Ciudad de México, 17 de noviembre (SinEmbargo).- La polémica que rodea a la nueva Miss Universo por las múltiples cirugías a las que se sometió antes del certamen, así como a la industria de la belleza que se ha desarrollado en la Venezuela de Nicolás Maduro, alcanzó incluso a los maniquíes que se fabrican en ese país: en años recientes han sufrido una transformación para que presenten medidas y rasgos similares a los de las reinas de belleza.
El premio de belleza otorgado a la venezolana María Gabriela Isler ha sido fuertemente cuestionado porque las fotos de ella antes del certamen la muestran muy distinta a como llegó a la pasarela. La “magia” estuvo en la cantidad de cirugías plásticas que se aplicó. Pero el Miss Universo no tiene regulado el uso de intervenciones quirúrgicas para mejorar la apariencia.
El diario estadounidense The New York Times publicó un reportaje sobre el valor que la sociedad venezolana le da a la estética, sin importar la precaria situación económica por la que atraviesa el país.
The New York Times hizo énfasis en dos ángulos: los deseos de las mujeres por operarse y lucir mejor –empeñando incluso sus bienes–, y en los beneficios que ha traído a los comercios mostrar maniquíes con más busto y más glúteos. Las venezolanas se dejan llevar por ilusiones sobre cómo pueden llegarse a ver y así lo demuestra la facturación de los comercios: mientras más curvas revelen los maniquíes, más venden.
"Aunque las dificultades económicas de los venezolanos se agravan día a día, la búsqueda de una figura idealizada, a menudo ‘inflada’, continúa. Incluso los maniquíes han sido ‘inflados’ para igualar a sus contrapartes de carne y hueso", dijo el Times.
Enseguida entrevistan a una vendedora de ropa de mujer que afirma: "Anteriormente teníamos los maniquíes menos pechugones y, sí, vendíamos menos... Excepto desde que tenemos estos maniquíes. Aquí, en este local se ha incrementado mucho la venta".
Los fabricantes de los maniquíes con formas de reina de belleza son una pareja de esposos, Eliécer Álvarez y Nereida Corro, que se percataron que los muñecos no representaban correctamente la anatomía que deseaban lucir las mujeres venezolanas, por lo que decidieron agrandar tanto la parte delantera como la trasera.
"Si nos ponemos a ver, bueno, los senos miren, así son los senos de los maniquíes importados y si los ponemos por detrás, ni se diga, vea. Entonces, yo lo que quise fue mejorar todo eso. Yo le hice más... más pompis, un poco más de pierna y los senos que son como los que están allá. ¡Grandes!", explica el fabricante de maniquíes.
Un médico habla del afán de sus pacientes por recurrir a la cirugía plástica, a veces incluso por encima de otras prioridades: "Cuando los pacientes empeñan una casa, empeñan un carro y hacen cualquier malabar que te puedas imaginar para poder operarse, lo único que los ha movido es la fe. Ella está buscando salir; ella está buscando un camino, está buscando una luz...", afirma.
Esto lo reafirma una de esas pacientes, Ángeli Ramírez cuando le confiesa al periodista de The New York Times por qué decidió operarse a pesar de ser aún joven, de 28 años de edad: "Me indujo bueno... la presión social en un país donde el físico lleva un porcentaje altísimo para ser considerado con cierto estatus o cierto nivel o para ser considerado para muchas cosas dentro de este p
El diario recoge las declaraciones del presidente de la Organización Miss Venezuela, Osmael Souza, quien asegura que “la belleza interior no existe. Esos son...esos son temas que inventaron las no bonitas para justificarse".
Posteriormente, Sousa envió un comunicado lamentando lo que consideró "malas interpretaciones" a sus opiniones y asegurando que las misses venezolanas eran también inteligentes y sensibles además de, por supuesto, bellas.
LAS REACCIONES
Una vez que se publicó el reportaje, medios venezolanos reprodujeron un comunicado emitido por Osmael Souza, para rechazar las palabras de The New York Times.
"Lamento las malas interpretaciones derivadas de la entrevista publicada recientemente en el New York Times que vincula al concurso de Miss Venezuela con el diseño de maniquíes de moda. Los millones de seguidores de la Organización Miss Venezuela sienten el orgullo de que Venezuela haya ganado coronas de Miss Universo y Miss Mundo y saben cuáles son los criterios que hacen que una mujer sea considerada como la más bella del planeta, y eso lo hemos conseguido en muchas ocasiones fruto del empeño y del interés en trabajar en un concepto de mujer plena”, asegura.
Sobre su polémica declaración en la que afirma que “la belleza exterior no existe, es algo que inventaron las mujeres no agraciadas para justificarse”, explica que “nuestras embajadoras de la belleza por supuesto no son sólo bellas por fuera, sino que también son inteligentes, solidarias, y con sensibilidad social. De otra manera, no se logra culminar una preparación esmerada, de sacrificio y gran disciplina que les permite participar en los concursos internacionales en distintas partes del mundo".
Sousa termina su comunicado con una reflexión: "Hemos construido una organización que es una referencia importante para nuestro país y el mundo alrededor de la belleza, el talento y la capacidad de la mujer venezolana. Prueba de ello es el rumbo profesional emprendido por nuestras candidatas posterior a su participación en los concursos de belleza. Venezuela es líder y ejemplo en este sentido y nuestra mejor imagen se valora en todos los continentes gracias a nuestra organización".