México, 1 Dic. (Notimex).- Aun cuando es un tema "espinoso, escabroso y complejo", la regulación de marchas en el Distrito Federal debe ser discutida entre todos los sectores con seriedad, cuidando que no se atente contra la posibilidad que tiene cualquier minoría de manifestarse y expresarse en el espacio de lo público.
Enrique Gutiérrez Márquez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, planteó que lo anterior es válido siempre y cuando se efectúe en un marco de convivencia.
"Por supuesto no se puede tolerar un acto violento donde se rompan vidrios, la manifestación pública no es romper vidrios ni implica quemar cosas ni destruir banquetas, eso no es manifestación pública es vandalismo", consideró en entrevista.
"Hay que entrarle a la discusión de manera muy seria" y amplia, en donde, por un lado, no se coarten las libertades de expresión ni de libre manifestación y, por otro lado, se pondere la sana convivencia en una ciudad con una cantidad de habitantes muy importante, donde esto causa inconvenientes y problemas, cierre de vialidades o la obstrucción de algunas calles, manifestó el especialista.
El tema, sostuvo, tiene muchísimas aristas, toda vez que tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional el asunto de la participación ciudadana cruza por la toma de los espacios públicos, en donde la manifestación libre de ideas es un asunto fundamental de la democracia en términos muy amplios.
Planteó que frente a los últimos acontecimientos y a lo que ha ocurrido desde la toma de protesta del Ejecutivo federal y después con los diferentes eventos que ha habido, como la marcha del 2 de octubre, en la que ha habido enfrentamientos entre manifestantes y cuerpos de seguridad, la discusión debe privilegiar la participación de los ciudadanos dentro del espacio público.
"No se puede definir, desde mi punto de vista, que hay que reglamentar y meter las marchas en una suerte de circuito para marchar, me parece que es mucho más complejo por la propia historia del sistema político en México, porque de alguna forma ha sido la única manera en que algunos sectores y grupos de la sociedad han podido hacerse presentes en el espacio de lo público", expuso.
Dijo que uno de los problemas fundamentales que se plantea tanto la sociología como la ciencia política es cual derecho va primero, es decir, el derecho de libre manifestación frente a un acto de autoridad o frente a una posición política en particular o el derecho de libre tránsito.
"Desafortunadamente la propia construcción del sistema político ha forzado y ha orillado algunas agrupaciones o personas a manifestarse en el espacio público y tratar de tomarlo para tratar de hacer visibles esas demandas", explicó.
Consideró que ese es un terreno muy "escabroso y peligroso", y que se debe evitar o criminalizar a cualquier que se movilice para exigir mejores condiciones laborales o que cesen los secuestros, la violencia en el país o el crimen organizado.
Dijo que por el hecho de salir al espacio público no se puede criminalizar, "me parece que pueden buscarse caminos de reglamentación, en donde se busque que ciertos horarios o ciertos días de la semana y donde se tenga esta posibilidad de manifestarse y llevar estos asuntos al acto del espacio de lo público, del espacio mediático".
Ello, añadió, para tratar de construir una buena convivencia y una buena relación en una ciudad tan grande y ya de por sí con tantos problemas, "el asunto no es negar las marchas si no, en todo caso buscar algunos canales y perspectivas que permitan esa libre manifestación bajo ciertas reglas de convivencia en una ciudad tan compleja", puntualizó.
