Por Heriberto Velasco Castañeda
San Cristóbal de las Casas, Chis., 11 Oct. (Notimex).- Este 12 de octubre, Día de la Raza, "es una fecha que nos recuerda una deuda histórica que es rica por lo que son los pueblos y sus luchas, pero pobre en justicia hacia ellos", afirmó el investigador del Ecosur, Gerardo González Figueroa.
"Este 12 de octubre es un año más del mal llamado Descubrimiento de América o el Encuentro de dos Mundos", añadió el especialista del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).
"Se cumplen 521 años de un encuentro que no fue producto del azar, sino de la necesidad de encontrar nuevas rutas y productos por parte de Europa, que tenía una disputa por el mercado oriental: China e India. Sus especies como la pimienta o el famoso opio" expuso.
Señaló que lo que sí se descubrió ante los ojos de los que llegaron por accidente a este continente "es que eran pueblos y culturas organizadas de forma diferente, pero no inferiores, sino que su desarrollo cultural, tecnológico era de acorde a su modelo social, económico y político".
Afirmó que el problema real para estos pueblos, de lo que conocemos como América, "era que también eran pueblos explotados por caciques, militares y una elite religiosa, que al igual que la iglesia en Europa, tenía intereses económicos y políticos".
Por lo que la Conquista 30 años después, no fue extraña, pero hay que decirlo, fue cruel y despiadada, a la que hay que agregar la de decenas de miles de negros y descendientes, resaltó.
Por esta historia tan compleja e inhumana "es que hoy en día hace peor que se hable de desarrollo cuando persiste la injusticia, la desigualdad y la exclusión de los pueblos originarios", subrayó González Figueroa.
Suena a burla decir que son los más pobres de los pobres, que viven en regiones montañosas y dispersos, que persiste el monolingüismo, o que sufren de las enfermedades de la pobreza o ahora llamadas del rezago, apuntó.
Según las investigaciones que ha realizado en diversos contextos entre los indígenas, aseveró que "en los pueblos y comunidades indígenas siguen proliferando diversas formas de racismo y exclusión".
Es difícil ver que en un futuro cercano cambie el origen de tanta injusticia, ya sea provocada por caciques o por las erróneas políticas del Estado mexicano hacia ellos y ellas, detalló.
Explicó que hoy en día las carencias de los pueblos indígenas son en los rubros de la economía, "por no tener trabajos e ingresos suficientes, aunque el trabajo que realizan rompe la falsa idea de que su pobreza es porque no trabajan o porque son flojos. Nada más alejado de la realidad",
Desde hace muchos años, abundó, solo hay políticas compensatorias, y cuando hay inversiones, éstas son para despojar sus territorios y sus bienes comunes.
Incluso, resaltó, "hoy la fase del capitalismo es de despojo o desposesión de sus recursos y de su cultura" y un ejemplo de esto son la minería "a cielo abierto", los proyectos llamados ecoturísticos, "cuyo único beneficio es emplearlos como mozos y acabar con los escasos bienes comunes como el agua o la biodiversidad".
En lo que se refiere a la justicia, el especialista señaló que "hay un enorme rezago, muestra de ello es el caso del profesor Patishtán, nos lleva a interrogantes sobre el debido proceso que si fue utilizado en el caso de Caro Quintero o de (Florence) Cassez, francesa recién liberada".
Pero a pesar de este panorama, consideró que desde 1992, año del V Centenario, "los movimientos de indígenas han ganado visibilidad, han dado paso a su reconocimiento como sujetos históricos, y desde la plataforma de la Campaña en ese año de 1992, han influido en los procesos de democratización de la nación mexicana".
Por ejemplo, recordó, "con la aparición del EZLN su lucha la han llevado a la agenda nacional, por lo que ahora en las políticas sociales son eje el tema indígena".
Pero aclaró que no es suficiente, porque a pesar de que sus luchas le han abierto mayor presencia, "sus condiciones de vida no han mejorado sustancialmente, siguen siendo los que tienen menor índice de desarrollo humano, peores condiciones sociales y en ellos se descargan sin duda actitudes raciales negativas, o se les menosprecia".
Por otra parte, resaltó que en las comunidades zapatistas no son mejores sus condiciones de vida, y más bien lo que han hecho es construir su autonomía.
"Es decir, un proyecto de vida autogestivo, basado en un buen gobierno, con visión de la salud, educación, producción y economía solidaria, con ahorro y préstamo social, comunicación alternativa, entre otras cosas", indicó.
A su vez, se refirió a las comunidades que no son zapatistas, que buscan apoyos gubernamentales justos para sus proyectos y se movilizan para que las leyes les protejan de la misma manera que a los ciudadanos mexicanos.
También existen pueblos indígenas que viven bajo la tutela del Estado mexicano como en Chiapas los lacandones, "quienes son usados para intereses del gobierno en turno, siendo una etnia pequeña, pero rica en tierra y en recursos por la explotación de la naturaleza".