que inicialmente se negaron a permitir la salida de la gente, alegando que no habían pagado sus facturas.
La policía de Santa Maria inició ayer las investigaciones sobre el caso y detuvo a cuatro personas: dos socios de la discoteca y dos integrantes del grupo musical.




