Ciudad de México, 4 agosto (SinEmbargo).- Una de sus hijas y la que más dolores de cabeza le suele dar lo convirtió en abuelo merced a una relación fugaz de la muchacha con el actor puertorriqueño Benicio del Toro y a quien de ahora en más deberá considerar su yerno.
Pero es lo de menos para el cantante británico Rod Stewart, quien a los 68 años ha aprendido a tomarse la vida con humor.
Después de todo, mirar hacia atrás implica muchas veces caer en la cuenta de que estamos vivos, tal como le gustaba siempre resaltar al finado Joe Strummer, quien luego de una temporada de vértigo al frente de The Clash y de haber inventado –sin querer queriendo- el punk, se dispuso a vivir la segunda parte de su vida con todo entusiasmo.
A los 50, muy joven y lleno de vida, Joe decía: -No hay que olvidarnos de que estamos vivos. Lástima que una deformación congénita en el corazón de la que el artista no tenía conocimiento lo llevó al otro patio en forma prematura.
Pero tenía razón Strummer: qué bueno es estar vivo. Algo de eso transmite el entrañable Rod Stewart cuando en la frontera de los 70 se empeña en llevar un raro peinado nuevo y lucir un imprudente bronceado por todo lo alto.
Aun cuando en tu juventud no te hayan gustado sus baladas y sus movimientos de cadera, hay que decir que el intérprete de “¿Crees que soy sexy?” envejeció más que bien, no sólo en lo físico, sino también en lo mental, como pudo verse en su tan comentada aparición en el show de Graham Norton en 2009.
Riéndose a mandíbula batiente de sí mismo, comentó entre otras cosas lo difícil que era para alguien de su edad mirarse al espejo en las mañanas, al tiempo que no pidió disculpas por ciertas vestimentas ochenteras que muchos hoy niegan haber lucido, pero que en el caso del viejo Rod sólo le producen cierto rubor y un ligero levantamiento de hombros.
- “Era lo que estaba de moda”, dice.
El cantante de la voz ronca, el fanático del futbol, el vendedor de millones de discos y amado por una multitud de mujeres en el mundo, ha sobrevivido a su propia imagen decadente y hoy vive un presente más que digno, con todo su sex appeal intacto, como quedó evidenciado en su presentación hace un año en nuestro Auditorio Nacional.
NO ESTABA MUERTO, ANDABA DE PARRANDA
Cuando muchos pensaban de todos modos que el inglés iba a vivir su tercera edad echando mano de las glorias pasadas y aumentando su ya acaudalada cuenta bancaria gracias a sus elogiados discos de cover, con los que realizó giras multitudinarias por todo el mundo, en mayo pasado el artista pateó el tablero con Time (Universal Music).
Así, con el álbum de nuevas canciones, primero de inéditas en dos décadas, volvió a ocupar el número uno en la lista de los más vendidos del Reino Unido tras 34 años de ausencia en este puesto.
Time trae 12 nuevas canciones que han puesto fin a una sequía creativa del cantante y compositor que comenzó en 1991, cuando el autor de “Tonight’s the Night”, “You Wear It Well”, “You’re In My Heart” y “Maggie May”, entre otras, comenzó su silencio.
El artista, que empezó a cantar en 1961 y primero formó parte de bandas londinenses como The Jeff Beck Group y The Faces antes de lanzarse en solitario en 1970, presentó para su regreso el sencillo “She makes me happy”.
UN ARTISTA MEMORIOSO
El gran disparador de este disco que ha vuelto a poner a Rod Stewart en el candelero, ha sido la publicación de sus memorias, Rod: The Autobiography, que en 2012 obtuvo el Ultimate Classic Rock Awards en la categoría de Libro del Año.
“Rod: The Autobiography fue aclamado por la crítica y los lectores debido a su encanto y tono humorístico, lo mismo que por la decisión de Stewart de dar sabrosos detalles de su vida como estrella de rock, probando que los rubios se divierten más”, escribió el crítico mexicano Jorge Soto.